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Editorial
Entre mar y montaña: explorando la belleza natural de Los Cabos
Sus sorprendentes paisajes hacen de este destino una de las joyas más preciadas de México.
Las formaciones rocosas que se sumergen en el Mar de Cortés hacen parte de sus riquezas naturales. Foto: Archivo particular
Después de tomar un vuelo de Bogotá a México. y hacer conexión en la capital del país azteca, luego de un poco más de 11 horas aterricé en Los Cabos, en Baja California Sur, con una expectativa aún mayor de lo que imaginaba que sería este nuevo destino.
Desde el aire los miles de kilómetros de desierto árido contrastaban con las montañas llenas de cactus y el azul profundo del mar.
Fue un primer vistazo a una paleta de colores única y recurrente en los asombrosos paisajes que contemplé durante este viaje.
Además de llamar la atención por su belleza natural, Los Cabos, y las tres ciudades a las
cuales hace referencia –Cabo San Lucas, San José del Cabo y Cabo del Este– es un lugar que respira lujo.
Se reconoce mundialmente por su infraestructura y porque allí se encuentran algunos de los hoteles más exclusivos.
Pero también se caracteriza por ser uno de los puntos turísticos más diversos del mundo, gracias a su ubicación y la mezcla privilegiada de desierto, mar y montaña.
Las opciones van desde actividades de eco-aventura o deportes acuáticos hasta planes de bienestar como retiros o spas. Todo dependerá de sus gustos o preferencias.
La mayoría de los resorts ofrecen a sus huéspedes diferentes experiencias dentro y
fuera de sus instalaciones.
A veces puede ser tentador el hecho de quedarse todo el día en el hotel y disfrutar de las piscinas y el all inclusive. Sin embargo, es un destino que merece ser explorado y en algunos casos puede invitarnos a salir de la zona de confort.
Tenía en mi cabeza la idea de conocer de cerca el icónico Arco de Cabo San Lucas en un paseo en barco, ya que es la forma más fácil y común de dirigirse allí. También, la más fotografiada.
Esta es la atracción más popular y emblemática de esa zona de México. Como dato curioso, se le conoce como el “fin de la Tierra”. Es en donde el océano Pacífico se encuentra con el mar de Cortés.
La experiencia resultó ser aún más interesante e incluso memorable, ya que llegamos a
él y observamos su majestuosidad desde un kayak.
Fueron un poco más de 50 minutos, con algunas paradas para ver a los lobos marinos y desembarcar en la famosa Playa del Amor. Y luego, un buen rato de esnórquel. Todo en compañía de dos guías expertos.
El agua estaba helada por la época del año y el mar era demasiado profundo. Por eso, era necesario el uso del chaleco salvavidas. Al sumergirse y mirar hacia el fondo, las formaciones rocosas parecían no terminar.
Y entre más cerca nadaba de las rocas veía más vida marina. Recuerdo mucho un pez trompeta que fue fácil de reconocer por su forma tan particular.
También se reconoce por ser un destino ideal para hacer avistamiento de ballenas. La fecha que recomendaron los guías es de diciembre a abril.
Para hacer este plan se sugiere hacer un tour especializado, debido a que le darán la información detallada, y algunos de ellos incluyen sesiones educativas.
La belleza de Los Cabos no se limita a los paisajes marinos. Por eso, de la playa nos dirigimos al desierto también para explorar cuáles son sus atractivos y las posibilidades que se ofrecen para pasar unas horas en medio de las dunas.
En la lista de las más demandadas están las caminatas o paseos a caballo, en cuatrimoto, bicicleta o buggy.
Cualquiera de estas actividades se sugiere hacerla en grupo y antes de la puesta del sol.
Una imagen que quedó grabada en mi cabeza es la del atardecer que se puede apreciar desde el Cabo San Lucas. Nuevamente aparecen los contrastes de colores.
Esta vez es un naranja intenso y diferentes gamas de azules del océano. Además, si quiere verlo con el Arco desde la distancia, la mejor opción es buscar una terraza acogedora, como la del restaurante Sunset Monalisa.
Otro de los recorridos más interesantes que hicimos fue por las calles del centro de San José del Cabo. Este año se conmemoró el aniversario 294 de su fundación, y 44 años como municipio.
Se ha convertido en un distrito de arte y sus restaurantes se distinguen por su cocina local.
De hecho, la gastronomía de alto nivel es otra de las razones por las cuales vale
la pena viajar a Los Cabos.
Don Sánchez, del chef Edgar Román, es un ejemplo. El concepto está inspirado en los ingredientes frescos que se encuentran en la península de Baja California: a base de verduras, las remolachas carbonizadas o el ceviche de tubérculos, por ejemplo.
Desde el mar, la pesca del día o el tiradito de abulón. Y para los carnívoros, el menú ofrece alternativas como el codillo de cerdo asado en horno de leña. Todo maridado con mixología de autor y vinos mexicanos.
Los deportes náuticos hacen parte de las experiencias que ofrece el destino. Foto:Archivo particular
Tips generales
• Es buena idea escoger un hotel con todo incluido, pero puede darse la oportunidad de explorar otros lugares.
• Tenga en cuenta las distancias para sus desplazamientos. El transporte público solo conecta las áreas más circundantes.
• Para muchos lugares solo está disponible la opción de transporte privado.
• Reserve con tiempo el tour o la actividad de su preferencia. La mayoría se recomiendan en grupo y con la guía de un experto.
• Por lo general, el clima es agradable todo el año. La temporada de primavera es de marzo a junio.
• Está cerca de otros puntos de interés como Todos Santos o La Paz, por si quiere descubrir más de este destino.