Con su peculiar ‘tiempismo’ (timing), Julito Sánchez y su combo de La W dedicaron toda una mañana a la etiqueta Marihuana. Importante tema. Después de la paquidérmica gestión del gobierno pasado, que espantó inversionistas por millones de dólares, y la salida hiperbólica del presidente Petro de liberalizar el cultivo del cannabis, fui a consultar a mis amigos de Tropical Cannabis y a su presidente, Pablo Falla, quien es co director del National Hemp Association de los EE. UU., y aquí van varios puntos:
El cáñamo industrial puede suplir muchas de las necesidades en términos de seguridad alimentaria por su alto contenido de proteína con todos los aminoácidos esenciales para la vida del ser humano; puede reemplazar las necesidades de fibra textil en cambio del algodón, sin la carga ambiental ni el agua; captura 40 toneladas hectárea de CO2 más que ninguna otra planta o selva nativa y, mucho más que cualquier cultivo industrial, aporta de 7 a 9 empleos por hectárea; genera hormigón estructural, que remplaza parte del cemento usado en vivienda, sin la carga ambiental de la industria cementera.
Colombia tiene que ser el centro de operaciones de la industria del cannabis medicinal e industrial de Latinoamérica y del mundo. Y con mucho orgullo comunica que las genéticas de Tropical Cannabis hacen parte de la batería de semillas de grandes universidades de EE. UU. para cultivo en las zonas cálidas de este país, como Texas, Florida y California. George Washington fue un promotor del cultivo del cáñamo. Una leyenda dice que las misma Declaración de los Derechos del Hombre está impresa en un papel de fibra de marihuana, y los guardabarros del famoso Ford T estaban ensamblados con una fibra compacta de puro cannabis.
Existe hoy una esperanza concreta y bien fundada: esta esperanza nos llega exactamente del cáñamo. “Con las materias primas del cáñamo es posible producir, de forma limpia y económicamente conveniente, tejidos, papel, plásticos, pinturas, combustibles, materiales de construcción e, incluso, un aceite de cocina de muy alta calidad. El cáñamo ha sido, entre las especies cultivadas, una de las pocas conocidas desde la antigüedad tanto en Oriente como en Occidente. En China se utilizó desde tiempos prehistóricos para fabricar cuerdas y telas, y hace más de 2.000 años se utilizó para fabricar la primera hoja de papel. En el Mediterráneo, ya los fenicios usaban velas de cáñamo para sus barcos. Y en el valle del Po, el cáñamo se cultiva como fibra textil desde la época romana.
SALVO BASILE