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¿Qué hay detrás del aumento de las vasectomías y ligaduras de trompas en Colombia?
Un buen número de hombres y mujeres, muchos jóvenes y sin hijos, optan hoy por la esterilización.
El procedimiento tiene alta efectividad. Foto: iStock
Desde hace una década, la curva de natalidad en Colombia viene en descenso. Hasta el 2021 la cifra decreció anualmente entre un -1,0 y -2,0 por ciento, pero este ritmo se intensificó el año pasado con un histórico pico a la baja del -7,7 %, según el Dane. Y, aunque no se tiene el acumulado del 2023, en los primeros dos trimestres la tasa mantuvo este comportamiento.
El deseo de no tener hijos es una de las razones que pueden explicar estas estadísticas. Esta decisión ahora es tomada con mayor autonomía, gracias a los pasos que se han dado en materia de planificación familiar, haciendo más asequibles los métodos y ampliando el abanico de opciones, entre las que los hombres también pueden elegir.
Entre estas alternativas hay soluciones permanentes que, si su efectividad no falla, eliminan la posibilidad de tener hijos de por vida. Se trata de la ligadura de trompas, en el caso de las mujeres, y la vasectomía, en el de los hombres. Dos métodos que requieren una cirugía ambulatoria, con un nivel mínimo de riesgo, y que son aptos para cualquier persona mayor de edad que no quiera reproducirse.
Pues bien, en el último lustro ha aumentado el número de personas que se someten a esta intervención, muchas de ellas jóvenes menores de 30 años y sin hijos.
“Me hice la ligadura de trompas porque con eso evito la zozobra de pensar qué hacer en caso de un embarazo no deseado. La maternidad debe ser una elección completamente consciente, y yo estaba 100 por ciento segura de no querer tener hijos. No he sentido arrepentimiento o tenido dudas de haberme hecho la cirugía. Todo lo contrario, estoy muy tranquila”, asegura Ana Cristina Álvarez, una joven de 26 años que se operó a los 23.
Vasectomías y ligaduras de trompas realizadas por Profamilia Foto:Profamilia
Como Ana Cristina, de enero a octubre de este año 8.764 mujeres menores de 25 años tomaron esta decisión, el 18,01 % del total de las ligaduras de trompas que practicó Profamilia. Sin embargo, las de 26 a 30 años fueron las que más optaron por este método (26,45 %), seguidas de las de 31 a 35, con el 24,74 %. Vale la pena resaltar que más de 2.000 jóvenes de entre 18 y 20 años también se inclinaron por la esterilización quirúrgica.
En el caso de los hombres, asimismo, se ha incrementado el número de vasectomías considerablemente. Este año, en el mismo período, se realizaron 20.000 procedimientos, siendo los de 31 a 35 años quienes principalmente escogieron esta forma de planificar (23,4 %). Los de 36 a 40 años fueron los segundos (20,37 %), y en el tercer grupo están los de 26 a 30 (17,79 %). Por su parte, los jóvenes menores de 25 rara vez eligieron este método. Y, como la fertilidad en este género dura desde el desarrollo hasta la vejez –al contrario de las mujeres–, hubo un buen porcentaje de mayores de 46 años que se hicieron la cirugía.
¿Por qué se operan?
Hay una serie de paradigmas sociales que han mutado y que están detrás de este aumento. Uno tiene que ver con el deseo o no de la maternidad y la paternidad. Esta elección, a largo plazo, se ha venido tomando desde una edad más temprana y de forma más radical por motivos como la emancipación femenina, un cambio de estilo de vida concentrado en la realización personal, el nomadismo digital, el desarraigo, el no querer asumir responsabilidades de cuidado y crianza, y los cálculos económicos de traer un hijo al mundo.
“En una revisión que hicimos en Profamilia, vimos cómo ha aumentado el número de mujeres y hombres jóvenes que piden la ligadura y la vasectomía, aun sin tener hijos. Son más comunes los hombres que no son padres que se esterilizan que las mujeres que no son madres. Pero definitivamente han superado el 5 % del total de nuestros casos”, dice el ginecólogo Juan Carlos Vargas, asesor científico de la entidad.
De hecho, agregó el médico, hace algunos años, el promedio del número de hijos de una mujer cuando solicitaba la ligadura era de cuatro y hoy está en alrededor de los dos. Un fenómeno que va de la mano con la reducción de la tasa de fecundidad, que en este momento se ubica en 1,7 nacimientos por cada mujer en edad fértil.
Según la más reciente encuesta de Pulso Social del Dane el método más común entre las mujeres fue la ligadura de trompas. Foto:iStock
Por el lado de los hombres, quienes piden la vasectomía, aun si no son padres, usualmente tienen parejas estables. Y, de todas formas, se les recomienda seguir usando preservativo porque este método no previene las enfermedades de transmisión sexual.
Con respecto a la edad, esta no es una contraindicación, ni física ni mental, siempre y cuando el solicitante sea mayor de 18. “Los jóvenes tienen derecho a elegir esta opción, así sea permanente, pues hace parte de sus derechos sexuales y reproductivos. Lo que sí es súper importante es que estén muy seguros, ya que aunque estos procedimientos se pueden revertir, no se garantiza su éxito”, señaló la uróloga Diana Torres, especialista de Profamilia.
De igual forma, se han eliminado requisitos de los que antes dependía la aprobación de la cirugía. Uno de estos era el examen psicológico, utilizado para cerciorarse de que la decisión fuera libre, consciente y no respondiera a una crisis emocional que provocara arrepentimientos. Ahora simplemente con el consentimiento informado basta; y, aunque se aconseja hablarlo con la pareja, no se necesita su permiso.
Otro factor se relaciona con los avances médicos que se han implementado para reducir la complejidad de las intervenciones. Hoy en día se hacen en menos tiempo, entre 15 y 20 minutos si no ocurre ninguna complicación, y la recuperación es mucho más rápida. Igualmente, se ha agilizado el trámite con las EPS, que por la Ley 1412 de 2010 deben de cubrir la totalidad de los gastos de la operación. Ya si se quiere realizar de forma particular, la tarifa de Profamilia para la ligadura es de $ 526.500, y para la vasectomía, de $ 601.000.
“El proceso, tanto con la EPS como con la IPS, fue muy fácil. Primero pedí una cita con mi médico general y cuando me preguntó el motivo de consulta le dije que quería realizarme la ligadura de trompas. Él me hizo un chequeo y me remitió a Profamilia. No indagó mis motivos personales, ni me cuestionó, y ahí mismo me dio la orden para la cirugía. Ya en Profamilia me vio el cirujano y me preguntó si tenía hijos y por qué no quería tener. También, si mi pareja y mi familia estaban enteradas, y si lo había conversado con ellos. Pero no en un tono inquisidor, sino para asegurarse de que mi decisión la estuviera tomando informada y en total autonomía. Luego de esa cita, me programaron para la siguiente semana”, contó Ana Cristina, quien se sometió al procedimiento en Pereira.
Con todo y esto, su realidad no es la de todas las mujeres, sobre todo las que viven en la periferia o en condiciones de vulnerabilidad, quienes siguen encontrando obstáculos para acceder a este método, particularmente en materia de cobertura del sistema de salud y sesgos de género. Según otros testimonios, les piden desplazarse a ciudades principales o encuentran negativas de los médicos y las IPS por ser demasiado jóvenes o no haber sido madres.
Así son los procedimientos
La ligadura, actualmente, se hace a través de laparoscopia, por lo que no deja cicatrices grandes y se reduce el tiempo posoperatorio. La incapacidad es de cinco días, y a la semana la mujer ya puede retomar sus actividades normales. Sin embargo, sí produce dolor y tiene un mayor nivel de complejidad que la vasectomía, puesto que los órganos reproductivos femeninos están dentro del abdomen.
La vasectomía, a su vez, se practica bajo anestesia local, mediante una incisión superficial por la que se cortan los conductos deferentes. Es una intervención ambulatoria, muy rápida y no produce secuelas en la vida sexual de los hombres, que es uno de los mitos en torno a este método.
“En ambos casos, siempre se debe hacer una consulta previa para mirar los antecedentes, hacer un examen físico del paciente y verificar si es apto o apta para la esterilización quirúrgica. Pero en la mayoría de las veces se aprueba la cirugía. Realmente los únicos requisitos son que sea mayor de edad y que esté 100 % seguro”, señala la médica Torres.
Este procedimiento es recomendado para hombres que tienen la paternidad cumplida o definitivamente no quieren ser padres. Foto:Fabian Bimmer / Reuters
A estas circunstancias se debe agregar la pedagogía que se ha hecho sobre los métodos para control de natalidad, una campaña que ha enfatizado, especialmente, en la responsabilidad compartida de hombres y mujeres en esta tarea. No obstante, si bien se ha avanzado en este propósito, las ligaduras siguen superando en más del doble las vasectomías realizadas.
Lo cierto es que estas facilidades han allanado el camino para que cada vez más personas elijan opciones permanentes para no concebir. Un hecho que, tal como lo pronostican los expertos, seguirá siendo uno de los motivos que empujarán la disminución de los nacimientos, pero que al mismo tiempo es muestra de una mayor conciencia y responsabilidad a la hora de traer hijos al mundo.