¿Se han dado cuenta de que cuando vemos a una persona exitosa como Sofía Vergara, Shakira o Egan Bernal, de inmediato ‘nos montamos en el bus de la victoria’ con ellos? Nos sentimos orgullosos, nos pavoneamos con cada uno de sus logros y nos hacemos parte de sus triunfos por haber nacido en el mismo país.
Sin embargo, no todos somos iguales. Tristemente, hay a quienes les carcome la envidia y buscan defectos (donde muchas veces no los hay), en las personas triunfadoras.
Sienten que el hecho de que hayan alcanzado el éxito de alguna manera les va a quitar la posibilidad de sobresalir a ellos, como si solo hubiera una porción limitada de sueños cumplidos y al tenerla los otros, ellos nunca la obtendrán.
Estoy segura de que detrás de cada persona que ira, en cualquier profesión que exista, hay una historia de trabajo duro detrás
Estas son las personas que siempre tienen alguna excusa para no alcanzar sus metas. Se sienten económicamente pobres, sin palancas, sin atributos físicos o sin talento; aducen que los papás no los apoyaron, que tuvieron una profesora que los desincentivó, que una cosa o que la otra.
Invariablemente, esgrimen una y otra vez justificaciones para no arriesgarse y quizás no tener que hacer el esfuerzo de trabajar más duro o de creer en sí mismos. La mayoría se rinden en la mente antes de siquiera ensayar en la realidad.
Algunos creen que Sofía Vergara se despertó una mañana convertida en la mujer mejor pagada de la televisión estadounidense o que Egan Bernal o Nairo Quintana se montaron en una bicicleta y de inmediato llegaron al Tour de Francia.
Absolutamente a nadie el éxito le ha caído del cielo. Tal vez así parezca, pues, al igual que en una fotografía, nosotros solo vemos una imagen.
Sin embargo, debemos recalcarnos que para cumplir los sueños hay que primero tenerlos; segundo, trabajar por ellos; tercero, nunca rendirse, y cuarto, hacer un sinnúmero de sacrificios para alcanzarlos.
Sentados frente al televisor no cumplimos nuestros anhelos, como tampoco criticando al prójimo. Si usted tiene sueños, no se quede ‘echando globos’ y esperando un milagro; hay que pararse y tomar decisiones para lograrlo. El éxito no es para los espectadores, es para los realizadores.
Estoy segura de que detrás de cada persona que ira, en cualquier profesión que exista, hay una historia de trabajo duro detrás. Y quizás ellos no tengan nada distinto a usted, lo que sí tienen es la tenacidad, la disciplina y la fe inquebrantable en sí mismos.
Hoy los dejo con una frase fantástica del cardenal belga Leo Jozef Suenens: “Feliz es la persona que sueña sueños y está dispuesta a pagar el precio para que se cumplan”.
ALEXANDRA PUMAREJO
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