En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Noticia
Bogotá, ojo con el pescado en Semana Santa: que no le metan gato por liebre
Según investigación, el 81 % de las etiquetas no mostraban registro, permiso o notificación sanitaria.
María Paula Briceño sale de madrugada de su casa para la plaza de abastos, el principal centro de distribución de alimentos de Bogotá. Por medio de una calificación a ojo y experiencia, María selecciona el mejor pescado que espera vender ese día. Los empacan en bolsas plásticas gigantes diferentes y las transportan en una camioneta hasta su local ubicado en la Plaza de Quirigua, en Engativá. Esta galería fue fundada en 1972, tiene 3.842 m 2 y 215 comerciantes, entre ellos de frutas, verduras, cárnicos, hierbas, abarrotes, cafeterías y misceláneos, entre otros.
El pescado más buscado es la mojarra. Foto Vanexa Romero/ETCE Foto:Vanexa Romero/ El Tiempo
“Esto es pescado de criadero, no hay mucho de mar. También viene del río Magdalena o del Amazonas, pero no hay nada en específico”, afirma de manera inexacta María Paula, comerciante de la plaza de mercado de Quirigua, mientras acomoda el pescado en las estanterías. Ese día, compró mojarra, bocachico, cachama, tilapia, nicuro, trucha, bagre y cuchas, algunas de las especies que son más demandadas en Semana Santa.
La comerciante atiende a sus clientes con plena seguridad de que el pescado que ofrece está en las mejores condiciones. Por su experiencia y conocimiento se ve que sabe lo que vende, sin embargo, en Colombia hay poco control de garantías para que el cliente elija específicamente qué pescado va a comprar.
La Semana Santa es la temporada del año donde los colombianos más consumen pescado, por lo que las autoridades piden a los compradores ir a sitios de confianza y poner mucha atención en el color y olor del producto, para que sea muy fresco y eviten contratiempos. Pese al Fenómeno del Niño y la sequía en el país, se consigue gran variedad de pescado y de muy buen tamaño, aunque algunos subieron de precio. Foto:Juan Pablo Rueda Bustamante
Los resultados del estudio
Esta es precisamente una de las grandes inconsistencias que tiene muy buena parte el pescado que se comercializa en Bogotá y que fue identificada por la fundación Marviva en su investigación sobre transparencia en productos pesqueros, que tomó 114 muestras de pescado de 22 establecimientos (6 plazas de mercado y 16 supermercados), evaluando el etiquetado de los productos y realizando pruebas de ADN para verificar la veracidad del nombre del pescado que aparece en la etiqueta.
La investigación encontró que el nombre del producto que se vendía en muchos casos no coincidía con la genética verdadera del pescado. A esta práctica de cambiar el nombre del producto se le llama 'lavado de pescado'.
La resolución 5109 de 2005 del Invima es la que establece el reglamento técnico sobre los requisitos de etiquetado que deben cumplir los alimentos para consumo humano. Solventado en esta norma, Marviva encontró que únicamente el 17 por ciento de las etiquetas suministraron en su totalidad la información mínima exigida.
La Semana Santa es la temporada del año donde los colombianos más consumen pescado, por lo que las autoridades piden a los compradores ir a sitios de confianza y poner mucha atención en el color y olor del producto, para que sea muy fresco y eviten contratiempos. Pese al Fenómeno del Niño y la sequía en el país, se consigue gran variedad de pescado y de muy buen tamaño, aunque algunos subieron de precio. Foto:Juan Pablo Rueda Bustamante
De las muestras recolectadas, el porcentaje de cumplimiento de la información obligatoria del etiquetado del pescado para su venta es el siguiente: nombre del alimento (100 por ciento); contenido neto y peso escurrido (93); nombre y dirección del fabricante, distribuidor y/o importador (100); identificación del lote (81); fecha de vencimiento o de duración mínima (82); instrucciones para el uso (77); condiciones de conservación (85) y registro, permiso o notificación sanitaria (19).
Otro de los problemas que encontró Marviva en la investigación es que de las muestras analizadas únicamente el 3 por ciento indica el método de pesca y el 2 por ciento el de captura. Para el consumidor esta información no es suficiente, ya que no permite distinguir si la pesca se hizo en una zona donde eventualmente está prohibida.
Algunas etiquetas, por ejemplo, a especies importadas como el Pargo o la Merluza, provenientes de Asia, las catalogaban bajo el nombre de Róbalo. En otros casos, también se encontraron ejemplares de Perca de Nilo y Basa, provenientes de África y Asia, especies cuyo cultivo no está autorizado, que estaban bajo el falso nombre de Bagre de mar o anónimamente como filete de pescado. Este vacío de información permite que se perpetúen prácticas engañosas.
Aunque el Pargo y la Merluza son especies importadas y son más costosas en el mercado que el Róbalo, se cambia el nombre por este último.
Desde distintas regiones del país, los ex-Farc sumaron un total de 30 toneladas de pescado que esperan comercializar en la Semana Santa del 2024. Foto:ARN
El director de ciencias de Marviva, Manuel Velandia, explica el porqué de esta práctica: “Hay un mercado ya establecido al rededor del róbalo, es una especie mucho más extendida y aunque valga menos, los comerciantes le ponen este nombre para salir más rápido de él. No se van a arriesgar a introducir el nombre de la nueva especie, entonces el filete blanco del róbalo es mucho más fácil para confundir”.
Esto cambios de nombres se presentan en el último eslabón de la cadena de venta de pescado, o incluso en el momento del reempaquetado cuando el producto es importado, es un tema que se origina en las mismas empresas distribuidoras en la ciudad.
Con ello, señala la investigación, no solo se esquivan deliberadamente las normas, sino que se incentiva la pesca ilegal, la sobreexplotación de los recursos pesqueros y la captura de especies amenazadas.
Velandia explicó a El Tiempo que los códigos de ingreso de la DIAN de productos pesqueros de mar a Colombia son genéricos y no evalúan en profundidad la taxonomía y categorías de los pescados importados, lo que conlleva a que no haya una clasificación exhaustiva sobre la procedencia de los productos, como el lugar de pesca, modo de captura o control de temperaturas. Con respecto a las especies indica que “con esta deficiencia se pueden colar especies que no se permiten su pesca, como tiburones”.
La organización de Marviva resalta que la falta de transparencia en el mercado limita la posibilidad de los consumidores de elegir productos provenientes de cadenas con mayor o menor grado de responsabilidad social y ambiental.
Juan Manuel Díaz, coordinador de programas de la Fundación MarViva, dice que “en un mercado transparente, el consumidor debe poder contar con información adecuada y confiable para tomar decisiones, a través de la oferta de productos que brinden información veraz y completa”.
El papel de la Secretaría de Salud
La Secretaría de Salud Pública ha venido realizando acciones de inspección, vigilancia y control higiénico-sanitaria en establecimientos de venta de pescados, En las pesquisas, la Secretaría ha encontrado algunos puntos en donde las condiciones del local hicieron que se aplicara la medida sanitaria de clausura temporal y destrucción de 6 Kg de productos en la plaza de Fontibón.
En algunos establecimientos no se cumplen con las medidas sanitarias adecuadas para la comercialización del pescado. Se encontró pescado sin ningún tipo de refrigeración y deficientes prácticas de higiene en el manejo del producto.
En el local de María Paula los pescados se organizan en los congeladores y refrigeradores. En el primero, se ubicaban todo tipo de mariscos: Camarones, mixtos, salmón, palmitos de cangrejo y almejas. La temperatura debe oscilar entre menos 15 y menos 18 grados centígrados para una efectiva conservación de los productos. Usan termómetros especiales para regular estas temperaturas.
A su lado, en el refrigerador, había en su mayoría peces de río. Estaban organizados por tamaño. Dos bagres de casi un metro eran los más grandes del local, listos para ser fileteados. A su lado, unas 50 mojarras rojas, de tamaño pequeño, mediano y grande. Luego le seguían las cachamas y las cuchas. Todo, a simple vista, con una higiene y manipulación adecuada.
Recomendaciones de las autoridades
1. Evite comprar pescados y derivados de la pesca en sitios que no cumplen con las condiciones sanitarias o que no pueden mantener estos productos siempre en refrigeración o congelación.
2. No comprar en sitios en vía pública ni en ventas ambulantes, ya que las medidas sanitarias pueden ser deficientes.
Para el pescado fresco los ojos deben estar sobresalientes, limpios, transparentes y brillantes. Las agallas deben estar húmedas y de color rojo brillante. La textura de la carne debe ser firme (que no se hunda), y las escamas firmes, brillantes y unidas entre sí.
Si observa las siguientes características se recomienda evitar la compra y el consumo: Ojos hundidos y grises. Agallas cafés con presencia de sustancias viscosas. La piel Blanda y floja, se desprende de los huesos o espinas con facilidad y un olor a amoniaco o a óxido.