Antes funcionaban en una casa que miraba al parque del Virrey (calle 88 con 13), pero, por cuenta de un desbordado proyecto que arrasó con las propiedades de esa zona, debieron entregar. Y el cambio no pudo ser mejor. Encontraron un local más amplio en el marco de la plaza principal de Usaquén (costado sur).
Se llama Canasto Picnic Bistró y fue el proyecto de Alejandro Cuéllar, un interesantísimo cocinero que en 2019 partió demasiado joven de este plano físico. Desde su huerta en Sopó –su laboratorio– tiró línea sobre una cocina consciente, basada en la correcta producción de frutas y vegetales, proteicos silvestres y flores comestibles; en la cuidadosa preparación de los alimentos y en una expresiva presentación: fondo, forma y sabor. Y su legado continúa.
De sus desayunos, que son de los mejores de la ciudad, hablaremos en otro espacio porque hoy me centraré en su oferta de almuerzo y cena.
De sus entradas, sugiero sus remolachas asadas con queso costeño –de textura perfecta–, sobre un puré de zanahoria y trozos de cacao ($ 18.000). ¡Ojo a sus costillitas en salsa de guayaba, de quiebre casi oriental! ($ 27.700).
Muy ricas sus berenjenas chorreadas con sofrito sabanero y queso ($ 28.600). No puedo decir lo mismo de sus kibbes de hongos, de gran sabor pero secos ($ 25.900). Muy sabrosos sus bocados de rabo de toro, que son trío de sánduches, cuya carne viene bien acompañada de unas cebollitas encurtidas ($ 29.900). Y mucha atención a sus alcachofas grilladas sobre una salsa de espinacas y queso azul, coronadas por unas láminas de queso parmesano: un platillo tan sencillo como exquisito ($ 28.900).
También, a la fija, dos sopas caseras: la de tomate con bococcinni ($ 20.700) y la de zanahoria con chontaduro y queso de cabra ($ 16.000).
De sus fuertes, recomiendo su estupenda hamburguesa –una de las más ricas de la ciudad–, con una jugosa carne de 180 gramos, pesto, pimentones y zucchinis asados y un generoso queso mozzarella ($ 36.300). ¡Ojo al curry Canasto hecho en leche de coco, con zanahoria, cubios, coliflor y yuca, que se puede acompañar con trozos de lomo de res ($ 32.500)! Muy rico, por sencillo y efectivo, su sánduche de rosbif de chatas con mostaza, cubios encurtidos, mozzarella y rúgula ($ 31.800). E invito, a ojo cerrado, a que vayan por su osobuco bañado en una demi-glace, sobre un risotto de cúrcuma ($ 67.000). Platazo que ha sabido mezclar dos texturas y dos sabores perfectamente complementarios.
Capítulo aparte merecen sus postres, que también los hay saludables. La torta de banano con chocolate sin azúcar y el cheesecake de chocolate con salsa de caramelo salado y pecanas tostadas son memorables.
Canasto es un buen, gustoso y muy agradable restaurante sin más pretensión que servir una cocina confortable a precios decentes. Por eso, de ahí uno sale contento.
Canasto Picnic Bistró . Calle 118 n.º 6-45, Bogotá. Tel: 601- 9262082
Mauricio Silva
Editor Jefe de BOCAS
En Twitter: @msilvaazul