Ximena Beltrán perdió a su mamá en agosto de 2018. Murió por causa de cáncer en el estómago.
Era hija única y su dolor fue tan grande que aún no ha superado ese vacío. Sin embargo, se hizo un tatuaje en la espalda. Es una balanza porque a su progenitora le gustaba este símbolo.
Ximena nunca se había hecho un tatuaje en su cuerpo y dijo que es un tributo a su mamá.
Surge la pregunta de si hacerse tatuajes sirve para superar un duelo.
Esta cuestión la respondieron las profesoras de psicología de la Universidad de Newfoundland, en Canadá Jennifer L. Buckle y Sonya Corbin Dwyer, luego de publicar un estudio.
Analizaron las ventajas de quienes se tintan la piel, después de que un ser querido ha fallecido o si ha habido alguna ruptura sentimental.
La investigación se llevó a cabo con 22 personas, de las cuales, 21 eran mujeres y había un hombre, con edades entre los 18 y los 49 años.
"Cuando analizamos las entrevistas, detectamos un tema central que se repetía y al que llamamos 'creación de significado encarnado'", explicaron las docentes.
"Estos tatuajes eran expresiones visuales y tangibles del proceso, mediante el cual, las personas intentan dar un sentido a su pérdida. Una de las participantes describió su tatuaje conmemorativo como 'una cicatriz externa que representa una cicatriz interna', por ejemplo".
Todos ellos se habían hecho tatuajes conmemorativos por la muerte de amigos y familiares.
"Los tatuajes conmemorativos pueden ayudar a iniciar las conversaciones sobre una pérdida, reportan cambios en la propia identidad como resultado de esa pérdida, proporcionan una representación permanente del amor por alguien que ya no está o ayudan a mantener el vínculo con esa persona", aseguraron las docentes en un artículo de Aeon.
Dijeron que lo más recurrente era tatuarse la fecha del inicio de la relación que terminó o del día en que murió el fallecido.
En algunos casos, el tatuaje reflejaba su propia experiencia del duelo, el dolor de la pérdida, una imagen o unas pocas palabras para expresar su angustia.
En algunos casos, el tatuaje reflejaba su propia experiencia del duelo, el dolor de la pérdida, una imagen o unas pocas palabras para expresar su angustia
"Para otras, reflejaba aspectos de su familiar, amigo o mascota: su pasatiempo favorito, cosas que amaban o su nombre, a veces en forma de firma. Las diversas formas en que estos representaban la pérdida de las personas, su dolor y sufrimiento, eran poderosos símbolos encarnados de su proceso de creación de significado al adaptarse al duelo", sostuvieron las investigadoras a Aeon.
También señalaron: "Los tatuajes conmemorativos brindan un medio para mantener un sentido de conexión con el que ya no está. Representan y facilitan un vínculo continuo, que fue roto por la muerte, pero que, sin embargo, perdura. De esta forma, ofrecen una entrada visual a la experiencia de duelo individualizada, revelando algunas de las estrategias mediante las cuales las personas facilitan su proceso de adaptación".
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EL TIEMPO