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El A-68, un iceberg como Luxemburgo, enfrió el océano circundante: así fue

La investigación fue publicada en la revista 'Geophysical Research Letters'. 

Un iceberg 15 veces más grande que París se desprendió en la Antártida.

Un iceberg 15 veces más grande que París se desprendió en la Antártida. Foto: iStock

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El impacto del derretimiento del iceberg supergigante A-68, que originalmente tenía el tamaño de Luxemburgo, ha tenido consecuencias significativas en el océano que rodea a Georgia del Sur, una región subantártica de gran importancia ecológica, según una nueva investigación publicada en la revista 'Geophysical Research Letters'. 
El A-68 se desprendió de la plataforma de hielo Larsen C en 2017 y en 2020 se desvió muy cerca de Georgia del Sur antes de comenzar a fragmentarse, liberando grandes cantidades de agua de deshielo dulce en esta región relativamente pequeña.
Este evento tuvo un profundo impacto en la temperatura y la salinidad del Océano Austral circundante.
Iceberg A68A fragmentado en pedazos a 22 de diciembre de 2020 - Sentinel/Copernicus

Iceberg A68A fragmentado en pedazos a 22 de diciembre de 2020 - Sentinel/Copernicus Foto:Europa Press

Se usaron datos satelitales 

A través de datos satelitales, los científicos observaron que el agua de deshielo liberada por el iceberg causó anomalías extremas en la temperatura y la salinidad de las aguas superficiales del océano. Estas fueron de magnitudes sin precedentes en comparación con desintegraciones previas de icebergs.
Entre los hallazgos clave, se registraron temperaturas del agua hasta 4,5°C más frías de lo habitual, lo que indica un enfriamiento significativo en la superficie del océano.
Además, la salinidad disminuyó en más de 10 unidades psu (unidades de medida de salinidad), lo que equivale a aproximadamente dos tercios de la salinidad normal en la superficie del océano.
Es importante destacar que esta influencia del agua de deshielo no se limitó a Georgia del Sur, sino que se extendió a través de las corrientes oceánicas, formando una larga columna que abarcó más de 1.000 kilómetros en el Atlántico Sur.
Esta señal del agua de deshielo persistió en el océano durante más de dos meses después de que el iceberg se desintegrara por completo.
Los cambios en las condiciones físicas de la superficie del océano tienen un impacto significativo en el ecosistema marino. Por ejemplo, el agua de deshielo aporta hierro disuelto, un nutriente que estimula el crecimiento del fitoplancton, una forma de vida microscópica fundamental en la cadena alimentaria oceánica.
Sin embargo, esta agua de también puede tener efectos negativos al alterar las condiciones a las que se han adaptado numerosas especies marinas en el Océano Austral.
"El iceberg A-68 fue uno de los icebergs más grandes y más estudiados. Cuando empezó a romperse, fue como instalar el estuario de un gran río en mar abierto, bombeando agua dulce y fría a la capa superficial. Nuestros resultados muestran que cada iceberg gigante que se derrite puede tener impactos generalizados y duraderos en las condiciones de la superficie del Océano Austral, y esto tiene consecuencias para la vida vegetal y animal que vive allí", declaró en un comunicado la científica climática Roseanne Smith, del British Antartic Survey. 

El salto de Orlando Duque desde un iceberg en la Antártida

*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información publicada por Europa Press, y contó con la revisión de la periodista y un editor.

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