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Desinformación desde los gobiernos: ¿cómo evitarla? (Entrevista)

Académicos y ciudadanos debatieron sobre soluciones concretas para combatir la desinformación.

Adriana Mejía Hernández, directora ejecutiva Fundación I+D, Achilles Tsaltas, presidente de la Fundación Democracia y Cultura, Colombe Cahen-Salvador, cofundadora de Atlas y Andrea Venzon, cofundador de Atlas

Adriana Mejía Hernández, directora ejecutiva Fundación I+D, Achilles Tsaltas, presidente de la Fundación Democracia y Cultura, Colombe Cahen-Salvador, cofundadora de Atlas y Andrea Venzon, cofundador de Atlas Foto: Cortesía

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El proyecto internacional ‘Re-Imaginando los bloques que construyen la Democracia’ llegó a Bogotá el pasado 8 de junio y convocó a ciudadanos, académicos y periodistas para conversar en torno a la desinformación, los medios y la creciente afluencia de nuevas herramientas tecnológicas. Esta iniciativa se encuentra en su segundo año de implementación y ha convocado sesiones de consulta en diez ciudades del mundo.
El evento, que se realizó en el Salón Diamante del Hotel Marriot, contó con la participación Adriana Mejía Hernández, directora ejecutiva Fundación I+D, Achilles Tsaltas, presidente de la Fundación Democracia y Cultura, Colombe Cahen-Salvador, cofundadora de Atlas y Andrea Venzon, cofundador de Atlas, quienes, además, conversaron con EL TIEMPO.

¿Cómo afecta la desinformación a la democracia?

Adriana Mejía: Es un impacto incremental y cada vez la amenaza y el riesgo son mayores porque en la medida en que hay más ciudadanos que tienen a canales por los cuales acceden a contenidos, la posibilidad de que esos contenidos no sean reales o no sean verdaderos puede aumentar. En esa medida se potencia la amenaza. Yo creo que por eso es muy pertinente avanzar en todas estas conversaciones y discusiones que se han venido planteando y que seguramente se van a tener que plantear más sobre la necesidad de establecer regulaciones, de establecer algún tipo de mecanismo que contenga la información falsa, para mitigar el riesgo, que seguramente no va a ser erradicado en su totalidad. Volver a los ciudadanos más conscientes y más conscientes también de lo que esto implica para toda la arquitectura institucional y para la democracia misma. La desinformación es un riesgo que se incrementa a la misma velocidad en la que avanza la tecnología.
Andrea Venzon: En primer lugar, creo que la información es un pilar fundamental de la democracia, entonces no puede ser un riesgo. Reformulemos la conversación: la información es algo que nos da poder a los ciudadanos, es una de nuestras mejores armas para hacer que los funcionarios gubernamentales y los políticos rindan cuentas. Creo que el nivel de riesgo puede ser muy alto en ciertas circunstancias, como por ejemplo sucedió en las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Aquí tenemos que aprender a mejorar nuestra forma de manejar la información o la sobrecarga de información. El hecho de que haya información falsa circulando sí es un gran riesgo. No deberíamos ver la información de las redes sociales como algo negativo. Quiero decir, estas son cosas que han empoderado a todas las sociedades en algún momento.
Achilles Tsaltas: La desinformación no es nada nuevo. Quiero decir, las noticias falsas han existido desde siempre, lo que es diferente es la época en la que vivimos, lo rápido que se propaga y cómo la tecnología, si cae en malas manos, puede ser terrible para la democracia. La información en sí misma es lo más valioso que tenemos. Educarnos a nosotros mismos es la clave. Es válido preguntarnos ¿Cómo podemos asegurarnos de que usamos la tecnología en beneficio de una mejor información?
Colombe Cahen-Salvador: Quiero agregar dos cosas. Creo que la desinformación es un síntoma. Siempre hemos leído noticias falsas, pero las sociedades en las que prolifera la desinformación tienden a ser las que tienen un mayor nivel de desigualdades y menos confianza en los gobiernos. Lo segundo es que, si los ciudadanos llegamos a participar en democracia y confiamos en nuestros funcionarios y en nuestras instituciones, estaremos menos sujetos a esta desinformación porque diremos: ‘participé en esta dirección, me presenté como candidato o participé en asambleas de ciudadanos entonces sé que sucedió de esta manera y sé que es verdad’. Entonces creo que esta participación reduce las desigualdades y hace que los procesos gubernamentales sean más transparentes e inclusivos y que sin duda, sirven como lucha contra esta desinformación. Creo que la educación y demás son importantes, pero creo que esta desinformación es un síntoma de algo mucho más profundo en general.
Adriana Mejía, directora ejecutiva de Fundación I+D

Adriana Mejía, directora ejecutiva de Fundación I+D Foto:Cortesía

¿Qué pasa cuando esa desinformación viene de los gobiernos?

Colombe Cahen-Salvador, cofundadora de Atlas.

Colombe Cahen-Salvador, cofundadora de Atlas. Foto:Cortesía

Adriana Mejía: Creo que es bastante claro para todos los que tenemos convicciones democráticas que la libertad de prensa es uno de los pilares fundamentales que sostienen la integridad institucional y que permite que los pesos y contrapesos operen para impedir, digamos, desbordamientos autocráticos, y tiene una función clave que los gobernantes y las autoridades se mantengan dentro de los límites que determinan la Constitución y las leyes. De ahí que cualquier ataque contra la prensa libre, venga de donde venga, debe ser objeto de condena. En eso lo que tenemos que buscar es un consenso ciudadano amplio, un consenso ciudadano fuerte y una voz muy unida en contra de este tipo de comportamientos que de alguna manera vulneran o ponen en riesgo la actividad periodística.
Andrea Venzon: La libertad de expresión no debe ser restringida entre los ciudadanos, sin embargo, si es alguien que tiene un alto cargo o un funcionario público, o si es alguien que tiene influencia debido a ciertas razones, sí debe rendir cuentas. Allí es donde creo que se deben establecer regulaciones más estrictas, como, por ejemplo, si soy el presidente Trump, no debería poder tuitear lo que quiera solo porque soy el presidente, pero si lo hago, debería haber una consecuencia. Por ejemplo, revisión judicial, sanciones o incluso, en casos extremos, acusaciones. Cuando tienes poder, tu libertad de expresión debe equilibrarse con el hecho de que tus palabras pueden dañar a las personas. Si eres muy influyente, tienes más responsabilidad que un ciudadano normal.
Colombe Cahen-Salvador: Acá hablamos de otro tipo de desinformación. Para mí esta desinformación es grave cuando activamente es parte de una campaña para difundir noticias que perjudican al gobierno público o al interés público. Es decir, hay una intención de dañar con la información errónea que acabas de difundir. Si no tiene la intención de hacerlo, emita una declaración pública de disculpa, pero si es una campaña coordinada entonces estoy de acuerdo en que deberíamos regular a un nivel superior. Me gusta la idea de no restringir demasiado el discurso en el sentido de que no soy una activista por la libertad de expresión, pero estoy en contra del discurso de odio y demás. Debemos encontrar nuevas formas de involucrar a los ciudadanos para que puedan confiar en la información real. Hay una razón por la cual somos víctimas de esta desinformación, no es sólo que seamos víctimas en ello, somos ciudadanos activos. Las personas conocen las compañías de medios que no siempre son tan confiables o tal vez no siempre son tan objetivas, pero también se trata de mostrar qué medios son buenos.
Andrea Venzon, confundador Organización Atlas.

Andrea Venzon, confundador Organización Atlas. Foto:Cortesía

En las redes persiste la idea de la vigilancia de los medios, ¿no es eso peligroso para la libertad de prensa?

Adriana Mejía: Hay una cita muy conocida de un expresidente de los Estados Unidos que dice que todo el mundo tiene derecho a su propia opinión, pero que no todo el mundo tiene derecho a sus propios hechos. Entonces esto va un poco en la misma línea, de cómo separar la reportería, que es tomar la foto de una realidad en un momento, versus las opiniones y creo que ese es un esfuerzo que tienen que hacer los medios de comunicación constantemente. Creo que en Colombia y en muchos otros países la figura del defensor del televidente o del cliente es una figura que adquiere una relevancia muy particular en estos tiempos, en donde es tan complejo discernir la realidad de los hechos. Lo otro que diría es que los medios tienen una función importante de autorregulación porque al final del día, el principal activo de un medio de comunicación es su credibilidad. Es decir, si los medios no hacen una tarea permanente de verificarse y de contrastarse y de asegurarse de estar transmitiendo información veraz, va a perder credibilidad va a perder audiencia y ese es el efecto más indeseado para un medio de comunicación.
Andrea Venzon: Obviamente es un tema muy complicado y lo discutimos mucho durante el evento porque es completamente normal que los medios tengan afiliación o se inclinen en cierta dirección política y eso tiene que ser claro y transparente. También es normal que a la gente no le guste eso, porque sobre los medios de comunicación siempre se ha posado esta figura de la imparcialidad y la neutralidad. Lo que me encanta de una de las soluciones que discutimos es dejar que los ciudadanos estén involucrados en las instituciones y en este caso que se pueda reunir a un grupo aleatorio de ciudadanos que puedan revisar la información y discutan sobre cómo se debe tratar esta información. No un líder político, ni el Estado en sí mismo, gente como nosotros. Si tomas 500 personas y haces una asamblea de ciudadanos centrada en regular el espacio de los medios es mucho más probable que las personas sean imparciales porque representan a la sociedad. Es posible que haya algunas personas con inclinaciones, unos más liberales otros más conservadores, mayores o jóvenes, etc; pero si logramos representar a la sociedad en un organismo es mucho más probable que traiga un resultado positivo.

Constantemente las personas les piden a los medios que cuenten lo que ellos quieren escuchar, ¿cómo hacerle ver a las personas que esa no es la función de los medios?

Achilles Tsaltas, presidente de la Fundación Democracia y Cultura

Achilles Tsaltas, presidente de la Fundación Democracia y Cultura Foto:Cortesía

Achilles Tsaltas: La propiedad de los medios es un gran problema que necesita ser regulado. Estamos completamente de acuerdo con lo que escuchamos hoy acerca de que los ciudadanos se involucran más en la regulación y la educación, pero es necesario que haya alguna regulación a nivel institucional. Los que tienen tratos contractuales con el gobierno no deberían ser dueños de medios, pero sigue pasando en muchas partes del mundo. Existe una ley en Australia sobre la propiedad de medios en la que una persona no puede tener demasiados medios de comunicación, es decir, una emisora no puede poseer un periódico y viceversa. Debe haber alguna regulación, la separación de opiniones y las noticias es algo importante. Lo digo porque he trabajado para el New York Times muchos años y es algo a lo que aspira el periódico en sus lineamientos editoriales de ética. También hay algunas cosas en las que no hay neutralidad y en eso debemos ser claros. No hay neutralidad sobre la crisis climática o sobre los derechos humanos.
Colombe Cahen-Salvador: No creo que esas sean dos características a las que los medios necesariamente deban aspirar. Creo que no existe tal cosa como la neutralidad. Creo que está bien que ciertos medios no sean neutrales. Leo los medios principalmente que representan mi punto de vista, trato de leer el punto de vista opuesto también, pero definitivamente no soy neutral y no hay una sola verdad. Y creo que eso es algo que ha hecho daño en todo el mundo: fingir que hay una verdad. Entonces, por ejemplo, estaba leyendo y revisando los informes del New York Times sobre el tema LGBT y sus derechos y el New York Times durante décadas explicó que las personas homosexuales estaban enfermas, ¿verdad? Y esa era la verdad en ese momento. No es la verdad, pero se representó como una declaración verdadera y completa, pero nunca ha sido la verdad. Tampoco quiero decir que hay algo que no se debería poder decir porque podría caer en discurso de odio. Por otro lado, creo que está bien que los medios sean propiedad de empresas privadas o que sean propiedad de los gobiernos. Hay algunos intentos de esto en ciertos países como la BBC que no son necesariamente neutral, pero tiene algún tipo de financiamiento público que garantiza una fiscalización de los ciudadanos.
 del foro ‘Re-Imaginando los bloques que construyen la democracia

del foro ‘Re-Imaginando los bloques que construyen la democracia Foto:Cortesía

¿Qué riesgo implica para los medios y para la democracia la inteligencia artificial?

Andrea Venzon: A veces desearía que la inteligencia artificial no existiera. Pero también creo que todas las tecnologías al principio dan un poco de miedo, pero luego las adoptas y la mayoría de las veces se empiezan a usar de la manera correcta. Si hablamos de la inteligencia artificial como forma de transmitir información probablemente desbloqueemos muchas más formas de llegar a las personas, por ejemplo, traducir y hacer video a partir de texto o traducir texto a audio. Por otro lado, debemos asegurarnos de que la inteligencia artificial no destruya la calidad de la información. Creo que los desafíos estarán en cómo mantener la calidad de la información y en cómo asegurarse de que los humanos aún produzcan información para los humanos. Será una lucha durante los próximos 10, 20 o 30 años hasta que llegue a un punto en el que tengamos confianza y sepamos cómo usar las IA de la mejor forma. Por ejemplo, Internet hace 20 años era un lugar libre, pero muy oscuro en cierto modo. Hoy todo es distinto en la red, así que espero que pase lo mismo para la IA.
Achilles Tsaltas: No olvidemos que quien creó la inteligencia artificial fue la inteligencia humana. Por lo tanto, es un desafío para la humanidad y para los seres humanos y para el ingenio humano asegurarse de que la inteligencia artificial no se utilice por razones equivocadas. De hecho, creo que la inteligencia oficial es probablemente lo que va a resolver la crisis climática. Tenemos miedo de la inteligencia artificial porque no estamos seguros de hacia dónde se dirige, pero creo que deberíamos confiar más en el ingenio y la resiliencia humana.
Colombe Cahen-Salvador: Estoy realmente asustada. Tiendo a pensar que lo que viene es un avance y que hay que regularlo, pero creo que la IA nos ha dominado por completo. Es mucho más inteligente de lo que somos y seremos, mucho más inteligentes de lo que somos en muy poco tiempo. La tecnología replica nuestros propios problemas y, de hecho, los humanos crearon la IA, por eso me asusta muchísimo porque ya somos una sociedad llena de prejuicios llenos de odio. No creo que alguna vez seamos capaces de manejarlo correctamente, al igual que no podemos lidiar con la propiedad de las redes sociales.
CAMILO A. CASTILLO

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