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Noticia
Así avanza la recuperación del Parque Nacional: reabriría un mes más tarde
El proceso de recuperación ambiental avanza, aunque con más labores de lo esperado, por lo que su entrega se ha retrasado un mes.
El proceso de chipiado es parte clave de la recuperación ambiental en el Parque Nacional. Foto: Secretaría de Gobierno de Bogotá
El parque Nacional está saliendo de cuidados intensivos. Con esta consigna se resume la situación de uno de los sitios más emblemáticos de Bogotá. Toneladas de basura, decenas de roedores, árboles que fueron talados y visibles daños a la naturaleza conformaban el panorama de este lugar.
Aunque inicialmente el Distrito había dicho que el parque se reabriría dos meses después de su cierre (es decir, el 9 de noviembre), al parecer, la fase inicial de su rehabilitación tomará un mes más debido a las complejas labores que se realizan. Entonces, estará disponible para toda la ciudadanía en diciembre.
Su deterioro no se debe únicamente a que estuvo habitado desde septiembre de 2021 (de forma intermitente) por indígenas de la comunidad Emberá, sino que responde también a una falta de inversión histórica en su mantenimiento.
La última fase del proceso de rehabilitación del Parque Nacional será la recuperación del patrimonio. Foto:Secretaría de Gobierno de Bogotá.
“El parque no ha recibido un presupuesto desde hace 30 años, la última vez que se le invirtieron recursos significativos fue en 1998”, detalla Alejandro Torres, experto en gestión y desarrollo urbano y asesor del despacho de la Secretaría de Gobierno.
Además, dice el experto, la dinámica propia de la ciudad ha generado cierto deterioro en él; por ejemplo, cuando ha sido punto de encuentro de protestas, cuando es mal utilizado por algunos grupos sociales y, por supuesto, cuando fue habitado por emberás sin que sus condiciones estuvieran dispuestas para ello.
El parque, que fue reconocido por su valor histórico y cultural como Monumento Nacional según el Decreto 1756 de septiembre de 1996, está siendo intervenido con la recuperación de zonas verdes, instalación de luminarias, mejoramiento de espacios recreativos y deportivos, jardinería, y rehabilitación de baños públicos y módulos de venta de alimentos.
Más de 100 árboles nuevos se van a plantar en el Parque Nacional. Foto:Secretaría de Gobierno de Bogotá
Además, se incluirá señalización, renovación del mobiliario, jornadas periódicas de limpieza y pintura, actividades artísticas, culturales y deportivas, trabajos de recuperación patrimonial y más.
El parque no ha recibido un presupuesto desde hace 30 años, la última vez que se le invirtieron recursos significativos fue en 1998. Alejandro Torres - asesor Secretaría de Gobierno
La rehabilitación del parque ha tenido tres etapas: recuperación, cuidados intensivos y sostenibilidad. La primera ocurrió tan pronto los emberás retornaron a sus territorios.
Luego de ello, se recogieron 60 toneladas de residuos sólidos y 12,3 metros cúbicos del canal Arzobispo, limpiando este cuerpo hídrico entre la avenida Circunvalar y la Caracas.
Al mismo tiempo, la Secretaría de Salud realizó varias fumigaciones para el control de vectores que, de hecho, planean hacerse de forma periódica cuando se reabra.
La segunda etapa sigue en marcha, en ella participan más de 20 entidades distritales y consta de tres momentos: la fase crítica, que ya terminó; la recuperación del arbolado y el análisis de la capa vegetal, que está en proceso, y un diagnóstico sobre los cambios que necesita en infraestructura y en los elementos patrimoniales afectados, que es lo próximo.
El proceso de chipiado es parte clave de la recuperación ambiental en el Parque Nacional Foto:Secretaría de Gobierno de Bogotá
Mientras que el IDRD hace la rehabilitación de áreas deportivas, el Jardín Botánico lidera la restauración del arbolado, que incluye compensación por daños, instalación de tutores para los árboles, cerramientos y el proceso de chipeado.
Según fuentes del equipo ambiental que se encarga de la rehabilitación, a pesar de que ya se hicieron “cirugías” a los árboles viejos, falta continuar con procesos de abono de suelos, de siembra, así como de atención al arbolado joven que se había plantado en 2022, tras uno de los, al menos, cinco intentos de retorno que hizo la comunidad desplazada por la violencia durante los 36 meses que estuvo allí.
“Este arbolado sufrió afectaciones porque apenas en sus primeros años de vida fueron sometidos a cargar pesos, por ejemplo, con la instalación de las carpas y cambuches”, explica el equipo ambiental.
En este momento se está realizando el chipeado, que consiste en triturar residuos leñosos, como ramas y troncos, para producir ‘chips’ de madera. Este método reduce la acumulación de residuos peligrosos al ser combustibles, mejora la estructura del suelo al favorecer su aireación y compactación, y proporciona nutrientes que incrementan la materia orgánica.
Los chips ayudan a controlar el crecimiento de maleza y son un elemento paisajístico que embellece el espacio público. En paralelo se adelantan labores para plantar más 100 árboles.
El Parque Nacional Enrique Olaya Herrera es patrimonio de la nación. Foto:Secretaría de Gobierno de Bogotá
Luego, explica Torres, se iniciará una segunda etapa con el fin de restaurar monumentos y mobiliario urbano. Muchos de estos han sido dañados por malos usos y por el mismo paso del tiempo.
Por ejemplo, algunos monumentos rotos son efectos de altercados en protestas o de la mala utilización de quienes suelen visitar el parque; mientras que otros espacios como los senderos están afectados por las ramas de árboles o el desgaste del clima.
“Esa fase final se adelantará el otro año; mientras tanto queremos entregar la primera parte lo más pronto posible y que la gente vuelva a sentir la emoción de ver el parque iluminado para diciembre. Invitamos a los bogotanos y a la ciudadanía a que se involucre en el cuidado y nos ayude a su conservación”, dijo.
Para las labores mencionadas se han utilizado recursos del IDRD, en desarrollo del programa ‘Ambulancia de Parques’; no obstante, aún falta definir el costo total de las intervenciones, las cuales dependerán del diagnóstico que se está llevando a cabo.
El IDRD se encarga de la recuperación de los espacios deportivos y recreativos. Foto:Secretaría de Gobierno de Bogotá
Por ejemplo, solamente para restaurar las tradicionales pérgolas en el centro del parque se necesitará un estimado de 2.000 millones de pesos, según datos de la Secretaría de Gobierno.
Cualquier cambio en la infraestructura del parque Nacional Enrique Olaya Herrera debe contar con la aprobación del Ministerio de Cultura, ya que las intervenciones deben estar alineadas con el Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP) del parque. Este es un instrumento de planificación que, en armonía con otras disposiciones nacionales y distritales, busca preservar y poner en valor los elementos patrimoniales del parque.
Según encuestas realizadas por el Instituto Distrital de Participación y Acción Comunal (IDPAC) a más de 1.050 residentes del sector, el 75 por ciento de los encuestados descarta la idea de mantener el parque cerrado, y alrededor del 87 por ciento apoya la realización de actividades culturales y de apropiación del espacio, esto último es lo que se planea hacer tan pronto reabra.
Con el objetivo de entregar un parque restaurado, el proceso de rehabilitación avanza. Aunque su reapertura se ha aplazado, hasta ahora, un mes, se espera que en diciembre los bogotanos puedan disfrutar nuevamente de este espacio emblemático que, además, ofrecerá una programación cultural activa.