Reseña

Puerto Nariño: el pesebre natural de Colombia donde no hay carros ni motos y es atractivo para turistas extranjeros

Un majestuoso lugar para apreciar los delfines rosados, conocer las culturas indígenas y escuchar a la selva.

Puerto Nariño - Amazonas Foto: Melissa Múnera Zambrano

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Melissa Múnera Zambrano

PERIODISTA27.05.2025 18:30 Actualizado: 27.05.2025 20:21

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En el Amazonas existe un lugar mágico donde, al llegar, se perciben el aroma de la naturaleza y el sonido envolvente de la selva. Se trata de Puerto Nariño, conocido como el pesebre natural de Colombia y el primer municipio del país con certificación ambiental sostenible.

¿La razón? El respeto por la naturaleza es primordial para la comunidad que habita esta localidad, ubicada a casi dos horas en lancha desde Leticia, la capital del Amazonas. Al arribar, un muelle conecta con el municipio, el cual solo puede recorrerse a pie, ya que no existen carros ni motos para transitar.

Puerto Nariño cuenta con seis mil habitantes, además de 22 comunidades aledañas que suman aproximadamente 11 mil personas más.

Atardecer desde el río Amazonas Foto:Melissa Múnera Zambrano

Es una zona pequeña, con una extensión de 11,682 kilómetros cuadrados, pero en ella florece la cultura, el amor por la selva y el respeto por los animales.

Se encuentra a solo dos horas de Brasil y a 45 minutos de Perú en lancha. Quienes habitan en este pesebre natural son indígenas divididos en tres etnias: ticunas, cocamas y yaguas, quienes, durante 41 años, han trabajado incansablemente para proteger la región y garantizar que siga siendo sostenible y libre de contaminación.

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Uno de los atractivos turísticos más destacados es el avistamiento de los delfines rosados, que saltan y nadan en el río Amazonas.

Puerto Nariño, único municipio sin carros y sin motos — Puerto Nariño, único municipio de Colombia sin carros y sin motos Foto:Melissa Múnera Zambrano

Este fenómeno natural atrae a viajeros de Europa y Estados Unidos, quienes eligen Puerto Nariño para descansar, vacacionar o incluso residir por un largo período.

El despertar en medio de los árboles, el aroma a madera y la sinfonía de diversas especies conforman la esencia de este lugar, que conecta únicamente con la energía de la naturaleza.

Se pueden aprecias los monis tití Foto:Melissa Múnera Zambrano

"Aquí se conserva mucho la flora y fauna. Solo se camina, no hay carros ni motos, y solo se llega de manera fluvial. A los turistas se le incentiva a no tirar basura y, si traen residuos sólidos, se les recomienda depositarlos adecuadamente", comenta una de las habitantes indígenas.

Puerto Nariño dispone de dos tanques de agua potable y tres puntos de para consumo humano. Además, cuenta con tres empresas públicas de transporte fluvial que operan cuatro rutas diarias hacia Leticia y de regreso.

Otro de los atractivos de este municipio es que todas las casas están construidas en madera, manteniendo un entorno completamente ecológico.

Transporte fluvial desde Leticia a Puerto Nariño Foto:Melissa Múnera Zambrano

A pocos metros de Puerto Nariño se encuentra el lago de Tarapoto, considerado el santuario de los delfines rosados. Los turistas que deseen conocerlo pueden movilizarse en lancha y experimentar el sonido de estos mamíferos, acompañado por el silencio de la selva, donde solo se escuchan los grillos y el canto de las aves.

"Aquí se puede presenciar, aprender y experimentar el paisaje, el lago, el gran atardecer y los delfines rosados, junto con la biodiversidad única que caracteriza la región. Además, la gran comunidad indígena Ticuna que vive en este territorio es parte fundamental de su historia y preservación", afirmó Oximar López, miembro de la comunidad Ticuna, en diálogo con EL TIEMPO.

Vista desde mirador de Puerto Nariño Foto:Melissa Múnera Zambrano

También recomendó visitar Perú para observar osos perezosos y explorar Wochine, una reserva donde se aprende sobre el pez pirarucú, el caimán y las tortugas.

Otro recorrido ideal para los turistas es navegar por el río Loretoyacu, cuyas aguas cristalinas desembocan en el Amazonas.

Este afluente es también el hogar de delfines rosados y grises, conocido como el "restaurante de los delfines", debido a la frecuencia con la que pueden verse brincando en la zona.

Indígenas Ticuna en Puerto Nariño Foto:Melissa Múnera Zambrano

Finalmente, un punto clave para irar Puerto Nariño es el mirador Naipata, que ofrece una vista panorámica del río Amazonas y espectaculares atardeceres. La entrada tiene un costo de tan solo cinco mil pesos, y el de turistas es regulado por horarios.

"El Amazonas, la gente, son muy amigables, el sonido de la naturaleza es majestuoso, el descanso porque te desconectas de todo, todo es muy bueno, lo mejor es el río", dijo un extranjero de Estados Unidos que visitaba Puerto Nariño.

Patarashca, plato típico de Puerto Nariño Foto:Melissa Múnera Zambrano

Luego de recorrer el municipio, avistar los delfines, conocer el río Amazonas y sus otros afluentes puede visitar el Alto del Águila, si es amigable con los animales que han sido rescatados y maltratados.

Este lugar es una zona de silencio y cuidado en medio de una montaña en donde habitan libremente los monos, micos, guacamayas, loros, entre otras especies que han sido recuperadas. El Alto del Águila es un lugar de reserva e incluso, se hospedaje para quien lo desee.

Turistas con vista al río Amazonas y el atardecer Foto:Melissa Múnera Zambrano

Si elige como destino Puerto Nariño no puede dejar pasar probar los platos típicos como la mazamorra, patarashca, el pescado asado, cocido, entre otros.

Para llegar al Amazonas se debe llegar primero a Leticia a donde se puede visitar el parque de los loros y cruzar a la frontera con Brasil.

Este viaje fue propiciado por Fontur

Melissa Múnera Zambrano

Enviada especial para EL TIEMPO