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Noticia
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Esta es la peligrosa mezcla de sustancias que están encontrando en el 'Tusi' que se consume en Bogotá
En festivales han encontrado que la sustancia estaría siendo rendida sin importar los impactos en la salud.
Esta prueba de colorimetría hecha en una muestra de 'Tusi' ha permitido encontrar benzodiacepinas, oxicodona, morfina y hasta heroína, una mezcla que puede ser mortal. Foto: Cortesía: Échele Cabeza
En 1999, el cantante colombiano Joaquín Emilio Bedoya Gómez lanzó la canción Échele agua a la sopa, un término usado por locales para referirse a la práctica de rendir la comida cuando llegaban visitantes de sorpresa. La canción cuenta que varios amigos se reunieron a la hora del almuerzo —“son más de tres mil”, decía el artista—, y quería que todos tuvieran su porción.
Esa fórmula que cantó Joaquín Bedoya, de rendir a toda costa algo que se cocina para que todos puedan consumirlo, la terminaron acuñando hasta los traficantes de droga del país. Con lo que tienen a la mano están haciendo polvos de colores llamativos que terminan en narices desprevenidas e inocentes.
De acuerdo con el proyecto Échele Cabeza, entre el 50 y el 60 por ciento de las muestras de ‘Tusi’ que han testeado en fiestas o eventos recientes son totalmente diferentes, y “una no se parece a la otra”. La sustancia estaría siendo rendida para que alcance a llegar a varios consumidores, sin importar los impactos en la salud o que su pureza se vea afectada.
Así como echarle agua a la sopa puede hacer que este alimento termine sin sabor, rebajar de manera desmedida esta droga también tiene implicaciones, pero estas son más graves y se relacionan con la muerte. Según Julián Quintero, sociólogo y director de la Corporación Acción Técnica Social —que hace parte de Échele Cabeza—, recientemente han alertado sobre la “indescifrable e inesperada composición del ‘Tusi’”.
“Cada vez que analizamos, encontramos diferentes componentes. El ‘Tusi’ es una sustancia que tiene como base la ketamina, que también incluye estimulantes como el MDMA o el éxtasis —que es lo mismo— o cafeína, pero hemos venido encontrando cada vez más benzodiacepinas, opioides, oxicodona, morfina y heroína. Eso hace que sea una sustancia depresora del sistema nervioso”, aclara.
Échele Cabeza acude a los principales festivales de música del país para testear las sustancias. Foto:Cortesía: Échele Cabeza
La alerta es mayor debido a que la creación de esta droga no requiere muchos ingredientes, los cuales son de fácil , además de una olla y un fogón de cocina casera. Por lo tanto, cada consumidor estaría experimentando incluso para incursionar en la comercialización. A ese cóctel de sustancias que pequeños traficantes están creando, se suma que el ‘Tusi’, en ocasiones, es mezclado con alcohol, y el riesgo aumenta.
Lineth Alarcón Franco, médica especialista en toxicología y máster en investigación de neurotoxicología y neurofarmacología, explica que los riesgos de estas sustancias resultan ser mayores debido a la ilegalidad, pues al no haber una regulación, los procesos de producción no cumplen con ningún protocolo.
“Usted sabe que cuando compra alcohol en un lugar autorizado y oficial va a encontrar etanol, y no le van a dar trago malo. Pero cuando ya empiezan a venderse drogas y sustancias por fuera de los ámbitos de regulación y la oficialidad, aparecen una especie de cócteles de los que casi nadie sabe qué contienen”, dice Alarcón.
Lo que hoy en Colombia se conoce como ‘Tusi’, es originalmente el 2-CB, nombre asociado a sus componentes químicos, y no estaría ni cerca de esa fórmula original. Aunque no se garantiza ni promueve su consumo, al ser una fórmula tratada tiene cierta pureza y calidad para sus adeptos.
“La sustancia original, si bien no podemos decir que tiene una seguridad como tal, sí es pura y de buena calidad. Entonces, probablemente, los riesgos de consumo son muy bajos si la persona la conoce bien. Pero como esto hace parte del negocio de la ilegalidad y la irregularidad, surgen las cocinas o lugares de producción underground, con drogas de pésima calidad, en las cuales usualmente el principio activo —la molécula original que deberían contener— está presente en mínima cantidad, o ni siquiera lo está”, agrega la toxicóloga.
La prueba de colorimetría permite que expertos hallen componentes químicos en las sustancias. Foto:Cortesía: Échele Cabeza
Rayner Bedoya Hernández, médico toxicólogo del Hospital Universitario San Vicente Fundación de Medellín, señala que inicialmente lo que se busca con estas mezclas es reemplazar la fórmula original con una sustancia de efecto similar, pero a bajo costo.
“Hoy en día, con tantas ‘cocinas’ donde fabrican ese tipo de sustancias, lo que se busca es un producto mucho más potente. Pero los efectos adversos o el riesgo de estas sustancias también se incrementan. Por eso, cada día es más frecuente ver jóvenes en urgencias intoxicados por consumo de ‘Tusi’, que genera daño cerebral, arritmias graves e incluso afectaciones renales difíciles de tratar”, señala el clínico.
A propósito de esas cocinas, a finales del mes pasado la Policía de Bogotá desmanteló una banda conocida como ‘los Químicos’, señalados de producir drogas sintéticas, entre ellas ‘Tusi’. Este caso dejó en evidencia que fabricar esta droga no requiere grandes equipos de trabajo ni laboratorios, lo que aumenta la posibilidad de que sus productores sigan expandiéndose en la clandestinidad e intimidad de las cocinas de sus casas.
Esto fue lo que hallaron en la casa donde operaban 'los Químicos', traficantes de drogas sintéticas. Foto:Cortesía: Policía Metropolitana de Bogotá
Julián Quintero, de Échele Cabeza, y la especialista Lineth Alarcón coinciden en que esta situación seguirá siendo latente debido a la prohibición en el consumo de sustancias, la ausencia de una política de control de daños y la falta de documentación entre los mismos consumidores. Y aunque no sugieren una legalización, sí hacen un llamado a la necesidad de hacer un mejor seguimiento a las sustancias que se están distribuyendo y consumiendo en las calles.
“Usted no se acuerda de una estrategia de prevención del Gobierno de Bogotá en las últimas tres istraciones. Usted no recuerda una estrategia de prevención o de reducción de daños en los últimos tres gobiernos presidenciales. Ni Duque, ni Santos, ni Petro han sacado estrategias de prevención. Entonces, tampoco el Gobierno está haciendo cosas, y eso nos preocupa mucho”, concluye Quintero.
“Si empezamos a testear todo lo que hay, la gente se va a empezar a dar cuenta de lo que está consumiendo y también habrá un empoderamiento de la población. Si usted, por ejemplo, fuera a comerse un sushi y este tiene bacterias, no volvería a ese mismo lugar. Una de las formas de atender esa situación en este momento es hacer una reducción de daños”, insiste Alarcón.
En lo corrido de este año, la Policía ha incautado en Bogotá más de tres toneladas de marihuana; 118.772 gramos de cocaína; 100.338, de bazuco; 22.832, de base de coca; y 442, de heroína. En cuanto al ‘Tusi’, se sabe que no ha sido incautado en grandes cantidades, pero las autoridades han identificado que circula principalmente en las localidades de Chapinero y Usaquén.