Después de novedades burocráticas, peripecias parlamentarias y dos mindefensas, 2019 muestra un panorama de seguridad agridulce. Las recientes cifras oficiales en Medicina Legal, Fiscalía, Policía, justicia y defensa son muy completas y útiles para los controles de calidad en esta materia. En cuanto a homicidios, se registraron más de 12.800; 100 muertos menos que en 2018 y casi 600 muertos más que en 2017, año con el menor número de víctimas desde 1985. La tasa por cada cien mil habitantes fue de 25,5, menor en medio punto a la del 2018 y punto y medio mayor que en 2017, cuando cerró en 24,8, la más baja en 45 años; esa tasa se dio durante el primer año de implementación de los acuerdos con la guerrilla. Se corrigió el rumbo con el que terminó 2018, una buena noticia; pero seguimos teniendo 1.000 homicidios mensuales, cifra que debería haber bajado ya el año pasado; mala nueva.
Para el terrible delito de secuestro, 2019 es el año con menor ocurrencia en este siglo: 92 casos menos que en 2018. La disminución del secuestro ha sido ininterrumpida año tras año en el siglo XXI: de más de 2.100 casos en 2003, cayó a 195 en 2017 y a 176 en 2018. Buena noticia, sin Farc secuestrando.
Las masacres, que venían bajando, en 2019 fueron 24, con 120 muertos: el doble de casos y casi el doble de víctimas que en 2018. Mala noticia. El año con menos casos y menos víctimas de masacres desde que se miden oficialmente fue 2016, año de la firma de la paz.
Para la seguridad pública, los ecos de 2019 son mixtos: aumentaron las acciones terroristas a 174 en el año; 22 más que en 2018 y 49 más que en 2017, el más tranquilo en materia de terrorismo desde que hay medición y el primero de implementación de los acuerdos de paz. Los atentados contra poliductos disminuyeron notablemente el año pasado frente a 2018, pero aumentaron frente a 2016, año de calma en esta materia, cuando había mesa con el Eln. Las desmovilizaciones del Eln cayeron frente a 2018, mala noticia; las capturas aumentaron para el mismo período.
Contra las mafias se lograron 387 capturas y 33 bajas más que en 2018: buena labor de las autoridades, Fiscalía y Fuerza Pública. En cuanto a la erradicación manual de cultivos ilícitos, 2019 fue un buen año: en cumplimiento del acuerdo de 2016 con EE. UU. para bajar las hectáreas de coca a 80.000 en cinco años, se han erradicado manualmente 207.000 hectáreas desde 2017; con una cifra récord el año pasado de 95.000 hectáreas. Es probable una nueva y segunda disminución consecutiva del área y del potencial de producción de cocaína durante 2019 en el informe de la ONU que saldrá a mediados de este 2020, como sucedió el año pasado; buena noticia. Los números citados son sin la erradicación voluntaria de los acuerdos de paz, que logró alrededor de 35.000 hectáreas en 2017.
Las Fuerzas Armadas tuvieron 61 asesinados, 18 soldados y 43 policías; esto es 22 muertos menos que en 2017 y 33 menos que en 2108, buena nueva para nuestros héroes y sus familias, tan golpeadas otrora. Heridos hubo 51 menos que en 2018; los policías heridos en 2019 fueron tres veces los soldados afectados. Los pabellones de heridos en combate están ahora dedicados a atender otros quebrantos distintos a los de la guerra.
Sin socaliñas ideológicas, los datos muestran que son necesarios más esfuerzos en seguridad para mantener la tendencia decreciente de la violencia en este siglo. Y que implementar los acuerdos con las Farc y bregar con el Eln da los mejores frutos con unas FF. AA. y una Fiscalía transparentes, poderosas, que sigan ocupando con la ley el mapa nacional y llevando a la justicia a quienes insistan en delinquir.
LUIS CARLOS VILLEGAS