En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

A tan solo tres metros

De tu lado con Alex / Opinión.

En la era de la bonanza minera en Estados Unidos, una familia compró un lote de tierra con la convicción de que iban a encontrar oro.

En la era de la bonanza minera en Estados Unidos, una familia compró un lote de tierra con la convicción de que iban a encontrar oro. Foto: iStock

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
Les voy a contar una historia de la vida real que parece sacada de un libro de ficción. En la era de la bonanza minera en Estados Unidos, una familia compró un lote de tierra con la convicción de que iban a encontrar oro. Efectivamente, después de un tiempo escarbando en la mina hallaron una muy buena cantidad.
Estaban felices. Después del primer hallazgo siguieron buscando con la misma técnica rudimentaria de pala. Pasaron varios años y no volvieron a descubrir nada.
Desilusionados y habiéndose gastado el dinero del oro inicial, les vendieron la tierra y el poco equipo que aún tenían a unos recolectores de chatarra por un precio insignificante, con la plena convicción de que esa tierra era inservible.
(Le puede interesar: Los niños son la salvación)
Para la grata sorpresa de los nuevos dueños y la tristeza de la familia, a los pocos días de la compra hallaron uno de los depósitos de oro más grandes en su momento… a tres metros de donde habían parado de escarbar los anteriores dueños. ¡Solo tres metros cambiaron el destino de todos los personajes!
Los recolectores de chatarra jamás hubieran pensado que estaban tan cerca, pero sí hicieron algo que la familia jamás intentó. Contrataron a ingenieros para remplazar por una maquinaria más sofisticada la técnica de palas que los primeros dueños venían practicando por años. Aunque esto no cambia el hecho de que igualmente hubieran encontrado el oro, sí lo lograron más rápido y eficientemente.
Esta historia, que parece inventada, es real y documentada. El señor Darby, inicial dueño de la mina, después se convirtió en el vendedor de seguros más exitoso de Estados Unidos. La lección que le dejó el hecho de haberse rendido cuando faltaban tres metros para encontrar la veta lo convirtió en un vendedor y negociante inigualable.
El relato deja muchas moralejas, pero me voy a centrar en una de las más poderosas. ¿Cuántas veces nos hemos rendido a las puertas de cumplir nuestros sueños? Y no necesariamente los de negocios o monetarios. ¿Cuántas veces nos hemos conformado con una relación, un trabajo o cualquier otra situación que, sabemos, no es lo que queríamos, pero por miedo o cansancio a creer en nosotros mismos, nos rendimos y renunciamos a vivir y explotar nuestro verdadero potencial?
Permanentemente olvidamos cosas como cuántas veces los niños tienen que caerse cuando están aprendiendo a caminar y que solo levantándose miles de veces logran hacerlo a la perfección.
Quizá nunca nos enteremos de qué tan cerca estuvimos de lograr todo lo que queríamos (no tenemos una bola de cristal para ver un futuro paralelo), pero estoy segura de que en el corazón sabemos que nuestra vida sería muy distinta si hubiéramos escarbado por tan solo tres metros más.
Alexandra Pumarejo
@DeTuLadoConAlex

Lea también

Sigue toda la información de Vida en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Temas relacionados
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.

Mis portales