Color y pedrería en una reversión de las tradicionales mochilas arhuacas

En un trabajo conjunto con las comunidades indígenas le añaden nuevos elementos.

Las figuras y colores son seleccionados y creados por manos de indígenas. Foto: Cristhian Goenaga. Cortesía mochilas Lamore

19.10.2022 15:08 Actualizado: 19.10.2022 15:08

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Para la comunidad Arhuaca, una de las etnias tradicionales de la Sierra Nevada de Santa Marta, las mochilas representan el vientre de la mujer y esa relación con las Guati (mujer arhuaca) nace desde sus manos, pues son ellas quienes las producen.

Todo el proceso es 100 por ciento hecho a mano y por su calidad y significado se han convertido en un rio apetecido. Sin embargo, las comunidades afrontan dificultades para comercializarlas.

Por eso, con una visión respetuosa, pero más comercial, mochilas Lamore aterrizó en Pueblo Bello, municipio del Cesar, para darle un nuevo aire al artículo e impulsar a las artesanas.

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Las mochilas son versátiles, pues tienen varios tamaños. Foto:Cristhian Goenaga. Cortesía mochilas Lamore

Los colores y la pedrería son escogidos dependiendo de lo que generen en la artesana. Foto:Cristhian Goenaga. Cortesía mochilas Lamore

Con el propósito de ayudar e impulsadas por su pasión por la moda y la artesanía, Lilyan Tarud y Lisa Fiallo, crearon esta marca tras una visita a la Sierra.

"Empezamos a trabajar con ellas, a trabajar con sus figuras geométricas ancestrales, no cambiamos nada, solo le añadimos el color, pero ese sigue siendo su lenguaje. Jugamos con diferentes gamas de pedrería, que ellas mismas recaman", cuenta Tarud.

Los colores también son seleccionados por las guati, a partir de lo que les inspira. Ellas comienzan con el trabajo desde que le quitan la lana a la oveja y la hilan y con una aguja empiezan a tejer. Es común verlas tejer en sus ratos libres, mientras caminan, o cuidan a los niños.

"Es un trabajo que ellas hacen 100 por ciento a mano y les toma entre 22 y 25 días, el bordado de la pedrería 15 días más", señala una de las creadoras de mochilas Lamore.

Después de un año y medio de trabajo, la acogida del público ha sido impresionante, como la califican las emprendedoras.

"La gente valora mucho el trabajo de estas mujeres, ellas se sienten muy bien y nosotras solo estamos mostrando su arte al mundo, somos un puente entre esta artesanía y el mundo".

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Con las mochilas arhuacas, Lamore hace presencia en Colombia, en tiendas multimarca de Bogotá y en Lola del Mar Barranquilla, pero saben que la artesanía es altamente apreciada en otras latitudes y ahí pueden tener una oportunidad mayor.

Por eso están trabajando en una página web para facilitar las ventas internacionales. Ahora manejan canales como WhatsApp e Instagram.

Las opciones de diseño son amplias y vienen en dos tamaños, mini y mediana, cuyos precios oscilan entre los 500 y 700 mil pesos.

"Estamos explorando otras cosas con ellas con otros tejidos, como una línea luxury que lleva más trabajo e incluya plumas, más pedrería", dijo Fiallo.

Impacto positivo en la comunidad

A través de las ventas de las mochilas y con eventos, las emprendedoras de Lamore apoyan a la comunidad. Foto:Cristhian Goenaga. Cortesía mochilas Lamore

En Pueblo Bello, un municipio a 45 minutos de Valledupar, las emprendedoras no solo han llegado para impulsar a las mujeres de la comunidad a través de su trabajo artesanal, sino a toda la comunidad.

A través de la Fundación Cielo de Encantos están construyendo una escuela para la comunidad, que impacta a cerca de 100 niños.

"Se les está haciendo una dotación y estudio de suelo para poner es solares. También queremos que estos niños crezcan, aprendan y tengan mejor alimentación y eso podemos lograrlo a través de la venta de mochilas o con eventos puntuales", comenta Tarud.

Sobre el proyecto con las mujeres, adelantan que, por ahora son 50 mujeres, pero su objetivo es expandirse y capacitarlas para que sean más.

"Estamos ayudando a mujeres especiales, a las que no se les valoraba su trabajo, y nosotras queríamos que trascendiera a lo social. Siempre explicamos el trabajo detrás, quién lo hizo y así una mochila tiene un valor mucho mayor!, concluye Fiallo.

LAURA ALEJANDRA ALBARRACÍN RESTREPO

REDACCIÓN VIDA