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Esta es la vieja planta que salva a Bogotá de un racionamiento más fuerte

Tiene 65 años en operación y debido al crecimiento vertiginoso de Bogotá ha sido ampliada en dos ocasiones y por la contaminación del río le hacen una optimización de los procesos de tratamiento.

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Guillermo Reinoso

EDITOR DE BOGOTÁ05.02.2025 06:21 Actualizado: 10.02.2025 15:00

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A hora y media de Bogotá, en el municipio de Tocancipá (Cundinamarca), se encuentra la planta de tratamiento de agua potable Tibitoc. Es una infraestructura con un poco menos de siete décadas de construida y que hace un año se volvió vital para el suministro de agua a la mitad de los bogotanos y habitantes de 11 municipios.

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Planta Tibitoc — A 40 km de Bogotá en el municipio de Tocancipá, se realiza la captación del río Bogotá para abastecimiento de agua por medio de bocatomas denominadas Norte y Sur, para ser tratada en la planta Tibitoc que fue diseñada inicialmente para una capacidad de 3 m3/s y entró a servicio en 1959. En el año 1966 mediante la instalación de unidades adicionales de bombeo de agua cruda a la planta de tratamiento, se incrementó su capacidad a 4,6 Bogotá 29 de enero del 2025. FOTO MAURICIO MORENO CEET ELTIEMPO. Crédito: CEET. Fotógrafo: MAURICIO MORENO Foto:Mauricio Moreno. EL TIEMPO

La planta se construyó en un terreno de 400 hectáreas y entró a operar en 1959, paradójicamente en medio de polémicas porque supuestamente su capacidad estaba sobredimensionada para una ciudad que empezaba a crecer.

Había sido diseñada cuatro años antes con una capacidad de 3,5 m3/s y para esa época ciudad tenía apenas 1'223.007 habitantes.

Allá, los técnicos en tratamiento de aguas hacen magia, porque toman el agua del río que, a pesar de que no está tan lejos de su nacimiento, llega muy contaminada y la convierten en agua 100 por ciento potable para la ciudad

Natasha AVENDAÑOGerente del Acueducto

No era el primer sistema de tratamiento de agua potable, pero sí, según la gerente de la Empresa de Acueducto y alcantarillado de Bogotá, Natasha Avendaño, la primera gran planta de tratamiento de agua potable para abastecer a la ciudad.

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Ya existía Vitelma, que había entrado a operar 21 años atrás, cuando la población era de alrededor de 325.000 personas.

Para el momento en el que se empezó a construir Tibitoc, las aguas del río Bogotá eran limpias y en ellas se podía pescar. Sin embargo, la ciudad presentaba un vertiginoso crecimiento como consecuencia de la migración de regiones como Antioquia, Tolima y el sur del país.

A la par del aumento de la población se fue desarrollando la Sabana, los centros poblados crecieron y aparecieron las primeras zonas industriales. Por supuesto, la contaminación también se incrementó a niveles sorprendentes.

No había pasado un lustro de la inauguración y ya la joven Empresa de Acueducto estaba proyectando la ampliación.

El abastecimiento llegó a ser insuficiente y en el verano de 1968 fue necesario establecer un estricto racionamiento. Así se proyectó la primera ampliación de la planta y se empieza estudiar la alternativa del páramo de Chingaza.

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Ese año, Tibitoc subió su capacidad a 7,5 m3/s y cerca de un lustro después a 10,5 m3/s. Y pasó de tener cuatro trenes de sedimentación y floculacion a siete y 16 sistemas de filtros, los mismos que tiene actualmente.

En total, son nueve los procesos que exige el tratamiento de las aguas del río y en el mismo se utilizan varios químicos para purificar el agua que es captada a través de dos ductos que atraviesan la vía Zipaquirá-Briceño.

Tibitoc hoy tiene una capacidad de casi 9 m3/s, casi que la duplicamos, y por eso el racionamiento no ha sido más fuerte

Natasaha avendañoGerente del Acueducto

“Allá, los técnicos en tratamiento de aguas hacen magia, porque toman el agua del río que, a pesar de que no está tan lejos de su nacimiento, llega muy contaminada y la convierten en agua 100 por ciento potable para la ciudad”, señala Avendaño.

Si bien Tibitoc cuenta con una capacidad instalada de 10,5 m3/s, por los altos niveles de contaminación que tiene el río Bogotá apenas alcanzaba a tratar caudales entre 4,5 m3/s. y 6,5 m3/s.

Por eso, desde febrero de 2022, se dio inicio al proyecto de optimización de la capacidad de tratamiento. El objetivo es que pueda producir realmente 10,5 m3/s de agua potable en épocas normales y hasta 12 m3/s en momentos críticos.

Luego de tratada, esa agua es bombeada, a través cinco potentes máquinas, hasta un tanque que se encuentra a 30 metros de altura, en la cima de un cerro cercano. Y de allí es conducida por dos líneas (de 1,5 y 2 m de diámetro) hasta Bogotá y nueve municipios del occidente y suroccidente. Otras dos poblaciones, Tocancipá y Sopó, también reciben de esa agua a través de una tercera línea.

Todo esto hace que la operación de la planta Tibitoc necesite actualmente tres subestaciones de energía eléctrica que alcanzan a generar 12 megavatios. Estas serán reemplazadas por dos subestaciones nuevas, cada una de 30 megavatios.

De manera simultánea se adelanta un proceso modernización tecnológica y eléctrica del gran complejo de saneamiento básico que es operado por un puñado de personas desde un pequeño cuarto de cómputo.

El proyecto incluye la construcción de un sistema fotovoltaico (es solares) con el objetivo de reducir la dependencia de la energía eléctrica y, además, dejar de consumir cerca del 30 por ciento del fluido.

Aunque se esperaba que la optimización y modernización de la planta estuvieran finalizadas entre octubre pasado y este año, con el nuevo racionamiento por cuenta de las bajas afluencias, el Acueducto de Bogotá debió ajustar los tiempos de las obras.

Esto con el fin de utilizar la mayor capacidad posible de Tibitoc, suministrar más agua a Bogotá y quitarle presión al sistema Chingaza, que se construyó en los años 70 y llegó a representar el 70 por ciento del consumo total, pero que gradualmente fue bajando la producción. Hoy, apenas suministra la mitad del agua que se demanda.

Por el contrario, Tibitoc fue incrementando el caudal tratado. Pasó de entregar, en promedio, 4,5 m3/s de agua potable en marzo 2024 a 8,2 m3/s en diciembre del mismo año, es decir, de representar el 25 por ciento del consumo subió a la mitad de una ciudad y una región con cerca de 10 millones de personas.

De esta manera, la planta que se empezó a construir a mediados del siglo XX, evitó que los cortes en turnos diarios en el suministro de agua potable fueran más drásticos.

La gerente del Acueducto de Bogotá recuerda que en enero del año pasado la planta tenía una capacidad para tratar agua de entre 5 y 6 m3/s y por eso no se podía traer (a la ciudad) más agua.

“Hoy tiene una capacidad de casi 9 m3/s, casi que la duplicamos, y por eso el racionamiento no ha sido más fuerte”, afirma Avendaño.

En mayo próximo se espera que, con la entrada en operación del séptimo y último tren de sedimentación, la vieja planta de agua potable pueda tratar hasta 10,5 m3/s en épocas normales. Este es un requisito para que la CAR autorice el aumentar de la captación del río Bogotá.

GUILLERMO REINOSO RODRÍGUEZ

EDITOR BOGOTÁ

EL TIEMPO

En X: @guirei24