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El hombre que secuestró un avión y escapó saltando al vacío con una fortuna
Han pasado 50 años y el robo efectuado por D. B. Cooper sigue dando pie a muchas preguntas.
Este es el retrato hablado de Dan Cooper, el misterioso secuestrador del avión. Foto: FBI.gov
D. B. Cooper fue el autor del único secuestro aéreo sin resolver en Estados Unidos. Un hecho que aún plantea muchos interrogantes en los especialistas, los investigadores y, claro, los ‘amantes del misterio’.
El hombre amenazó con una bomba a la tripulación del vuelo comercial que iba desde Portland hasta Seattle, con el fin de perpetrar un robo en las alturas.
Él se salió con la suya.
De hecho, lleva 50 años ‘saliéndose’ con la suya.
Un delito irresoluble
Era 1971. 24 de noviembre, antesala del Día de Acción de Gracias, tradicional fiesta norteamericana.
Cuatro paracaídas y 200 mil dólares en billetes de 20 eran lo que exigía Cooper para no detonar el elemento explosivo que, supuestamente, tenía en su maletín, según los informes del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos.
Después de saltar del avión con su recompensa, todo rastro de él se esfumó.
En noviembre de este año se cumplirán 50 años de su hazaña criminal.
FBI Foto:Foto archivo / AFP
El secuestro
Según los informes del FBI, un sujeto que se identificó como Dan Cooper compró en efectivo su boleto de ida en el vuelo #305 de Northwest Orient Airlines,.
Este es el retrato hablado de Dan Cooper, el misterioso secuestrador del avión. Foto:FBI.gov
Una vez a bordo, le dijo a una de las azafatas, identificada como Tina Mucklow, que tenía una bomba.
Así, sin rodeos.
Hizo que se sentara junto a él para mostrarle el enredo de cables y lo que parecían ser cartuchos de dinamita que estaban en el interior de su maletín. En ese momento, pasándole una nota, exigió 200 mil dólares (actualmente sumaría 1.2 millones de dólares) y los paracaídas, según señaló el FBI.
El avión había sido secuestrado. Cooper ‘aprisionó’ a los 36 pasajeros y al personal de a bordo.
Aunque el vuelo hasta Seattle era de solo 30 minutos, una vez en la ciudad los controladores de vuelo mantuvieron al avión dandovueltas en el aire durante unas dos horas, mientras que en tierra juntaban el dinero que pedía Cooper.
Es más: dice la revista ‘Rolling Stone’ que el avión voló sobre el agua, en caso de que llegara a explotar.
“Necesitamos quemar combustible debido a un problema mecánico menor”, fue la explicación que obtuvieron los demás pasajeros, quienes ignoraban el peligro que corrían.
El escape
La aeronave aterrizó, los otros pasajeros salieron sanos y salvos y la azafata ingresó la jugosa suma de dinero al interior del avión.
“El secuestrador cambió a los 36 pasajeros del vuelo por dinero y paracaídas”, narran los informes del FBI.
En los mismos documentos se asegura que la nave, con varios de la tripulación, volvió a despegar.
Esta vez la ruta era desde Seattle hasta Ciudad de México.
El criminal ordenó al piloto no volar a más de 10 mil pies de altura (348 metros), eran casi las 8 p. m.
La azafata en cuestión contó a ‘Rolling Stone’ que le ayudó a Cooper a abrir la compuerta que conducía a las escaleras en la parte posterior de la aeronave y le indicó cómo se bajaban las escaleras.
“Cuatro o cinco minutos después de que el avión despegara, el secuestrador le dijo a Mucklow que podía unirse a los pilotos en la cabina”, señaló el citado medio.
Los informes explican que ningún miembro de la tripulación salió de la cabina hasta que aterrizaron.
Desde ese momento no se volvió a saber nada sobre la bomba ni sobre el dinero ni mucho menos sobre el secuestrador.
“El secuestrador hizo lo increíble: saltó de la parte trasera del avión con un paracaídas y el dinero del rescate”, indican los archivos oficiales.
Esta es la bolsa de uno de los paracaídas que se le entregaron a Cooper para su huida. Foto:FBI.gov
¿Quién era D. B. Cooper?
El FBI describe al secuestrador como “un hombre de unos 40 años, vestido con un traje de negocios, con corbata negra y camisa blanca”.
Desde la desaparición del sujeto, el FBI comenzó una larga y exhaustiva investigación a la que bautizaron como NORJAK (Northwest Hijacking), en español ‘Secuestro del noroeste’.
Los documentos aseguran que, según una de las hipótesis planteadas, Cooper no sobrevivió al saltar del avión.
“Después de todo, el paracaídas que usaba no se podía maniobrar, su ropa y calzado no eran adecuados para un aterrizaje brusco y había saltado a un área boscosa por la noche, una propuesta peligrosa para un profesional experimentado, lo que la evidencia sugiere que Cooper no lo era”, enfatizó la investigación.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades, identificar al sujeto no fue posible.
Los registros indican que, desde el día uno hasta los cinco años siguientes al secuestro, habían hecho una lista de 800 sospechosos y habían descartado a la mayoría, excepto a 24 de ellos.
Se informó que lo único que no había desaparecido era la corbata que portaba el hombre, la cual dejó sobre uno de los asientos. Descartaron a los sospechosos mediante muestras de ADN obtenidas en la prenda.
Esta fue la corbata encontrada en el asiento del avión. Foto:FBI.gov
Algunos sospechosos y pocas pistas
Richard Floyd McCoy fue uno de los sospechosos ‘favoritos’ del FBI. Él fue capturado por las autoridades después de haber perpetrado un secuestro similar casi cinco meses después del primer secuestro.
“Pero McCoy fue descartado más tarde porque no coincidía con las descripciones físicas”, reza el informe del FBI.
Otro de los grandes sospechosos fue Sheridan Peterson, quien murió en enero de este año. En su juventud fue marino y aficionado al paracaidismo. También sirvió en la Segunda Guerra Mundial.
Tenía 44 años en el momento del misterioso crimen y su descripción física coincidía con el retrato hablado.
A pesar de eso, nunca lo arrestaron.
“Se produjo una extensa persecución, pero el secuestrador nunca fue identificado ni capturado, lo que resultó en uno de los mayores misterios sin resolver en la historia de Estados Unidos”, asegura la enciclopedia ‘Britannica’.
El FBI cerró oficialmente el caso en 2016, 45 años después de los sucesos.
Estos billetes fueron encontrados en 1980. Eran 5.800 dólares que coincidían con el número de serie del rescate. Foto:FBI.gov
¿Qué pasó con D. B. Cooper?
Su figura y su delito aún sin resolver inspiraron algunas piezas artísticas y literarias.
Diez años después de la perpetración del robo, en 1981, el escritor Max S. Collins escribió ‘Papeles en el aire’, una novela policial que, de cierto modo, retrata la situación del robo en el avión.
En la serie de Marvel ‘Loki’ se hizo una referencia al misterioso personaje, dando a entender que había sido ‘el dios del engaño’ quien perpetró el crimen y desapareció de regreso a Asgard.
Una historia que parece moverse entre la realidad y la ficción.
Según la serie, Cooper fue un invento de Loki. Fue interpretado por Tom Hiddleston. Foto:Disney+