El gran debate político nacional de temas trascendentales no nos puede sacar del camino de las responsabilidades diarias. No podemos olvidarnos de alimentar a más de 50 millones de personas, atender su salud, procurar que sus días sean mejores en términos de empleo, movilidad, servicios públicos, darles seguridad ciudadana y justicia, construir más carreteras y acueductos, así como mantener la economía y el equilibrio de sus variables sensibles.
Parecería que estuviéramos abandonando el presente por disputar el poder del futuro, y eso para un país puede ser el peor error de su historia.
La principal tarea que se le asigna al Gobierno es la de gobernar, istrar el día a día y ser el responsable del correcto funcionamiento del país en todos los frentes, especialmente el del desarrollo social.
Si no atendemos los temas del ahora, habremos perdido muchos de los esfuerzos hechos y el camino recorrido. El sector de la salud es el mejor ejemplo. Si abandonamos lo logrado hasta ahora nos vamos a arrepentir durante muchos años. Válido para muchos frentes como seguridad, infraestructura, vivienda, seguridad energética y el futuro de las finanzas públicas.
Las últimas han sido décadas de cambio permanente en Colombia. Hemos logrado avances en múltiples frentes, incluyendo una nueva Constitución, considerada una de las más progresistas del continente; la creación de sistemas de supervisión y regulación que han permitido crecer aceleradamente a sectores como el de servicios públicos, financiero, salud o infraestructura. Logramos importantes avances en el reconocimiento de minorías, o en instrumentos como la tutela.
Adelantamos procesos de paz con grupos insurgentes, reconociendo a víctimas del conflicto armado y tomado la decisión de repararlas. En lo económico hemos luchado contra la pobreza, con algunos logros, y triplicado nuestro PIB. Han sido años de grandes avances producto de reformas importantes y trascendentales adelantadas por los gobiernos, el Congreso y la sociedad civil.
Se han mejorado instituciones, creado otras, corregido errores, y reconocido la importancia de la sostenibilidad y el medio ambiente. El país se ha transformado. Estamos lejos de contar con realidades aceptables en frentes como la inequidad, la pobreza, la inseguridad, la falta de control del territorio por parte del Estado, la incapacidad para ofrecer condiciones de protección social en muchos de los territorios. Tenemos muchos pendientes, pero los cambios no son nuevos.
Muy importante dar las discusiones trascendentales del país. Nuestra sociedad está lejos de ser perfecta, por eso tenemos que seguir avanzando, y ese solo hecho justifica que evaluemos, pensemos y nos transformemos. Pero no olvidemos las responsabilidades de hoy con el país.
En civilización, esos debates, los más importantes, son los que hay que dar con mayor sabiduría y madurez. Olvidando la mala idea de que el más fuerte es el que impone sus ideas y sus decisiones.
Si algo del pasado debemos superar es justamente la inaceptable práctica de la imposición a la fuerza de las reglas de la sociedad. Es ese justamente el gran avance que trae la democracia consigo.
No olvidemos que la manipulación de la opinión pública y la ciudadanía es un gran acto de deslealtad con la gente. Y que la polarización, lejos de ser democracia, es el peor resultado de la manipulación.
Algunos entienden la democracia como la elección de quién podrá imponer su voluntad, y en realidad es todo lo contrario, es la elección de los líderes que tendrán que buscar los acuerdos y consensos para tomar las mejores decisiones colectivas.
BRUCE MAC MASTER
Presidente de la Andi
En X: @brucemacmaster