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Pocos tienen el coraje de seguir los sueños y probar sus talentos
Soy fiel creyente de que todos tenemos algún talento –en unos más evidentes que en otros–, pero talento al fin y al cabo. ¿Pero por qué solo unas personas lo desarrollan y la gran mayoría de la población, no? ¿Cuál es la razón por la cual unos brillan desde chiquitos y otros nunca encuentran su rumbo en la vida?
La Alcaldia Mayor de Bogotá, la Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte y el Instituto Distrital de las Artes - Idartes- inauguraron el XVI Festival de Teatro y Circo de Bogotá, ¡Puro Talento 2021! y la primera función del nuevo Teatro El Ensueño Foto:Néstor Gómez - CEET
Sin duda, hay quienes tienen talentos tan obvios y contundentes que saltan a la vista de cualquiera. Justin Bieber, por ejemplo, fue descubierto gracias a unos videos que su mamá subió en YouTube. Un cazatalentos lo vio cantar y no dudó en representarlo y luego convertirlo en la megaestrella que es hoy en día.
No todos podemos cantar y bailar como el ‘Biebs’, pero si nos ponemos en la tarea y nos damos la libertad de explorar nuestros potenciales, seguro encontraremos algo que hacemos extraordinariamente bien. Para algunos es escribir, para otros es sobresalir en un deporte o tocar un instrumento.
Hay gente que dibuja, otros muestran el talento innato de ayudar, dar un buen consejo o ser excelentes oradores. Sin embargo, la realidad es que pocos tenemos el coraje de seguir los sueños y poner nuestros talentos a prueba.
La mayoría preferimos cantar en el baño, donde nadie nos escucha; escribir poesías, que nunca le mostramos a nadie; o nos cruzamos de brazos y nos negamos siquiera a contemplar la posibilidad de que podamos sobresalir con alguna cualidad que Dios nos dio.
Aún más triste me parece cuando los padres son conscientes de los talentos que puede tener un hijo, pero por su propio miedo al fracaso o sus sueños frustrados no lo ayudan; por el contrario, lo desmotivan con frases como: ‘¿Para qué te dedicas a eso, ahí no hay plata?’, ‘No gastes tu tiempo, existen millones de personas que lo hacen mejor’, ‘No sueñes, hay que ser realistas’.
¿Qué pasaría si todos tuviéramos una mamá como la de Justin Bieber o unos papás como los de Taylor Swift, que vendieron todo para acompañar a su hija a cumplir su sueño de ser cantante? Estoy convencida de que lo que separa a quienes triunfan de los que no es la disciplina, la fe que se tienen y el apoyo que reciben de quienes los aman.
Les recuerdo una frase que alguna vez leí: “Sigue tus sueños o pasarás el resto de tu vida trabajando para alguien que sí lo hizo”.