Prioridades para las ciudades del futuro: inclusión y sostenibilidad

El papel actual de las ciudades y los entornos urbanos, en medio de los desafíos como el cambio climático, las migraciones, el envejecimiento de la población y el papel de mujeres y jóvenes, fue el centro de la discusión que se adelantó en el foro Ciudades del futuro, incluyentes, sostenibles y resilientes.

Liderado por EL TIEMPO, el evento, que se llevó a cabo en la Universidad Militar Nueva Granada, reunió a expertos, académicos y representantes del sector público y privado, para analizar las necesidades del desarrollo urbano en los próximos años.

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La conversación del primer segmento, Infraestructura para el futuro y desarrollo urbanístico sostenible, inició con un dato revelador expuesto por Ernesto Cortés, editor general de El Tiempo: cada día, 250.000 personas se trasladan hacia los centros urbanos, esta sería una situación que pone a prueba la capacidad de los servicios de salud, educación y vivienda, entre otros.

Ante este fenómeno de expansión acelerada, surgieron preguntas esenciales sobre cómo lograr ciudades más resilientes, biodiversas, sostenibles y, sobre todo, preparadas para las futuras generaciones.

Justamente debido a ese panorama, Carlos Moreno, urbanista franco-colombiano e invitado especial del foro, recordó el concepto que desarrolló sobre la ciudad en 15 minutos. En resumen, la idea consiste en crear entornos donde los ciudadanos puedan resolver todas sus necesidades reduciendo desplazamientos, lo que impactaría positivamente en su calidad de vida.

“¿En qué ciudad queremos vivir? La ciudad de los 15 minutos busca calidad de vida, estamos hablando de reinventar una proximidad de vida. Esa es nueva narrativa de ciudad que se puede aplicar a cualquier talla de ciudad”, explicó Moreno.

Natalia Silva, subsecretaria de Planeación Territorial de la Secretaría Distrital de Planeación, aseguró que sí es posible construir esas ciudades soñadas. Aunque Bogotá no se ha propuesto figurar entre las ciudades de los 15 minutos, sí proyecta convertirse en una ciudad de 30 minutos y ya estaría avanzando en ello.

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La funcionaria explicó que la istración actual trabaja en acciones estratégicas enfocadas en zonas industriales como el centro de Bogotá y Montevideo (Fontibón), donde se proyecta la renovación de espacios industriales existentes para dar paso a viviendas, centros de innovación y estructuras adaptadas a las nuevas dinámicas urbanas.

Además, resaltó la importancia de densificar cerca de los sistemas de transporte público, como el metro y TransMilenio, para facilitar la movilidad sostenible.

Desde el sector privado, Mauricio Patiño, gerente general de Construcciones Planificadas, enfatizó que pensar en las ciudades del futuro debe contemplar la sostenibilidad como un principio desde la planeación de cualquier proyecto. Subrayó la importancia de la autosuficiencia energética y de considerar, desde el diseño, el impacto a largo plazo de las edificaciones.

“Más que estar pensando en invertir en infraestructura, hay que pensar en que los proyectos sean adaptables, que cambien su uso si es necesario. Lo vimos en la pandemia, donde nuestra casa se volvió todo”, dijo el gerente.

Patiño también reconoció los avances que ha tenido la ciudad en el camino hacia el uso mixto de los espacios, que consiste en integrar industrias, zonas residenciales, comerciales y educativas para superar la segmentación tradicional por sectores.

Daniel Gómez, vicepresidente del Consejo Privado de Competitividad, reforzó esta visión al explicar que la competitividad de las ciudades significa la capacidad de ser más productivas, de acuerdo con un concepto desarrollado por ese consejo. Para ello, es clave considerar factores como la flexibilidad en el uso del suelo y la capacidad de adaptarse al entorno.

“Permitir que haya unos sitios con usos comerciales, residenciales, con oficinas, y otros donde la misma comunidad diga ‘queremos que en esta zona no haya comercio’ y que eso sea aceptable. Hay que pensar en eso, en cómo conciliar para que la gente aproveche esas posibilidades de organizarse”, detalló Gómez.

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El desarrollo de la ciudad no debe entenderse únicamente desde la infraestructura, como lo explicó Erik Vergel, profesor asociado de la Universidad de los Andes, quien llamó la atención sobre la importancia de recuperar la cercanía entre las personas como parte fundamental de la construcción de entornos urbanos.

El docente indicó que, tras la pandemia, pareciera que “se nos hubiera olvidado el valor de la proximidad”, y planteó la importancia de diseñar ciudades policéntricas, donde las necesidades básicas estén al alcance de la población, reduciendo así la necesidad de largos desplazamientos.

Asimismo, propuso que las ciudades dejen de pensarse exclusivamente para los vehículos y consideren también la integración de la fauna y la flora urbana.

En cuanto a la atracción de inversión en la ciudad, Carlos Alberto Suárez, director ejecutivo (e) de Invest in Bogotá, planteó que es importante pensar muy bien en las ciudades del futuro, especialmente porque la capital tienen el reto de competir en un entorno global cada vez más exigente.

Suárez señaló que los avances en proyectos de infraestructura, como el metro, representan una oportunidad para transformar la ciudad hacia un modelo más sostenible y atractivo para los inversionistas.

La segunda parte del foro, Ciudades incluyentes espacios resilientes, que fue moderada por Omar Oróstegui, director del laboratorio de Gobierno, tuvo que ver con la importancia de los entornos para el tránsito y disfrute de los ciudadanos

En ese sentido, María Clara Aristizábal, gerente del negocio de desarrollo urbano de Grupo Argos, señaló que en sus proyectos se han centrado en brindar viviendas con espacios óptimos y zonas sociales que las personas vean como una extensión de su hogar. “Ese amor por el sitio es lo que se despierta con estos entornos, cuando eso ocurre es un ciudadano más comprometido con el pago de impuestos”, indicó Aristizábal.

Justamente sobre la disposición del espacio público, de acuerdo con Nidia Hernández, presidenta de Colfecar, la capital debería pensar en el desarrollo logístico, con el fin de hacer más eficiente el abastecimiento y que no se tomen medidas que afecten al gremio.

“Cada vez que se implementan restricciones para carros pesados, se generan sobre costos que pagan los ciudadanos”, explicó Hernández.

Esta conversación dejó ver que el futuro de las ciudades no dependería únicamente de grandes obras de infraestructura, sino de una visión integral que combine planificación sostenible, inclusión social, respeto por el entorno natural y, sobre todo, un profundo compromiso con las necesidades de la ciudadanía.

Miguel Castellanos

En X: @LoQueOlvido

Redacción Bogotá 

EL TIEMPO