Acierto diplomático

Aunque algunos quieran reducir a Pacho Santos a una caricatura; aunque pretendan compararlo con su primo hermano doble Juan Manuel Santos (lo de doble es porque los padres y madres de ambos son primos, no me malentiendan), y aunque a muchos les haya parecido inconcebible que el embajador en Washington en los últimos tres años y, pese a todo el ruido a su alrededor, haya sido y siga siendo hasta el 31 de julio, Francisco Santos, más allá de los lugares comunes y de los prejuicios, creo que fue un acierto haber tenido al exvicepresidente en esa posición.

El embajador Santos logró que Duque se reuniera con Trump en momentos críticos, una vez en Naciones Unidas y dos más en Washington. Cuando todo estaba listo para descertificarnos, Pacho se movió e impidió que se le volviera a colgar a Colombia esa ingrata etiqueta que llegamos a tener en tiempos del expresidente Ernesto Samper y que tantos líos internacionales nos causó.

Fue gracias a su gestión que se aumentó el presupuesto de cooperación, alcanzando aprobaciones en el Congreso de 418 millones de dólares para el año fiscal 2019, 448 millones para el 2020 y 461 para el 2021. De hecho, cuando todos los agoreros pronosticaban que con Biden nos iba a ir muy mal, por las posiciones que adoptó el partido de gobierno del presidente Duque en tiempos de campaña en Estados Unidos, la nueva istración presentó al Congreso una solicitud de ayuda para Colombia con un aumento del 10,16 por ciento con respecto al radicado el año anterior.

Hoy todos hablamos de las posibilidades enormes que ha tenido el aguacate Hass en el mercado estadounidense y fue, de nuevo, gracias al empuje del diplomático colombiano en Estados Unidos que se cambió el protocolo para el comercio del producto, de la misma manera en que se facilitó el para el pimentón.

Colombia fue confirmado, finalmente, como uno de los receptores de donación de vacunas por parte de Estados Unidos y está en trámite una solicitud para que ese país le preste vacunas al nuestro que serían regresadas una vez Colombia reciba las entregas de AstraZeneca y Janssen en el segundo semestre.

Pocos le reconocen esto a Pacho Santos y aunque, como todos los funcionarios, cometió errores, habló antes de tiempo, se le fueron las luces en algunos episodios y le faltaron más cosas por hacer, me parece que poner en perspectiva sus aciertos a lo largo de estos tres años es un acto de elemental justicia. Sobre todo, teniendo en cuenta que él y los demás embajadores no tuvieron una orientación clara en materia de política exterior en los meses en los que la Cancillería estuvo al garete por cuenta de Claudia Blum.

Entre tanto, será un acierto también contar con Juan Carlos Pinzón en esta difícil coyuntura. Abandonar los cantos de sirena que le pedían que se lanzara a la Presidencia y dejar una posición más cómoda en el sector privado para asumir el reto de una embajada en el ocaso de un gobierno es un acto de lealtad con el país y los intereses nacionales.

Pinzón es, además, uno de los hombres más cercanos a la istración de Biden y al propio presidente estadounidense, a quien trajo a Colombia alguna vez, hace unos años. Ahorrarnos la curva de aprendizaje porque el nuevo embajador ya lo había sido antes y conoce de primera mano a los congresistas republicanos y demócratas es un activo relevante en una situación como la que vivimos.

Las relaciones con Estados Unidos son más necesarias que nunca en un proceso de reactivación global. Se trata de una movida interesante, en buen momento y queda por verse cuál será el futuro de Pacho Santos. ¿Volverá a la política electoral o recuperará su viejo fuero de columnista semanal?

JOSÉ MANUEL ACEVEDO M.