La magnitud de incertidumbres políticas mundiales, latinoamericanas y colombianas es enorme. A nivel mundial incluyen la crisis del multilateralismo, especialmente en Naciones Unidas en materia de seguridad, los fuertes enfrentamientos geopolíticos, las dos grandes guerras internacionales sin promesas de paz, la enorme crisis humanitaria por la guerra civil en Sudán y los flujos masivos de migración irregular. A ello se agregan la polarización política en Estados Unidos y la Unión Europea, y la incertidumbre por el resultado de las elecciones en el primero.
A nivel latinoamericano enfrentamos una división regional con pocos precedentes, tres dictaduras en Cuba, Nicaragua y Venezuela, donde se ha consolidado un fraude electoral, otros gobiernos con tendencias autoritarias y una fuerte polarización política en varios países. Colombia es un caso de lo último, como se ha hecho evidente en las discusiones del Gobierno con el Congreso y las cortes. Experimentamos, además, un preocupante aumento de la violencia y el fracaso de la ‘paz total’, que incluye la reciente ruptura de las negociaciones con el Eln.
A nivel económico también hay muchas incertidumbres. A nivel mundial incluyen la violación reiterada de las reglas de la Organización Mundial del Comercio por varios países importantes, el virtual estancamiento de Europa y su creciente rezago en materia tecnológica, además de las dificultades económicas que enfrenta China para renovar un crecimiento dinámico.
En América Latina las tendencias negativas incluyen la muy lenta recuperación de la segunda década perdida que enfrentó la región entre 2014 y 2023, cuando solo creció 0,9 % por año, un ritmo inferior al de la década perdida de los años 1980. Esto se combina con un enorme rezago en materia de productividad. No hay, además, señales de procesos regionales con posibilidad de éxito, y sí la posibilidad de una ruptura de Mercosur.
En Colombia los problemas incluyen el alto déficit fiscal, la falta de consenso entre el Gobierno y el Congreso sobre el presupuesto de 2025 y la reforma tributaria, los costos del paro de camioneros, las nuevas controversias que surgirán sobre la reforma de la salud, un sector que enfrenta ya una fuerte crisis, y el bloqueo de las autoridades ambientales y jueces a la explotación de dos proyectos esenciales para garantizar el abastecimiento de gas del país en los próximos años.
A nivel mundial, la mejor noticia ha sido la fuerte reducción de la tasa de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos, de 50 puntos, así como las dos que ha hecho el Banco Central Europeo
En este panorama desolador hay unas luces en materia económica, aunque ninguna que se pueda identificar en materia política. A nivel mundial, la mejor noticia ha sido la fuerte reducción de la tasa de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos, de 50 puntos, así como las dos que ha hecho el Banco Central Europeo. Este es un reflejo de la estabilización de la inflación mundial, que se había incrementado como resultado de la invasión de Rusia a Ucrania. Por otra parte, pese a visiones pesimistas, no hay evidencia de que Estados Unidos enfrentará una recesión.
En Colombia la reducción de las tasas de Estados Unidos es positiva, porque reducirá el costo del financiamiento internacional de país y abre la posibilidad de una decisión de una baja más acentuada de la tasa de interés por parte del Banco de la República, de 75 puntos, la cual es coherente, además, con la baja de la inflación. A ello se agregan los buenos datos del PIB en el segundo trimestre y los datos positivos que ha anunciado el Dane sobre actividad económica, producción industrial y ventas del comercio al detal en julio, así como los tres meses consecutivos de aumento de las ventas de viviendas nuevas netas de disentimientos.
Es hora de construir sobre estos resultados en materia económica, pero también de construir nuevos elementos positivos, como una real política de reactivación económica y, sobre todo, romper las tendencias negativas en materia política, con menos polarización y un verdadero acuerdo nacional. Mala política es, además, incertidumbre económica.
JOSÉ ANTONIO OCAMPO