Diseñadores y emprendedores promueven moda con identidad cultural colombiana

Desde hace algunos años la moda colombiana ha pasado por una transformación en la cual ha apostado por rescatar tradiciones y resaltar la identidad del país. La mano de obra artesanal, uso de materias primas autóctonas, inspiración en la diversidad y el trabajo con diferentes comunidades, entre otros, se han convertido en su pilar principal.

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Uno de los eventos que se han consolidado como una oportunidad para visibilizar ese tipo de propuestas es Farex, la feria creada en el 2000 por la reconocida gestora cultural Araceli ‘Chica’ Morales, exministra de Cultura, que se realiza cada enero en Cartagena y promueve la cultura colombiana a través de la exhibición de productos elaborados por indígenas, afrocolombianos, comunidades, artistas, artesanos y emprendimientos contemporáneos.

En su reciente edición se reunieron alrededor de 200 expositores de distintas ciudades de Colombia y el mundo. EL TIEMPO realizó un recorrido por la feria y conoció varios proyectos que han emprendido la búsqueda por exaltar la riqueza de nuestro país y dejar un impacto positivo en la sociedad.

Angélica Barreto y Juan Pablo Sepúlveda son los creadores de Vionca, una marca cuyo propósito es dar a conocer la biodiversidad colombiana y contar historias sobre las especies de nuestro país. “Por medio de la moda y el arte damos a conocer sus historias para valorarlas. Lo hacemos a través de técnicas que nos remontan al origen de nuestra cultura, como el tejido de fibras, talle en piedra, en materiales como el oro, y ese tipo de colores que nos llevan a lo precolombino. Hacemos un proceso de investigación, abstracción y diseño de la flora y la fauna”, explican los empresarios.

Su propuesta incluye el look completo: vestuario, joyería, rios y zapatos. “Cada una de las piezas viene con una historia escrita de lo que queremos contar. La inspiración de la especie y sus características principales”, explican. Y agregan: “Para los tejidos nos apoyan madres con hijos que tienen déficit de atención cognitiva”.

En el estand de Artesanías de Colombia estuvo presente la artesana Indira Morales de la Rosa con su proyecto Indhyluna, que ella define como un “emprendimiento ancestral”.

“Es un legado que llevamos en nuestro ADN, gracias a nuestros abuelos. Ellos nos enseñaron a tejer en fibras naturales, esencialmente el fique, que es Patrimonio Cultural de Colombia y que lo llevamos como un tesoro”, indica De la Rosa.

Entre sus líneas de productos se incluyen zapatos y bolsos de fique en diferentes técnicas de tejeduría ancestral. También cojines, tapetes y tapices. Por otro lado, bolsos elaborados con la técnica del macramé. “Nosotros somos víctimas del conflicto armado del sur de Bolívar... La mayoría somos mujeres que a su vez tienen sus familias y también trabajamos con una población con discapacidad auditiva. El propósito es servir y reconocer a los cultivadores de esta fibra natural que es patrimonio y salvaguardar un legado ancestral”, comenta la artesana.

Inerino es una marca de sombreros y rios originaria del Tolima y cuyo propósito es “crear identidad regional del Tolima y darle la categoría que se merece al sombrero tolimense”, cómo explica Luis Miguel Baquero, cocreador.

La marca presenta otros rios como tocados, diademas y prendedores elaborados con materiales que “resucitan a la naturaleza”. Baquero explica: “Utilizamos material orgánico en proceso de secado. Por ejemplo, los prendedores de flores son un híbrido de palma areca con semillas nativas cómo guásimo, marañones y flor del caimo”. Parte de los procesos de elaboración los llevan a cabo tejedores adultos mayores de la población del Guamo y jóvenes de la cárcel del Espinal.

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María Alejandra Restrepo es la diseñadora de Soy de Tierra, una marca barranquillera que nació por la necesidad de tener propuestas minimalistas y sostenibles que le apostaran a lo local y lo artesanal. Además de sus prendas en lino en tonos crudos, Restrepo empezó a interesarse por el tema artesanal cuando descubrió los materiales de madera que quedaban como residuos.

“Lo vi como una oportunidad de traer este material a la moda y así surgieron nuestros bolsos en madera reciclada de cañahuate, un árbol del lugar de dónde yo vengo que florece una vez al año y es endémico de allá. Es un rescate de nuestra identidad ya que hace parte de nuestra cultural”, indica Restrepo. Para la elaboración de los bolsos trabajan de la mano de Javier Llanos, un reconocido artesano de Galapa, Atlántico.

CAMILA VILLAMIL NAVARRO

@camilavillamiln