El verdadero dilema de Ecopetrol no es mantener la exploración de petróleo o no. Es acelerar o desacelerar la descarbonización de la economía. Este es el desafío de la transición energética global. Si el nuevo presidente, Roa, entiende que el porqué de la transición es la urgencia climática, pisará el acelerador. Si ello sucede, Ecopetrol se transformará en una compañía energética para el mundo 2040-2050. Para ello deberá acompañar a su compleja cadena de stakeholders, entre 2023 y 2030, a la transformación estructural del negocio que significa el abandono de los combustibles fósiles y la incorporación de un nuevo core business. Y como el mundo estará en esto, ganará Ecopetrol y ganaremos todos.
Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), esta transición, en materia de empleo, representa que, de los 40 millones de personas que hoy trabajan en el sector, habrá que sumar, de aquí a 2030, 14 millones más dedicados al nuevo negocio, pero habrá que restar 5 millones dedicados al viejo. El resultado es favorable, pues el sector crecerá en 9 millones de nuevos empleos. ¿Cuántos nuevos empleos generará Ecopetrol? He aquí el desafío de su transición justa. El dato de Chile puede servirnos de referencia: 43.000 directos. La economía descarbonizada requerirá nuevas profesiones. En lugar de ingenieros de petróleos habrá profesionales de la descarbonización en todas las áreas. Si las universidades entienden que el porqué de la transición es la urgencia climática, pisarán también el acelerador hacia una transformación estructural de sus planes de estudio. Entonces Ecopetrol podrá trabajar con las universidades en esta magnífica alianza.
Así como el porqué de la transición es la emergencia climática, el cómo consiste en poner a las personas en el corazón de los procesos de cambio. El lenguaje de la transición justa son los derechos humanos, el enfoque de género, la participación, la transparencia en la información, la educación integral y las identidades culturales. Pero si nada de esto ocurre, y las universidades y los empresarios (algunas y algunos) siguen empeñados en mantener el statu quo. Si en lugar de acelerar se ralentizan las transiciones, en el medianito plazo, ¿2040?, no habrá Ecopetrol competitivo. Apostémosle a un nuevo Ecopetrol.
Otrosí: un grupo de académicos y ambientalistas han empezado a trabajar en la iniciativa Universidades para las transiciones.
MANUEL GUZMÁN HENNESSEY