En diálogo con EL TIEMPO, un equipo interdisciplinario del Instituto Nacional de Salud (INS) –integrado por expertos en genómica, modelación matemática y vigilancia epidemiológica– contó algunos detalles sobre las proyecciones de la pandemia que la entidad técnica hizo para los próximos meses en el país, además de otros aspectos relacionados con el momento epidémico derivado del Sars-CoV-2, que son resultado de la evidencia científica disponible y la que genera la propia entidad.
En esencia, estas voces dan luces sobre lo que se debe hacer para disminuir la severidad de un potencial nuevo pico en Colombia.
Desde el inicio de la pandemia, el INS ha acertado con los modelamientos matemáticos que han marcado este proceso en el país. En este sentido, el instituto anunció que en agosto había hecho una nueva microsimulación y que en septiembre se sabría cuál de ellos sería el más probable para lo que viene. Sobre esta base, a este equipo técnico se le preguntó qué se espera para los próximo meses y de qué depende que eso se cumpla.
Al respecto, respondieron que los modelos matemáticos para el seguimiento de la pandemia tienen una carga importante de incertidumbre, en razón a que este es un escenario nuevo que aún tiene aspectos desconocidos.
Sin embargo, las proyecciones de un posible cuarto pico, realizadas con el modelo de microsimulación –que en este caso incluye los efectos de las vacunas– los investigadores consideran que en el escenario más pesimista el nuevo pico en términos de contagios y ocupación de camas de UCI podría ser superior a la tercera ola, pero el de muertes parecería no superar ese histórico.
Otro escenario podría ser menor o limitado y con menos de 100 muertes diarias y existe también una pequeña posibilidad de no tener un nuevo incremento.
El nuevo pico podría ocurrir entre finales de octubre y finales de noviembre
De acuerdo con el análisis, estos escenarios dependen de manera resumida de dos grandes factores: la velocidad de la vacunación que alcance rápidamente una mayor cobertura y que en Colombia espera alcanzar en diciembre al menos un 70 por ciento de la población con esquemas completos, y el rigor con el que se apliquen las medidas de bioseguridad.
En este último aspecto, el equipo resalta la importancia de mantener el uso general del tapabocas, distanciamiento, ventilación de espacios cerrados, realización de pruebas y aislamientos tempranos, todo para cortar las cadenas de transmisión y disminuir la velocidad de propagación, incluso la de nuevas variantes como la delta, que ya hace presencia en el territorio nacional.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta a la hora de realizar estas proyecciones son las tasas reales de seroprevalencia (proporción de la población de cada lugar que ya tuvo o con el virus) y que en el país, de acuerdo con el mismo INS, dejan ver ciudades con índices tan bajos (50-60 por ciento), y otras con el 100 por ciento, por lo que el número de personas susceptibles de adquirir el covid-19 es tan variable como determinante en la aceleración de contagios y génesis de un nuevo pico.
Y aunque las cifras tan elevadas de seroprevalencia (89 por ciento nacional) pueden interpretarse como que solo resta una proporción muy baja de la población por infectarse (11 por ciento), lo que alejaría el fantasma de un nuevo pico, este grupo de expertos es enfático al decir que las defensas naturales no siempre son permanentes y pueden disminuir por muchos factores, de ahí que hay que hacer vigilancia muy estrecha para no confiarse.
En cualquier caso, se estima que el nuevo pico podría ocurrir, por fecha de inicio de síntomas, entre finales de octubre y finales de noviembre y su severidad dependerá de la vacunación y del rigor con el que las autoridades y la gente sigan manteniendo las medidas de bioseguridad.
CARLOS FRANCISCO FERNÁNDEZ
EDITOR DE SALUD
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