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Noticia
Esplendor, ocaso y recuperación del Hospital San Juan de Dios en Bogotá
50 años de la toma de esta institución que marcó el comienzo de su declive. EL TIEMPO estrena documental sobre él.
El edificio central es una de las imágenes más emblemáticas del hospital. Foto: Sergio Cárdenas / EL TIEMPO
Desde que en 1564 el hospital de San Pedro comenzó a atender enfermos en la capital del país y, por supuesto, cuando cambió de nombre y ubicación en 1739 para convertirse en lo que hoy conocemos como Hospital San Juan de Dios, ha sido conocido como la casa de la medicina y la ciencia en Colombia.
El ingenio, la investigación y el rigor con el cual afrontó los desafíos de la salud lo mantuvieron a la vanguardia: al menos 18 técnicas salidas de sus instalaciones fueron pioneras no solo en Colombia, sino en la medicina internacional.
El hospital se encuentra en la localidad de Antonio Nariño sobre la carrera 10 con calle 1. Foto:Sergio Cárdenas / EL TIEMPO
Algunas de ellas fueron resumidas en un artículo de la ‘Revista de la Facultad de Medicina’ de la Universidad Nacional, en 2018. Los investigadores Juan Carlos García, Raúl Esteban Sastre y Laura Becerra destacaron invenciones como la válvula de Hakim, desarrollada por el médico Salomón Hakim en 1957, como alternativa al síndrome de hidrocefalia normotensiva.
O la bolsa de Borráez, una recursiva técnica implementada por el médico Oswaldo Borráez para las cirugías de abdomen abierto en 1984.
De igual forma, en el San Juan de Dios se aplicó por primera vez el programa Madre Canguro, entre 1978 y 1991, con el cual el equipo del médico Édgar Rey salvó la vida de miles de bebés prematuros y se ganó el reconocimiento mundial.
“En 1914, Pompilio Martínez, formado en París y Viena, realizó una hazaña –recuerda el doctor Carlos Francisco Fernández, asesor médico y periodista–. Suturó un corazón herido por arma blanca. El paciente vivió, pero él fue sancionado por atreverse a tocar lo que entonces se creía la sede del alma. Con ese gesto audaz, la cirugía moderna irrumpió en Colombia”.
Logros como estos, o el primer trasplante renal de un donante vivo, en 1965, e incluso uno anterior, la primera arteriografía en Colombia, que hicieron Mario Camacho y Gonzalo Esguerra en 1946, posicionaron al hospital como un faro de la investigación médica en el continente.
Hoy, esas proezas médicas parecen víctimas del olvido, como puede atestiguarse en el documental que estrena EL TIEMPO: ‘Hospital San Juan de Dios, en primera persona: su esplendor, ocaso y recuperación’, en el cual médicos, enfermeras, pacientes y vecinos del hospital dan testimonio de la grandeza de este centro de salud, que espera renacer en los próximos meses.
Lo invitamos a ver el documental aquí. Foto:EL TIEMPO.
El doctor Fernández, quien fue estudiante residente allí, conduce un recorrido por sus instalaciones centenarias, que ya se están remodelando en cumplimiento de órdenes legales que aspiran a devolverles la buena salud: “Nosotros teníamos turnos que sobrepasaban las 24, 48 horas… pasábamos toda la noche sin dormir, trabajando en esas áreas de urgencias un fin de semana”, relata el galeno.
La toma del hospital
Fernández, junto al también médico e historiador Mario Hernández, director del proyecto de recuperación del San Juan de Dios, evoca fantasmas del pasado en los pasillos donde antaño se reponían los pacientes.
Al llegar a una sala de paredes desnudas, desprovistas de pañetes, Fernández exclama: “Este era el pabellón San Lucas. Todos los médicos de la Universidad Nacional que rotábamos por aquí sabemos lo que significaba: podía identificarse como una antesala de la muerte”.
En efecto, vida y muerte se batían a duelo en este espacio, hasta que el mismo hospital se convirtió en enfermo terminal por falta de dinero. Hernández recuerda ese diagnóstico, que data de 1975: “Los servicios eran sostenidos por el trabajo de los residentes (estudiantes de Medicina). Se les daba un estipendio que era muy poquito. Y empezó a atrasarse el pago a los residentes. Uno de ellos se quejó y por esa queja no lo querían graduar. Y la Asociación Nacional de Internos y Residentes decidió acompañarlo y convocaron a un paro hasta que se resolviera su caso y el de todos los estudiantes”.
Un lugar donde la vida y la muerte se batían a duelo. Foto:Sergio Cárdenas / EL TIEMPO
Hace exactamente 50 años se desencadenó el hecho que simbolizó la crisis de la salud: “El hospital estaba cayendo en su presupuesto –prosigue Hernández–, la Beneficencia de Cundinamarca no alcanzaba a cubrirlo. Y el profesor de patología Guillermo Fergusson entró como decano y propuso que el Hospital San Juan de Dios fuera adscrito a la Universidad Nacional con presupuesto de la Nación y que la Beneficencia financiera lo que pudiera financiar. En mayo de 1975, el profesor compartió la posición de los estudiantes y acompañó la toma del hospital. Estuvieron 14 días en paro y entre el 28 y el 30 de mayo se tomaron el edificio central, cerraron urgencias y presentaron un pliego de peticiones”.
Encerrados por un cordón policial, sin agua y sin comida, los médicos mantuvieron su protesta de batas blancas gracias a los vecinos del barrio Policarpa Salavarrieta, que retribuyeron el auxilio que el hospital les prestaba tras sus numerosos enfrentamientos con la Policía. Se inventaron un supuesto matrimonio, en una casa que colindaba con la pared del hospital y aprovechando el ruido de la música, cavaron un hueco en el muro y traspasaron al San Juan de Dios las cajas de regalos nupciales: comidas y bebidas para burlar el cerco de las fuerzas del orden.
Finalmente, como relata el documental, la Policía descubrió el engaño y arguyendo planes terroristas ingresó al hospital y detuvo a más de 50 personas, incluyendo al decano Fergusson.
Fue el comienzo del fin, pues la crisis presupuestal se agravó y a principios del presente siglo, el hospital se quedó sin luz, sin presupuesto, sin médicos y hasta sin pacientes.
"El San Juan necesita un renacimiento". Foto:Sergio Cárdenas / EL TIEMPO
Avanza la remodelación
El Hospital San Juan de Dios recibió un balón de oxígeno, cuando el 27 de febrero de 2002 fue declarado monumento nacional por la ley 735. Esa misma norma ordenó el restablecimiento de sus labores médicas y educativas.
“El San Juan de Dios no necesita un epitafio. Necesita un renacimiento. Porque los países verdaderamente inteligentes no entierran sus mejores instituciones. Las reconstruyen. Y Colombia, si quiere curarse, debe volver a habitar ese hospital que alguna vez nos enseñó que la medicina no es solo curar: es pensar, formar y amar la vida”, afirma el médico Fernández.
Se esperan grandes avances en su restauración entre 2025 y 2026. Foto:Sergio Cárdenas / EL TIEMPO
En 2015 se concretó la compra del hospital por parte del Distrito de Bogotá y con ella, el inicio de las obras de entidades nacionales y locales, que apuntan a la reapertura de este ícono de la salud, tal y como puede apreciarse en el libro ‘Guía crítica del conjunto hospitalario San Juan de Dios’, que editó el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, y que fue galardonado el año pasado con el premio de diseño Lápiz de Acero.
Esta publicación subraya no solo el valor social e histórico del hospital, sino además la importancia patrimonial del conjunto arquitectónico.
“La declaratoria como bien de interés cultural abarca la totalidad del terreno. Existe algo denominado el Plan Especial de Manejo y Protección (Pemp), dentro del cual hay una caracterización de los edificios en diferentes niveles de conservación. El hospital adquirió connotaciones de conservación sobre el manejo que se le deben dar a esos espacios y la necesidad de recuperar sus edificaciones”, explica Eduardo Mazuera, director del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural.
De igual forma, el Ministerio de las Culturas emprendió la remodelación y hace unas pocas semanas finalizó la adecuación de uno de los 24 edificios.
“En este momento hay 13 edificios en obra –dice Hernández, en su calidad de director de la recuperación–. Ya se entregó el 14 y esperamos avanzar en las obras de tres más, entre 2025 y 2026, así que tendríamos bastante avanzado el proyecto. El edificio central, que es la joya de la corona, va a estar en la fase de reforzamiento estructural”.
A pesar de los desacuerdos que suele haber entre los gobiernos nacional y bogotano, el Hospital San Juan de Dios está saliendo de cuidados intensivos y su salud tiende a mejorar. El documental de EL TIEMPO muestra las animaciones por computador de cuál sería su nueva cara.
Así quedaría el edificio Siberia. Foto:Cortesía del Ministerio de las Culturas.
Hacia el final de este video, el médico Fernández afirma: “Un hospital no es solo un edificio, es la memoria viva de quienes han sanado y de quienes han sido sanados. Y mientras haya quienes lo recuerden, quienes lo defiendan, el San Juan no morirá. Algún día, sus salas volverán a llenarse de pacientes y de médicos con la misma pasión con la que nosotros recorrimos sus pasillos. Ese día, Bogotá habrá saldado una deuda con su propia historia”.
Avances científicos en la historia del Hospital San Juan de Dios
Creación del concepto de escuela médica en Colombia: Integración hospital-universidad como modelo formativo integral en docencia, práctica e investigación médica.
Introducción de la asepsia quirúrgica (1905): Rafael Ucrós aplicó en Colombia los principios de Lister sobre asepsia y antisepsia.
Primera cirugía cardíaca por herida punzante (1914): Pompilio Martínez realizó una sutura de corazón, enfrentando la oposición conservadora.
Primera aplicación de arsenicales para la sífilis (1914): Martín Camacho introdujo el uso de salvarsán, fortaleciendo el vínculo entre docencia e investigación.
Primera aplicación de radio para tratamiento de cáncer (1919): Roberto San Martín aplicó radio en dorso de mano y útero, origen del Instituto Nacional de Cancerología.
Creación del laboratorio Santiago Samper: Fundación del primer laboratorio nacional, origen del Instituto Nacional de Salud.
Desarrollo de la clínica de enfermedades tropicales: Roberto Franco y Luis Patiño descubrieron focos de fiebre amarilla y petequial en Colombia.
Primera arteriografía en Colombia (1946): Mario Camacho Pinto introdujo esta técnica junto con Gonzalo Esguerra.
Inicio de la cirugía endocrinológica (1955): Rafael Casas Morales implantó el modelo de residencia médica tipo Harvard.
Descripción del síndrome de hidrocefalia normotensiva (1957): Salomón Hakim describió el síndrome y desarrolló la válvula que lleva su nombre.
Inicio de la cirugía cardiovascular en Colombia (1958): Alfonso Bonilla Naar realizó las primeras valvulotomías y cirugías a corazón abierto.
Construcción del primer esfínter faríngeo (1960): Miguel Orticochea lo desarrolló, ayudando a pacientes con labio o paladar hendido.
Primera revascularización de extremidades (1963): Fernando Gómez Rivas realizó revascularización de pierna y mano.
Primer trasplante renal de donante cadavérico (1965): Enrique Carvajal y Fernando Gómez lo realizaron en Bogotá.
Primer trasplante renal de donante vivo (1965): Helbert Escobar, Alberto Carreño y Andrés Rebollo lo llevaron a cabo.
Creación de la bolsa de Bogotá (1984): Oswaldo Borráez la desarrolló como técnica para manejo de abdomen abierto.
Programa Madre Canguro (1978-1991): Edgar Rey y su equipo desarrollaron esta estrategia para neonatos prematuros; recibió reconocimiento internacional.
Desarrollo de vacunas sintéticas y contra la malaria (1987): Manuel Elkin Patarroyo fue pionero mundial en este campo y fundó el Instituto de Inmunología.
Fuente: García-Ubaque, J. C., Sastre-Cifuentes, R. E., & Becerra-Peñaranda, L. S. (2018). Aportes del Hospital San Juan de Dios a la medicina y a la educación. Revista de la Facultad de Medicina, 66(1), 91–96.