Oncólogo comparte los síntomas más comunes en menores de 50 años que podrían alertar sobre cáncer: no los ignore

El diagnóstico de cáncer en adultos menores de 50 años está en aumento, un fenómeno que ha despertado preocupación en la comunidad médica. Aunque las causas precisas detrás de este incremento no están claras, las estadísticas muestran un aumento especialmente en casos de cáncer de mama, colorrectal y linfoma. Otros tipos como el cáncer de páncreas, testículo y riñón también registran un alza, aunque con menor frecuencia.

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El Dr. Paul E. Oberstein, oncólogo del Centro Oncológico Langone Perlmutter de la Universidad de Nueva York, explica los síntomas más comunes que pueden presentarse en personas jóvenes y que deberían ser motivo para consultar a un especialista, sin caer en alarmismos, pero sí con atención.

Entre los signos más frecuentes está la modificación en los hábitos intestinales. La aparición de heces más oscuras, delgadas o con sangre puede indicar cáncer colorrectal, uno de los tipos con mayor aumento en menores de 50 años. Aunque no se conoce con exactitud la causa, se cree que factores como la dieta y el ambiente podrían estar influyendo.

La pérdida de peso sin un motivo aparente representa otra señal importante. El Dr. Oberstein señala que si se experimenta pérdida de peso involuntaria, sensación de saciedad rápida al comer, fatiga o alteraciones en el sueño, es recomendable acudir a evaluación médica. Estos síntomas pueden estar relacionados con procesos oncológicos incipientes.

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La detección de bultos o alteraciones en el cuerpo debe ser motivo de consulta inmediata. En adultos jóvenes, el cáncer de mama y el testicular pueden manifestarse con la aparición de un bulto, cambios en la piel, secreciones anormales o sensibilidad inusual en el área afectada.

Una mancha nueva, un lunar que modifica su forma o color, o cualquier lesión que no cicatriza puede estar vinculada al melanoma u otros tipos de cáncer de piel. Aunque no todos los cánceres cutáneos representan peligro inmediato, estos cambios necesitan ser valorados por un especialista.

El sangrado en zonas donde normalmente no debería presentarse es otro síntoma de alerta. Sangre en la orina puede indicar problemas en riñones o vejiga, mientras que sangrados vaginales anormales, como los que ocurren entre periodos o después de las relaciones sexuales, pueden asociarse con cáncer de cuello uterino o endometrio.

Sudores nocturnos intensos, fiebre persistente sin motivo y escalofríos pueden estar relacionados con problemas del sistema linfático, como el linfoma. También se debe prestar atención a la inflamación de ganglios, especialmente en el cuello, las axilas o la ingle.

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El Dr. Oberstein menciona otros signos que, aunque menos comunes, pueden ser indicios relevantes:

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Frente a este panorama, la prevención y la detección oportuna resultan fundamentales. Entre las recomendaciones para reducir el riesgo están:

Además, someterse a pruebas de detección adecuadas puede marcar la diferencia en el diagnóstico precoz:

Los síntomas mencionados no implican necesariamente la presencia de cáncer, pero ignorarlos puede retrasar un diagnóstico temprano y afectar el tratamiento. La clave está en la observación consciente del propio cuerpo y la consulta médica oportuna cuando surjan cambios inusuales. El Dr. Oberstein insiste en que la prevención y la atención a las señales tempranas son herramientas esenciales para enfrentar este desafío creciente en personas jóvenes.

El Comercio (Perú)/ GDA