Señor Director:
Mientras el aumento del salario mínimo fue de un 7 %, muy cercano a la cifra de inflación del 2016, los aumentos en servicios públicos, medicina prepagada, parqueaderos, pasaportes, etc., superan esta cifra. Lo anterior, sumado a la reforma tributaria, afectará seriamente el bolsillo de los colombianos durante el 2017. El Ministro de Hacienda dijo que de no haberse aprobado la reforma tributaria el país hubiese entrado en recesión. Está claro que el pueblo tendrá que asumir, pagando mayores tributos, la solución del desfase que en ingresos presenta la gestión del ministro Cárdenas. Así como la mayoría de los colombianos contribuiremos pagando los impuestos, esperamos que el Gobierno racionalice el exagerado gasto público en sus diferentes formas, que es uno de los grandes responsables del desequilibrio económico que enfrenta el país.
Mario Patiño Morris
Señor Director:
En su editorial ‘Tres desafíos claves’ se plantean los retos para este 2017. Es urgente, para lograr la implementación y consolidación de la paz, que se reactive la economía buscando un desarrollo equilibrado con posibilidades para todos. Pero, ante todo, debemos acabar con la corrupción y la politiquería, pues de lo contrario nuestra querida Colombia naufragará en manos de los corruptos.
Roberto Martínez Dussán
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Señor Director:
El Gobierno debe incentivar el empleo, bregar a recuperar el campo, que no despega como se esperaba, pues el campesino, en su mayoría, sigue solo frente a grandes costos para producir. Debe seguir la implementación de la infraestructura, que va bien; no rendirse jamás en el tema de la paz, pero lo clave, lo vital, es atacar la corrupción. Esa es una tarea de todos, pues este es el mal del siglo en Colombia, y así no hay reforma que valga.
Ángel María Aguilar
Señor Director:
Importante lo expuesto en su editorial (30-12-2016) sobre la indigencia. Esta problemática la podemos ir solucionando cuando todos los estamentos del Estados pongan en práctica las políticas públicas de manera integral para esta población, contempladas en la Ley 1641 de 2013, que no han querido aplicar.
Por ejemplo, en Bucaramanga existen habitantes de la calle con sida o en estado de demencia que están en fundaciones, inmersos con los otros esperando que el Estado los ayude, pero a veces esa ayuda no llega, a pesar de existir dicha ley.
Otro ejemplo: en una fundación de Barrancabermeja, el año pasado se graduaron de bachilleres 11 habitantes de la calle, pero no han podido seguir estudiando, en espera de ayuda contemplada también en esa ley. Sería importante que este diario en la ciudad de Bucaramanga nos ayudara a impulsar la práctica de la mencionada ley.
Gabriel Ferreira Sandoval
Bucaramanga
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