Así serán los trenes que se empiezan a fabricar para el metro

Este martes, tres meses después de lo originalmente planeado, se firmará el acta de inicio de obras del proyecto de infraestructura más esperado en las últimas décadas por los bogotanos: la primera línea del metro.

El evento, que será transmitido por redes sociales y el Canal Capital a las 8 de la mañana, estará encabezado por la alcaldesa Claudia López; el gerente de la Empresa Metro de Bogotá (EMB), Andrés Escobar, y los representantes del consorcio Metro Línea 1 S. A. S. (ML1). Se espera que asista el presidente Iván Duque.

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Todo el recorrido será sobre un viaducto a lo largo del cual habrá 16 estaciones, 12 de ellas con edificios de a los costados y no sobre la línea férrea, y tendrán locales comerciales y servicios. Del total, una decena estarán integradas al sistema TransMilenio.

Pero tal vez una de las infraestructuras más clave del metro de Bogotá serán sus trenes, que representan aproximadamente el 35 por ciento del proyecto y sobre los cuales poco se ha hablado. Según el consorcio chino Metro Línea 1 S. A. S. (ML1), en principio se contará con 30 –se despacharán cada 3 minutos–, que operarán con el sistema de conducción UTO o automáticos –no necesitan maquinista–, el cual “es el modelo más avanzado del mundo en la actualidad”.

Estos pueden desarrollar una velocidad máxima de 80 km/h; sin embargo, contando las paradas en las estaciones, la velocidad promedio se estima en 43 km/h. Eso significa que se puede ir, más o menos, en media hora desde Bosa a Los Héroes. A un transmilenio le toma aproximadamente 75 minutos realizar el mismo recorrido y a un automóvil, 90 minutos.

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Este tipo de trenes solo lo tienen en la región una de las líneas de Chile y fuera de ella, las principales ciudades de Norteamérica, Europa y Asia. La flota podrá movilizar 1’050.000 pasajeros al día y crecer hasta en un máximo de 60 módulos si en algún momento es necesario.

La megaobra tendrá una longitud de 23,9 kilómetros y un costo estimado de 12,9 billones de pesos (a precios de 2017), de los cuales el 70 por ciento lo pagará la Nación y el 30 por ciento restante, el Distrito.

El contrato de construcción y operación de la primera línea fue adjudicado el 27 de noviembre de 2019 a la empresa china –integrada por las compañías China Harbour Engineering Company Ltd. (Chec) y China Communications Construction Company Ltd. (CCCC)–, un hecho considerado histórico porque después de 70 años de intentos fallidos la ciudad dio un paso definitivo con miras a volver realidad ese sueño.

Por supuesto, el anuncio del nombre de contratista se hizo en el Palacio de Nariño, con el presidente Iván Duque, el entonces alcalde Enrique Peñalosa y el gerente de la Empresa Metro, Andrés Escobar –quien fue ratificado en el cargo por la alcaldesa Claudia López–, encabezando el acto.

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De acuerdo con las especificaciones obligatorias, diseñadas en 2018 por la empresa sa Systra, experta en soluciones ferroviales, y que sirvieron de base para todas las firmas que se presentaron a la licitación internacional (ver columna de opinión), los trenes operarán con energía eléctrica, la cual se suministrará a través de un tercer riel y no mediante cables aéreos. La capacidad mínima de cada uno será de 1.800 pasajeros (10 veces más que un biarticulado de TransMilenio).

Estos trenes operarán con unos sistemas de última generación que garantizan una contaminación acústica mínima, estarán equipados con sistemas de ventilación y de comunicación en tiempo real entre los pasajeros y el Centro de Control Operacional –que estará localizado en el patio taller, en Bosa–. Igualmente, contarán con espacios adecuados para personas con discapacidad física.

La fabricación de los modernos módulos, que tendrán entre 6 y 7 vagones cada uno, será en China, de manera simultánea con las obras de viaductos en Bogotá. La idea, de acuerdo con el gerente de la Empresa Metro, es que se empiecen a probar entre 2025 y 2027.

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En el cronograma de la obra está establecido que tendrán cuatro fases de pruebas. Una primera en China, antes de que sean embarcados hacia el puerto de Buenaventura, y estará a cargo de la interventoría –el 18 de agosto pasado se adjudicó a un consorcio de empresas de Italia, México, España y Colombia–. La segunda y la tercera serán en Bogotá. En estas, los trenes deben ser operados en tramos en línea recta y en curvas.

Y antes de la entrada en operación comercial, que se espera para entre 2027 y 2028, habrá una fase de servicio sin cobro, a fin de hacer pedagogía y generar la cultura del metro.

Según lo manifestado recientemente por el consorcio ML1 en una entrevista con este diario, la primera línea del metro alcanzará la capacidad máxima con 46.300 pasajeros en las horas pico y entre sus principales alimentadores estarán las troncales de TransMilenio de la avenida 68, la Ciudad de Cali y el corredor verde de la carrera 7.ª, que originalmente se contempló como troncal.

GUILLERMO REINOSO RODRÍGUEZ

Editor de Bogotá

@guirei24

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