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Amor Towles, el autor favorito de los hombres más influyentes del mundo
Este novelista estadounidense es aclamado por figuras como Bill Gates y Barack Obama.
Amor Towles, antes de dedicarse al mundo de la literatura, trabajó durante años en el sector financiero. Foto: Getty Images
Dos de los hombres más influyentes del mundo, que conocen el poder, la fama, el éxito y el liderazgo, poseen, a pesar de sus diferencias, un punto en común: Amor Towles es su autor favorito. El expresidente Barack Obama y el magnate Bill Gates cayeron rendidos a los pies de la prosa, de la trama y del estilo de este escritor.
El novelista estadounidense, cuyo libro anterior, Un caballero en Moscú (2016), se mantuvo durante dos años en la lista de libros más vendidos de The New York Times, regresa con el mejor libro del año, según Amazon. La autopista Lincoln (Salamandra), que ya está disponible en librerías, es una ficción que el exmandatario y el cofundador de Microsoft recomendaron con fervor.
En este nuevo libro la historia transcurre en diez días y los personajes están constantemente en movimiento", Towles
Towles gozaba de una vida próspera, dedicada a las finanzas, cuando decidió dar un giro en su carrera y se dedicó a cumplir su sueño: escribir. Primero fue el turno de Normas de cortesía, en 2011, elegida por The Wall Street Journal como uno de los mejores libros del año y ganadora del Premio Fitzgerald.
Luego fue el turno de Un caballero en Moscú, cuya adaptación se estrenará el próximo año en una serie para televisión protagonizada por Ewan McGregor. Ahora Towles acompaña el crecimiento de un nuevo fenómeno que la crítica estadounidense considera un clásico futuro de la literatura de su país y que comienza a ser leído en las escuelas.
La autopista Lincoln es una novela de carretera, de aprendizaje, una odisea homérica ambientada en 1954 donde cuatro huérfanos, cuatro narradores, emprenden un viaje de descubrimiento y de redención. Towles presentó la novela en España y conversó con La Nación sobre esta nueva ficción que explora los estragos de la mala educación sobre los jóvenes y el poder de las oportunidades.
¿Cuán complejo fue construir esta novela con distintos puntos de vista y, a su vez, desde las voces de jóvenes de otra época?
Pienso durante tres, cuatro y hasta cinco años las novelas que voy a escribir antes de lanzarme a la escritura: cómo serán los escenarios, la trama, los personajes y cómo suenan. Y, al final de ese período, hago un bosquejo y empiezo a escribir. Lo más complejo no fue escribir la novela, sino pensarla. Desde joven estoy muy interesado en las voces, en términos técnicos, ya sea en primera o tercera persona, cómo sienten, cómo ven el mundo, qué palabras utilizarían para expresar su mirada. Cuando escribí La autopista Lincoln supe pronto que debía ser una historia escrita desde múltiples perspectivas que sonaran de modos muy diferentes, porque si no, no funcionaría como libro.
En Colombia, el libro fue publicada por la editorial Salamandra. Foto:
¿Cómo fue la experiencia de escribir sobre un viaje, pero confinado?
Prefiero trabajar con mi imaginación antes que concentrar mi trabajo en la investigación. Sí quise cambiar el tono y ritmo de mi libro anterior: un hombre que permanece 30 años en la misma habitación de hotel, encerrado (Un caballero en Moscú). En este nuevo libro la historia transcurre en diez días y los personajes están constantemente en movimiento. Mientras lo hacía, estaba atrapado en casa con mi mujer y mis hijos, como todos.
La moralidad no solo emerge cuando nos encontramos con el crimen o el delito. El libro está mostrando las luchas en torno a la moralidad a las que nos enfrentamos consciente o inconscientemente
Hablar de moral en esta era de la cultura de la cancelación y de la ultracorrección genera cierto resquemor, pero su libro explora estos conceptos y la tentación de realizar el bien o decaer en el mal...
Sí, creo que en esta novela la moralidad está en el centro de la historia. Así debería ser cuando estás lidiando con gente joven que está ingresando en la vida adulta porque comienzan a tomar decisiones que van a tener ramificaciones que van a afectar la vida de los demás. Todo lo que hacemos, incluso lo más sencillo, tiene implicaciones morales: si voy en bus o si voy en carro, qué bebo, cómo trato a las personas, todo. La moralidad no solo emerge cuando nos encontramos con el crimen o el delito. El libro está mostrando las luchas en torno a la moralidad a las que nos enfrentamos consciente o inconscientemente. Dado que esta es una historia contada desde distintas perspectivas, emergen diferentes visiones de la moralidad.
Estos personajes que crea en la novela tienen pasados diferentes y con ellos distintas educaciones (algunas más estrictas, religiosas, menos rigurosas) y oportunidades...
Cada uno de ellos ha tenido diferentes oportunidades: Sally es mujer, Woolly es rico, Duchess creció en una parte muy difícil de Nueva York… estas experiencias los marcan y cargan con ellas. La novela muestra el momento en el que deben hacer las paces con la juventud o llevarla como una carga.
¿Está, en este mundo de asesinos seriales, subestimada la bondad?
Si vas a una cena con conocidos, no con amigos, dirás: “Él es un imbécil, él es un esnob, ella es muy tímida”. Nosotros siempre etiquetamos, pero si te sentaras con ellos y conocieras a su familia y sus experiencias, seguramente tendrías una perspectiva más amplia y serías más empático con ellos. Para hacer bien mi trabajo y cumplir mi cometido, debo descubrir al personaje y cuanto más y mejor lo conozca, más entenderé su pasado y la persona en la que se ha convertido. Esto brinda una mirada generosa porque busca descubrir sus fortalezas y sus debilidades. Me gusta que Duchess, por ejemplo, comete cada vez más hechos cuestionables, pero a medida que se sumerge en estos conflictos conocemos más y más sobre su pasado.
Y Duchess precisamente le cuenta a Billy la historia de Macbeth, una historia de degradación...
Exacto, esa era la idea.
¿Podemos leer este libro, una road novel, como una pequeño relato homérico, como una pequeña odisea?
Es posible. Creo que estos diez días son una ventana a la vida de estos personajes. Condensar en diez días la trama en este período fue un desafío, pero en realidad quiero hablar de la vida en su totalidad.
La historia de "La autopista Lincoln" relata la travesía de cuatro jóvenes por la carretera del mismo nombre que conecta a Nebraska con Nueva York en EE.UU. Foto:Pixabay
Escribió esta novela para adultos, pero puede leerla perfectamente un joven, lectores de la edad de sus personajes...
Sí. Este es mi intento, mi aspiración. Los autores que más iro son aquellos que pueden ser leídos en diferentes momentos, por diferentes culturas, como Shakespeare o Gabriel García Márquez con Cien años de soledad.
Tiene también dos lectores muy famosos: Barack Obama y Bill Gates. ¿Los conoce?
Me encantaría. Me da mucha satisfacción que a Obama y Gates, dos personas muy diferentes, les hayan gustado mucho mis libros.
¿Eso también lo convierte a usted en poderoso o en influyente?
No lo sé, pero lo que me gusta es que hace poco recibí un mail de una maestra en San Francisco que me dijo que quería enseñar La autopista Lincoln, pero que no tenían suficientes fondos para comprar esos ejemplares. Que tu libro sea leído por jóvenes te brinda una satisfacción diferente.
Es curioso: su anterior novela terminaba el 21 de junio de 1954, a la medianoche. Esta comienza el 21 junio de 1954...
Termina y empieza a la misma hora, dada la diferencia horaria (la primera, en Moscú; la segunda en los Estados Unidos). Me di cuenta cuando promediaba la escritura de La autopista Lincoln. Me gusta que estén en el mismo momento histórico porque es muy auténtico y parecido a la vida. Ahora en Madrid, hay una enorme cantidad de romances, de vidas, de carreras que comienzan y otras que terminan.
¿Imagina escribir la continuación de esta novela?
No me veo a mí mismo como alguien que escribe secuelas, pero, si lo hiciera, lo haría dentro de diez años. Aún no lo he pensado. Más adelante tomaré la decisión.
LAURA VENTURA
LA NACIÓN (ARGENTINA) - GDA
MADRID
@LANACION
Una mirada a ‘La autopista Lincoln’
Emmet Watson tiene 18 años y acaba de salir del reformatorio. Debe volver a su pueblo natal en Nebraska para hacerse cargo de su hermano Billy tras la muerte de su padre. Para el primero, volver allí es tener que regresar a un lugar en el que ya nadie lo extraña. Mientras que para el segundo, el regreso de su hermano es la oportunidad perfecta para escapar con él de Nebraska e ir en busca de su madre, que los abandonó hace muchos años en San Francisco.
Por otro lado, Woolly y Duchess son dos excompañeros de Emmet en el reformatorio que se escaparon y quieren a toda costa llegar a Nueva York. Las dos ciudades están conectadas por una vieja autopista, la más vieja de Estados Unidos, la autopista Lincoln, que tiene 5.455 kilómetros de largo y conecta Times Square con Lincoln Park. La novela se desenvuelve durante los diez días de viaje de estos cuatro jóvenes en un viejo Studebaker Land Cruiser de 1948 por el centro de Estados Unidos en medio de la década de los cincuenta, un momento que el autor considera un punto de inflexión en la historia de este país.
Towles decidió contar esta historia a través de las voces de estos cuatro personajes, por lo que, a lo largo de la novela, el lector se adentrará en sus pensamientos y podrá darse cuenta de cómo enfrenta cada uno de ellos los desafíos que traerá este viaje. Los cuatro forman un grupo de personajes llenos de matices y complejidades que les dan una mirada muy personal a los sucesos de su viaje.
Esta novela fue catalogada como el ‘Libro del año’ por Amazon, está en el primer puesto de los best sellers de The New York Times e incluso hizo parte de las lista de cinco libros que Bill Gates considera imprescindibles. El rotundo éxito que ha tenido La autopista Lincoln se suma al de las dos anteriores novelas de Towles, Normas de cortesía (2011) y Un caballero en Moscú (2016), cuyas ventas totales ya superan los seis millones de copias y que han sido traducidas a más de 30 idiomas.