La leche es un alimento fundamental para la dieta de colombianos de todas las edades, aportando nutrientes esenciales como calcio, magnesio, riboflavina y vitamina B12.
Sin embargo, la forma en que se almacena puede influir directamente en su calidad y seguridad.
Aunque es habitual conservarla en la puerta de la nevera por comodidad y diseño, especialistas advierten que este no es el lugar indicado, ya que expone el producto a fluctuaciones térmicas que pueden deteriorar su estado.
La puerta del refrigerador es la zona que más cambios de temperatura experimenta. Foto:iStock
Fluctuaciones de temperatura en la puerta de la nevera
La puerta del refrigerador es la zona que más cambios de temperatura experimenta dentro de este electrodoméstico. Cada vez que se abre, entra aire cálido, lo que genera variaciones que dificultan mantener la leche y otros lácteos a una temperatura constante y segura.
Además, esta área cuenta con menos sistemas de refrigeración, por lo que no es óptima para conservar alimentos que requieren frío estable.
Expertos, como el nutricionista Pablo Ojeda citado por el medio La Sexta, señalan que la leche y productos lácteos deben conservarse a temperaturas entre 2 y 5 grados centígrados una vez abiertos para mantener su frescura.
Para esto, es recomendable ubicarlos en la parte media o baja del refrigerador, donde el frío es más estable y constante.
El espacio en la puerta es adecuado para almacenar productos con conservantes naturales. Foto:iStock
Riesgos de consumir leche en mal estado
La leche que no se almacena correctamente puede contener bacterias dañinas, como Salmonella, Escherichia coli y Listeria, que causan intoxicaciones alimentarias.
Las manifestaciones comunes incluyen náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y fiebre. Además, aunque la leche tenga fecha de vencimiento vigente, el mal almacenamiento puede acelerar su deterioro.
La leche en mal estado suele presentar signos visibles y olfativos, como olor agrio, textura grumosa o aspecto aguado, lo que indica que no debe consumirse.
El espacio en la puerta es adecuado para almacenar productos con conservantes naturales o aquellos que no requieren temperaturas tan bajas.
Entre estos se encuentran mayonesa, salsas envasadas, mermeladas, zumos y bebidas embotelladas como agua y vino. Este espacio está diseñado para facilitar el a estos productos y soportar las fluctuaciones térmicas a las que está expuesto.
Las manifestaciones comunes incluyen náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y fiebre. Foto:iStock
Consejos para conservar mejor la leche y los lácteos
Guardar la leche en la parte media o baja del refrigerador.
Evitar que los lácteos estén en o directo con otros alimentos como verduras y carnes.
Mantener la nevera a una temperatura adecuada y constante.
Revisar la leche antes de consumirla, verificando olor, textura y fecha de vencimiento.
*Este contenido fue escrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de conocimiento público divulgado a medios de comunicación. Además, contó con la revisión de la periodista y una editora.
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