Interesante ha resultado el viaje del presidente Petro a España, donde sus majestades Felipe VI y Letizia lo atendieron como un príncipe en el palacio real. Él les ofreció después una recepción a los reyes. No se conocen los platillos y si hubo alguna copilla, pero seguramente con vajilla Corona.
Muchos detalles tienen estos viajes. La ministra de Minas, Irene Vélez, llegó a la gala real con traje largo, negro petróleo, pero en tenis. Es la libre personalidad, o una uña encarnada, pero siempre es mejor guardar los protocolos en representación del país. Y en la inauguración del centro cultura Gabriel García Márquez, en Madrid, la primera dama, Verónica Alcocer, que se baila una visita al hospital, se dejó venir en plena calle con un mapalé. Olé.
Le fue bien al mandatario en la madre patria. Fue aplaudido. Y en su reunión con el presidente Pedro Sánchez, en el palacio de la Moncloa, mire usted, como dicen los españoles, firmaron ocho acuerdos de cooperación en diversas materias. Y Sánchez reiteró su apoyo a la paz total, y para ello ofreció un millón de euros.
Petro tuvo sus despachadillas. En una entrevista al diario El País, al hablar de la crisis ministerial, soltó un sablazo. “Algunas de las personas que convoqué al Gobierno, en lugar de plantear un diálogo serio, se dedicaron a hacer trampas”. Joder, tío, disparó con regadera.
Temía que Petro llegara al palacio real con la espada de Bolívar al cinto. Por fortuna, más bien se lo vio por ahí en un solo de guitarra. Estos días el Presidente ha desafinado, pero la mano en posición de re menor indica que algo sabe de música.
¿Petro toca y canta? De pronto lo critiquen menos si sale a cantar de vez en cuando desde el balcón de la Casa de Nariño, antes que llamar a la gente a salir a la calle. Que se cante un bambuquito. “Ay, qué orgulloso me siento de ser un buen colombiano”. O el Campesino embejucao: “Me tienen arrecho con tanta juepuerca preguntadera / que qué color tiene mi bandera / que si yo soy godo o soy liberal. / Me tienen berraco con tanta juepuerca averiguadera / que si soy eleno, que pelo si quiera, apoyo a las Auc o soy de las Farc”. Y es que el campesino no solo sigue embejucao, sino amenazao o desplazao.
Bienvenido, Presidente, a esta Colombia violenta y llena de problemas, donde también se habla de reinas y reyes: reina la incertidumbre, reina la violencia y donde el tuerto es rey
Después de este nuevo periplo, bienvenido, Presidente, a esta Colombia violenta y llena de problemas, donde también se habla de reinas y reyes: reina la incertidumbre, reina la carestía –subió la gasolina 600 pesos–, reina la violencia, reina la inseguridad y donde el tuerto es rey. Y donde sabemos que es prematuro sugerir que la Unión Europea saque al Eln de la lista de terroristas. Se hace camino al andar, y al no secuestrar y al alto el fuego pactar y respetar, y al no desplazar, por ejemplo. Falta mucho, tíos.
No debería el Presidente seguir enviando mensajes provocadores. Por ejemplo, él no es el jefe del señor fiscal Barbosa, pues existe un Estado de derecho, una separación de poderes. Esa que permitió que al propio presidente del Congreso, Roy Barreras, el Consejo de Estados le cantara “te vas, porque yo quiero que te vayas”… Y seamos justos, Barreras lo ha venido haciendo bien, con mensajes de respeto institucional.
Vamos a ver si logra cantar “volver, volver”. Sería grave que Petro mandara en el jefe del ente investigador, con cercanos de su entorno en procesos.
Y es que el Presidente puede tocar guitarra, pero aquí hay bandas que delinquen en gran parte del territorio, en clave de “la mayor” tranquilidad, amparadas por el cese del fuego. Hay que apretar la rienda.
Hostias, que vivimos un panorama lleno de nubes grises y es urgente que Petro cambie la partitura radical. Un director de orquesta, lógicamente, requiere músicos. Petro necesita unir, antes que dividir, necesita convocar. A lo mejor su esposa nos ayude a que llame a líderes, dirigentes, academia y empresarios al baile nacional. O estamos perdidos, joder.
LUIS NOÉ OCHOA