Salón Tropical / Buena muela

Tuétano con pulpo, una combinación tan osada como sabrosa.

El hueso abierto, cortado por la mitad, asado a la parrilla, aterriza con la médula hirviente, coronada por el octópodo braseado que ha sido picado en trozos de un centímetro y salpicado con picadillo de cebollín y cilantro.

Todo eso se extrae para regarlo (casi untarlo) sobre una tortilla casera y para rematarlo con una ‘salsa macha’ de chiles y nueces. ¡Platazo! Creativo, gustoso y sencillo, tres asuntos que no son muy comunes en los restaurantes de nuestros tiempos.

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Un platillo que, de alguna manera, resume la intención de Salón Tropical –el nombre del local explica el plato y viceversa–, un ingenioso, apetitoso y descomplicado restaurante, regentado por Andrius Didziulis, el cocinero que hace años logró un importante nombre en la escena bogotana por cuenta de su Café Bar Universal.

Un salón con mayúscula, sin letrero visible en la puerta, que, en el interior, en su decoración y ambiente, pretende parecerse a un chiringuito tropical; que los fines de semana presenta una banda de salsa y bolero; y que, por sobre todo, exhibe una sensible cocina basada en buenos productos –pescados y mariscos frescos del Pacífico y del Caribe colombiano– con referencias en ingredientes y recetario de la cultura caribeña, algo de sudoeste asiático, México y Perú. Casi como el resumen de las cocinas de los mares tropicales del mundo. Casi.

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Por eso, aquí es muchísimo mejor navegar por el mar que andar por la tierra. En una de mis visitas pedí un chuletón de cerdo, con muy buena pinta y sabor, pero llegó seco. Así que vamos con las recomendaciones, en su mayoría oceánicas, que, sí o sí, van al centro de la mesa.

¡Atención a su estimulante merluza cruda con guayaba agria, leche de tigre y aceite de yerbas, finalizada con albahaca y jalapeños! De sus ceviches, dos muy recomendados: el de camarones, pulpo, atún y rábano, con una leche de tigre de rocoto muy bien lograda; y el ceviche chifa (chino-peruano), de atún con un dashi (caldo de pescado oriental). ¡Explosión!

Después, elemental y rica, su tostada de pulpo con aguacate, cebolla y cilantro. O sus tostadas de lengua de ternera. O su tiradito de atún, a lo ‘thai’, con miso de coco y semillas de ajonjolí. O su pesca a la brasa con curri de coco (India) y camote (Perú). O el atún asado con prosciutto y lechuga asiática. Todo provocador (su estética) y rico (el resultado).

Importante también su coctelería tropical, con y sin alcohol, como por ejemplo un mojito de sandía de campeonato. Y dos postres sobresalientes: el ganache de pistacho y la tarte tatin de piña. La sutileza de lo dulce. Este es un lugar repleto de sabor, en todos los sentidos. En un solo bocado pasa de lo delicado a lo excitante. Inventiva con coherencia. Se come sabroso en Salón Tropical. Y, sí, no dejen de probar el tuétano con pulpo. ¡Gol!

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Salón Tropical. Cra. 5.ª n.º 65-20, Bogotá. Tel: 302 5606761.

MAURICIO SILVA

Editor de BOCAS

En Twitter: @msilvaazul