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¿La renuncia de Benedicto XVI cambió la historia de la Iglesia?
Benedicto XVI fue el primer papa en renunciar al pontificado en tiempos modernos.
El recién fallecido papa emérito Benedicto XVI anunció su renuncia al pontificado el 11 de febrero de 2013 y se hizo efectiva el 28 de ese mes con la salida del Vaticano hacia la residencia de Castelgandolfo, para, después de la elección de Jorge Bergoglio, regresar al Vaticano y residir en el monasterio Mater Ecclesiae, lugar donde paso sus últimos años.
El evento, que despertó la sorpresa del mundo que no tenia referentes modernos de un suceso semejante —Benedicto XVI fue el primer papa en renunciar al pontificado desde tiempos de Gregorio XII, a principios del siglo XV— también fue un hecho revolucionario para una Iglesia milenaria habituada a que este cargo fuera vitalicio.
“A mi juicio mostró que los papas no tienen esa fortaleza simplemente por el hecho de ser papas sino que como seres humanos reconocen sus debilidades y sus fragilidades, y que es necesario algunas veces hacerse a un lado”, considera la teóloga colombiana Isabel Corpas, para quien este hecho también le mostró al mundo una interpretación nueva de la vida de la iglesia, en la que las cosas no son necesariamente eternas.
Benedicto XVI Foto:EFE
Para el padre Raúl Ortiz Toro, director del Departamento de Doctrina y Ecumenismo de la Conferencia Episcopal de Colombia, la renuncia de Benedicto XVI, la renuncia fue un acontecimiento teológico para la Iglesia. “Se anticipó una década a las enseñanzas del papa Francisco, quien ha insistido en que los obispos y, en general, todos los que ejercen la autoridad en la Iglesia, deben ser conscientes de que el poder verdadero es el servicio; un servicio que mira al bien de la Institución”, afirma.
De acuerdo con el padre, quien ejerce la autoridad debe reconocerse como instrumento y no como fin en sí mismo. Esto permite que las personas no se crean imprescindibles, irremplazables. Por eso para él la humildad y cordura que Benedicto XVI tuvo fue “un gran ejemplo para los líderes modernos tan enfocados en detentar el poder a toda costa”.
Sobre los hechos que lo llevaron a tomar esa decisión se ha especulado bastante. En una entrevista al papa emérito publicada en 2020 por el diario italiano "Corriere della Sera" el pontífice alemán explicó: "Pienso en las teorías de la conspiración que siguieron: algunos dijeron que fue culpa del escándalo de Vatileaks, algunos de una conspiración del lobby gay, algunos del caso del teólogo conservador lefebvriano Richard Williamson. No quieren creer que fue una elección consciente. Pero mi conciencia está bien”.
Benedicto XVI Foto:isto
Para el cardenal colombiano, monseñor Jorge Jimenez, enfrentarse a los casos de pederastia al interior de la Iglesia Católica que se comenzaban a revelar, jugó un papel importante en el desgaste del santo padre.
“Particularmente los años que vivió en Roma como prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, por esa tarea tan importante que el papa le delegó, pudo informarse y en varios momentos del papado de Juan Pablo II hizo varios informes sobre la situación de la Iglesia, particularmente un tema ha sido muy difícil en los últimos años, que a él le correspondió cuando afloró: la pederastia”.
Según recuerda el prelado, a Joseph Ratzinger le tocó comenzar a asumir este tema cuando todavía era solo un colaborador de Juan Pablo II y fue una de las tareas que, una vez fue designado como papa, le pidieron especial prioridad los cardenales del conclave que lo eligió.
“El afrontó el tema con las primeras cosas duras que aparecieron en la Iglesia y lo hizo con mucha valentía, creó comisiones, señaló los criterios con los cuales debería tratarse el tema, defendió mucho que la Iglesia siempre tenía que estar con la verdad, que no podía encubrir algo que no esté de acuerdo con el Evangelio”, relata monseñor Jimenez.
Para el cardenal colombiano el enfrentar esas situaciones lo hizo sufrir. “Creo personalmente que fue de lo que más lo desgastó en su papado, el tener que comenzar a afrontarlo para que la Iglesia pudiera responder adecuadamente a ese desafío tan grande de la pederastia. Llegó un momento en el cual el papa Benedicto sintió y experimentó que las fuerzas que tenía no eran suficientes para asumir esa problemática que estaba apareciendo por todas partes. En mi opinión fue uno de los motivos que lo llevó a renunciar.