Estados Unidos es el mayor consumidor de petróleo del mundo, pero solo China lo supera en producción de calentamiento. El objetivo de la fiesta es alcanzar a China y volver a ser el mayor contaminador del mundo. A eso, el magnate rey ha llamado grandeza. Oro.
Oriente medio tiene más de la mitad de las reservas de petróleo del mundo, pero Estados Unidos se plantea superarlos mediante la explotación de esquisto y arenas bituminosas (fracking). Anexar a Canadá al imperio; ahí comienza el oleoducto Alberta-Nebraska. Ir por Groenlandia; ahí afloran las tierras raras y el metano debido al deshielo ártico. ¡Viva el Cambio Climático!
Obama/Biden se comprometieron a reducir emisiones en 50-52 % antes de 2030 para avanzar hacia una economía descarbonizada. La nueva meta es clara: ignorar el Acuerdo de París explotando hasta la última gota de combustibles fósiles. ¡Viva el petróleo! Celebran ExxonMobil, Chevron, Cámara de Comercio de Estados Unidos, Koch Industries y los congresistas republicanos que ayudaron a fondear la campaña. La ética pública tiene una nueva lección: gobernar para los que hicieron posible la victoria, pagando favores con los impuestos de todos.
No sorprende, pero sí preocupa que en esta fiesta haya 77 millones, y muchos más haciendo fila para entrar.
En lugar de cooperación, exclusión; el multilateralismo, ya malherido, ahora lo está de muerte, especialmente el climático, que buscará, ¡vaya ambición!, aumentar las metas de reducción de carbono en la COP prevista para este año. La pregunta ya no es si el negacionismo es ignorancia o intereses, la respuesta es obvia. ¡Viva el gobierno de los cínicos!
Algunos creen que no podrá lograr lo que quiere debido a la acción climática en marcha. Pero las medidas nacionales frenan a estados y corporaciones: para rescindir el Plan de Energía Limpia decretó emergencia energética, eufemismo para liberar el costo social del carbono y el control de emisiones de metano causadas por la producción y distribución de petróleo y gas.
La fiesta de los cínicos es siniestra. California, aún en llamas: problema de bomberos y de alcaldes. 2024 por encima de 1,5 °C: ¡Viva la muerte! En lugar de subvenciones a los autos eléctricos y parques eólicos, más gasolina. La fiesta será larga, pero (como todas) acabará. Su anfitrión la llamó “la revolución del sentido común”. ¡Vaya aporte filosófico! No sorprende, pero sí preocupa que en esta fiesta haya 77 millones, y muchos más haciendo fila para entrar. A mí, además, me entristece.