El equinoccio de primavera fue la fecha ideal para comenzar las funciones y diferentes actividades que harán del Centro Nacional de las Artes un punto de encuentro de las diferentes expresiones culturales, no solo locales sino internacionales, en Bogotá.
Su director, Iván Benavides, –un gran músico y un reconocido gestor cultural–, señala que la fecha elegida para que el centro tuviera su primera función no fue casual, ya que “tanto los pueblos milenarios y originarios celebraban esta fecha como el comienzo de un nuevo ciclo”, recordó. “Me preguntan mucho por qué hablo de equinoccio, pero también coincide con el Año Nuevo Muisca”.
La sede se inauguró oficialmente el año pasado, pero solo ahora comenzó a funcionar plenamente en esa fecha especial.
El complejo está listo para todo tipo de presentaciones, después de siete años de construcción, cuando su edificio, de 17.000 metros cuadrados y doce pisos, con varios escenarios, como la Sala Delia Zapata y la Sala Experimental Fanny Mikey, empieza a cobrar vida. No solo con piezas de vanguardia, sino también contando con la ancestralidad.
“También coincide con el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Mundial”, le dijo Benavides a EL TIEMPO.
Y no es un dato menor: una de las salas principales del nuevo complejo de 12 pisos lleva el nombre de la maestra Delia Zapata Olivella (1926-2001), la primera artista afro que se presentó en el Teatro Colón. El director ha sido enfático en decir que ahora “Delia está en su casa” y su legado está presente en el telón de la sala que desde ahora lleva su nombre.
El objetivo del Centro Nacional de las Artes (CNA), según Benavides, no será solo elaborar una programación que sea una sucesión de “eventos aislados, a gusto del director de turno”, sino que obedecerá a grandes narrativas.
“Básicamente, dijo, hemos armado unos proyectos ancla basados en ejes narrativos claros. Uno, con el que empezamos, es el cuidado del planeta. El proyecto se llama Del agua y de la tierra, y va a estar muy presente en nuestra programación”.
Una vez definidos, acuden a expertos en diferentes expresiones artísticas que ayudan con la curaduría, explicó.
La agenda esta semana contará con la presencia del grupo Atabaques, encargado de estrenar la sala Delia Zapata, que habla de la relación de las comunidades con el agua. También está Hybris, una pieza de artes expandidas, que durante tres días se verá en la sala Fanny Mikey. La obra, que combina luz, danza, movimiento y la posibilidad del público de caminar por el escenario, propone una reflexión sobre el cuidado del planeta.
A esto se sumó ‘la armonización’ del Centro, que se realizó con líderes de diferentes comunidades indígenas en el momento de arranque, porque en la agenda habrá un permanente diálogo entre lo más vanguardista y la tradición. “Sin justicia epistemológica no hay justicia social, y sin justicia social no hay justicia climática, y sin esos tres, no hay paz”, agregó el director del CNA.
Más adelante, el público bogotano podrá ver el desarrollo de otras temáticas. “Otro proyecto ancla –explicó Benavides– es el de ancestralidad y futuro, en el que trabajamos tanto la memoria como las vanguardias. Y tenemos un eje de cultura y paz, en el que estamos trabajando en laboratorios creativos. E Idas y vueltas, que trata de diálogos con el mundo”.
Para el futuro próximo, Benavides anuncia grandes invitados y grandes exposiciones, “artistas importantes como Brian Eno (que, entre otras cosas, ha colaborado con bandas como Talking Heads y U2) y las instalaciones de Patti Smith (la ‘madrina del punk’). Y durante la Feria del Libro de Bogotá, tendremos al Ballet Folclórico de México. La programación siempre estará en diálogo con los territorios, las comunidades, la juventud, la diversidad y el mundo”.
REDACCIÓN DE CULTURA
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