En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Diez años después, la mamá de Colmenares habla del doloroso proceso
Oneida Escobar dice que a su hijo lo mataron y cuenta cómo va su proceso de sanación y perdón.
Hace 10 años les cambió para siempre la vida a los Colmenares. Su primogénito murió en el canal del parque El Virrey, en el norte de Bogotá, en hechos confusos y por los cuales tres jóvenes fueron acusados y todavía hay apelaciones por resolver en tribunales.
Pero si a alguien se le transformó radicalmente todo su existir fue a Oneida Escobar, la madre de Luis Andrés Colmenares, el estudiante de 20 años de la Universidad de Los Andes que en la noche del 31 de octubre de 2010, cayó al caño, donde horas después fue hallado sin vida. Su cuerpo presentaba graves lesiones que le habrían producido el deceso. Con la muerte trágica de su hijo, Oneida también sintió se le iba la vida. Describe su dolor tan profundo como si le hubieran arrancado parte de su cuerpo.
Desde ese momento, esta mujer se convirtió en el origen y “motor” del largo y polémico proceso judicial del que, como muy pocos, se han publicado miles de historias en periódicos y en radio y televisión. Ella no aceptaba, ni lo acepta hoy, que se trató de un accidente, como se llegó a plantear al principio.
Dejó su profesión como a de empresas y se dedicó de lleno, como cualquier investigador, a buscar pruebas y elementos que pudieran contribuir a esclarecer la verdad sobre la muerte de “Luigi”, como aún lo llama con cariño.
Prácticamente permanecía en los juzgados y tribunales pendiente de memoriales y decisiones, al punto que, según cuenta, funcionarios judiciales llegaron a considerar el caso como un “chicharrón”. Y no era para menos, ella conoce en detalle los cientos de folios que año tras año se fueron sumando al expediente.
Los hermanos Jorge (izq.) y Luis Andrés Colmenares. Foto:Archivo particular
Mientras tanto, su esposo, Luis Alfonso Colmenares, y su hijo menor, Jorge, quien hoy es concejal de Bogotá, le ayudaban en esa labor de investigación pero, sobretodo, enfrentaban las polémicas públicas y eran los que aparecían en los medios.
“Mi mamá estuvo en todo. El caso nació por ella y ella es quien insistió y lo impulsó; llevaba fotos y elementos que iba consiguiendo y asistía a todas las audiencias. El proceso llegó hasta donde está ahora por ella”, reconoce Jorge, quien como sus padres y su hermano nació en La Guajira colombiana y estudió en Bogotá.
Según contó en su momento el padre de los Colmenares, en enero del año siguiente, después de regresar de Villanueva, Oneida reveló que había estado soñando con su hijo y que en uno de esos sueños él le había dicho: ‘la verdad está en mi cuerpo’. Fue entonces cuando, según dijo Luis Alfonso, contrataron a un médico forense particular y empezó todo el lío judicial. Oneida prefiere no hablar de eso, pero sí de que la motivación de su lucha ha sido que se conozca la verdad de lo sucedido.
En el caso de la muerte del estudiante de séptimo semestre de ingeniería industrial, Carlos Cárdenas enfrentó una acusación como autor del presunto homicidio y fue absuelto en primera y segunda instancia porque no había pruebas suficientes en su contra.
Con el mismo argumento, Laura Moreno y Jessy Quintero -la primera acusada como coautora impropia de homicidio y la segunda por falso testimonio y encubrimiento de homicidio- fueron absueltas en 2017, aunque sus casos se encuentran en apelación y en cualquier momento se debe producir un fallo.
Sin embargo, la mamá de los Colmenares llama la atención en que en ningún momento los jueces han señalado que no se trató de un homicidio, sino de que no hay pruebas suficientes contra los acusados. De hecho, asegura que, como madre y como la persona que tal vez más conoció a Luis Andrés, tiene la certeza de que fue un asesinato.
“El tribunal lo que dijo fue que a mi hijo lo habían asesinado, que no se podía condenar a la persona porque no había pruebas suficientes, pero en ningún momento señaló que era inocente”, asegura esta madre que ha llorado tanto en estos 10 años que ya -dice- se le secaron las lágrimas.
Pero eso hace parte del proceso de sanación espiritual y perdón en el que viene, con la ayuda de un grupo de oración a Jesús y María, al que ha pertenecido desde hace años, y que se acentúo después de que se acabaron las audiencias y ella pudo dedicarse más “a las obras de Dios”.
El llanto saca todo ese dolor y sentimiento que uno tiene guardadito, así es que viene la sanación
“El llanto saca todo ese dolor y sentimiento que uno tiene guardadito, así es que viene la sanación”, cuenta Oneida, quien explica que ese proceso le ha permitido volver a ser la persona que era antes de la muerte de Luis, cuando en su corazón no había espacio para el rencor ni el resentimiento, reía.
Recuerda que al principio del proceso le era muy difícil asistir a una audiencia y ver a los sindicados. “Yo le decía a Dios: ‘Señor, ayúdeme a verlos con tus ojos, porque yo no puedo verlos con los míos. Ahora los miro y ya no es con esa rabia. Con mi perdón, la que sano soy yo”.
En ese proceso de reconstruir su vida, Oneida echó a andar una vieja idea: crear una fundación. Eso fue cuando Luis Andrés y Jorge estaban todavía pequeños, pero con la muerte de su primogénito y, sobretodo, con el proceso judicial.
"Eso fue mucho antes de que mi hijo muriera. Dios me había puesto en el corazón que yo iba a tener una fundación. No sabía de qué. Pero con el proceso por el asesinato de mi hijo y de ver lo que uno sufre en los juzgados, a las mamás con muchas dificultades y a los jóvenes con tantos problemas de drogas, digo ya sé de qué va a ser la fundación y en honor también a mi hijo. Lleva el nombre de Lace, Luis Andrés Colmenares Escobar".
El objetivo, cuenta, es apoyar a las madres que, como ella, han sufrido una tragedia por la muerte de alguno de sus seres más queridos y deben enfrentar un largo proceso judicial. "Yo no quiero que pasen lo mismo que yo pasé en la Fiscalía. Buscamos apoyarlas en la parte jurídica y psicológica y, tal vez más importante, en lo espiritual, que puedan tener una persona con quien hablar, con quien abrazarse, a quien contarle. Uno cuando pierde un hijo, lo que quiere es hablar y hablar de su hijo".
Y mientras avanza en su idea y en el proceso de sanación, dice que su hijo menor, Jorge, ha sido clave en su recuperación. Pero además, su elección como concejal de Bogotá en octubre de 2019, le generó "mucha felicidad", en medio de tanto dolor.
"Fue una felicidad, un orgullo y un despertar para saber que Jorge también necesitaba mi apoyo", insiste la madre de los Colmenares.
Esto la lleva recordar que en vida, Luis Andrés decía que su hermano menor iba a ser "grande", por la forma de ser y lo humanitario.
La familia Colmenares: Luis Alfonso Colmenares, Oneida Escobar, Jorge y Luis Andrés. Foto:Archivo familiar
Una fundación para ayudar a las familias
Después de estar en un proceso de sanación y perdón, Oneida Escobar accede a hablar con un medio y contar todo lo que ha hecho para que se revele la verdad sobre la muerte de su hijo Luis Andrés Colmenares y de la fundación que creó en su homenaje para ayudar a las familias, sobre todo a las madres que sufren por la muerte de sus seres más queridos, a enfrentar los procesos judiciales y apoyarlas emocionalmente.
¿Qué piensa de la decisión de la justicia contra Carlos Cárdenas?
El tribunal lo que dijo fue que a mi hijo lo habían asesinado. Que no se podía condenar a la persona porque no había pruebas suficientes, pero en ningún momento que era inocente.
Y sobre el proceso contra Jessy Quintero y Laura Moreno, ¿qué piensa?
El tribunal está haciendo el trabajo juicioso. Confío en los magistrados. Se me hace imposible que en una sala mi hijo fue asesinado y en la otra fue un accidente. Eso es imposible. Espero que digan lo que dijo la primera sala, que a mi hijo me lo asesinaron.
¿Por qué cree que se volvió un proceso tan mediático?
La lucha que tuvimos y lo que le sucedió a mi hijo conmovió muchísima gente. Eso hizo que llegara hasta ese punto.
¿Qué es perder a un hijo?
Es terrible. Se le va a uno la vida. Uno siente un dolor tan profundo, es como si le quitaran algo por dentro, es un dolor que no tiene nombre.
¿Cómo reaccionó a la muerte de su hijo?
Los primeros momentos fueron de encierro. Quería estar en completa soledad. A pesar de que Jorge y mi esposo estaban a mi lado, fueron momentos muy difíciles. Y con el transcurrir del tiempo uno ya va aceptando las cosas. Esta es la hora que me sigue dando duro, sobre todo en esta época, en los diciembres, en los cumpleaños, pero trato de llevarlos de la mejor manera.
Los primeros momentos fueron de encierro. Quería estar en completa soledad. A pesar de que Jorge y mi esposo estaban a mi lado, fueron momentos muy difíciles
¿Cómo fue lo del sueño donde su hijo le dijo que la verdad estaba en su cuerpo?
Lo que me motivó fueron más las ganas que tenía de saber qué le había pasado a mi hijo, de no descansar hasta saber la verdad, no que mi hijo se había accidentado. Uno como mamá conoce a su hijo y sabe qué le pasó. Sí tuve un sueño, pero nunca lo dije. Eso está trillado.
¿Cómo ha sido el proceso de sanación y perdón en el que se encuentra?
Yo lloro. El llanto saca todo ese sentimiento que uno tiene guardadito y así es que viene la sanación. Ya mis ojos se secaron. Pero eso me ayudó a sacar todo ese dolor.
Después de que se acabaron las audiencias me dediqué más a la parte espiritual, al grupo de oración Jesús y María. Ellos fueron las personas que me ayudaron en lo espiritual y, sobre todo, a decidirme ahora por las obras de Dios.
¿Es cierto que ya no hace luto?
Había pensado en volverme a reír, en ser la misma persona que era antes. Ahí voy en ese proceso, porque también Jorge me necesita. Tengo que seguir y si me toca seguir en la lucha de saber la verdad, de lo que pasó con mi hijo, y apoyando a Jorge, aquí estoy.
¿Cuánto hace que tomó la decisión de volver a reír y no vivir con rencores?
No puedo decir que el dolor no lo tengo, estoy viviendo con el dolor, porque la muerte de un hijo no se supera.
¿Cómo nació la idea de crear una fundación?
Eso fue mucho antes de que mi hijo muriera. Jorge estaba pequeño y Luigi, más grandecito. Dios me había puesto en el corazón que iba a tener una fundación. No sabía de qué era. Con el proceso por la muerte de mi hijo vi lo que se sufre en los juzgados, a las mamás con muchas dificultades y a los jóvenes con tantos problemas de drogas, y digo ya sé qué va a hacer la fundación y en honor a mi hijo lleva el nombre de Lace, Luis Andrés Colmenares Escobar.
La fundación busca apoyar a las madres que, como yo, hemos sufrido una tragedia tan horrible y no quiero que pasen lo mismo en la Fiscalía. Es apoyarlas en la parte jurídica y psicológica y, tal vez más importante, en lo espiritual, de tener con quien hablar, con quien abrazarse, de contarle.
¿El proceso fue un aprendizaje para usted en los temas jurídicos?
No soy abogada, pero me tocaba hacer de abogada, mensajera, y aprendí muchísimas cosas.
Caso tiene un capítulo abierto en el Tribunal de Bogotá
Casi 10 años después de la muerte de Luis Andrés Colmenares, no hay ningún condenado por el caso. Carlos Cárdenas, exnovio de Laura Moreno, y vinculado al proceso en 2012, fue absuelto en primera y segunda instancia por homicidio y falso testimonio.
En la decisión de segunda instancia, el Tribunal Superior de Bogotá señaló que no había duda de que Colmenares fue asesinado y descartó la tesis de que cayó accidentalmente al caño y murió por el golpe.
Hace más de tres años el caso de Laura Moreno y Jessy Quintero, absueltas en primera instancia por los hechos que rodearon la muerte del estudiante, pasó al Tribunal Superior de Bogotá y a la fecha aún no hay decisión.
La jueza que las absolvió ordenó investigar al exdirector de Medicina Legal Máximo Duque, a los fiscales del caso y a los bomberos que estuvieron en el sitio de los hechos y luego fueron testigos en el proceso.
Hasta el momento solo han sido condenados tres de los testigos falsos que fueron presentados en su momento por la Fiscalía como piezas claves en el proceso: Wílmer Ayola, Johnattan Martínez y Jesús Alberto Martínez.