Recientemente se realizó la primera Cumbre Ministerial Latinoamericana de los países productores de banano, que tiene el objetivo de trabajar de manera articulada para afrontar las problemáticas del sector bananero a nivel regional. Además de Colombia, estuvieron presentes los representantes de Ecuador, Guatemala, Costa Rica, Honduras y Panamá.
En Colombia existen cerca de 52.000 hectáreas sembradas en banano tipo exportación. En los últimos dos años, la agroindustria del país y de Latinoamérica ha enfrentado el incremento en los precios de los insumos de la cadena de valor, a tal punto que, aunque el nivel de exportaciones se mantiene estable, esto no ha representado continuidad en la productividad de los empresarios.
Desde la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura) hacemos un llamado a los supermercados y a los consumidores de la Unión Europea para que se sensibilicen con las dificultades que enfrenta hoy nuestra agroindustria; el alza en los costos no solamente está perjudicando a los productores, también afecta a los trabajadores y la conservación de empleos. Los gremios hemos adoptado una posición conjunta que requiere un acompañamiento de los gobiernos de América Latina.
Esta solicitud se realiza en el marco de la ‘responsabilidad compartida’, como eje fundamental de la propuesta europea ‘De la granja a la mesa’, que consagra entregar a los productores una porción justa de los beneficios en la venta final al por menor, a favor de los países productores y de los actores que integran la cadena.
Los gremios insistimos en la necesidad de implementar todas las medidas necesarias para salvaguardar la seguridad alimentaria y conservar los empleos que genera la exportación del banano en Colombia.
Se han presentado alzas hasta en un 65 por ciento en el costo de fertilizantes, del 30 por ciento en cartón y 60 por ciento en plástico. Así mismo, el sector enfrenta hasta en un 62 por ciento el incremento del costo de fletes marítimos, la disminución de cupos y rutas de las navieras a los mercados de destino, lo que afecta negativamente la productividad del sector.
A esto se suma la aplicación de los estándares impuestos por un mercado sobrecertificado, la adopción de medidas de bioseguridad para prevenir el Fusarium Raza 4 Tropical y el covid-19, y la implementación de protocolos para evitar la contaminación de contenedores con sustancias ilícitas.
Pese a situaciones como el Fusarium y la pandemia, la producción y exportación de la fruta colombiana han continuado con altos estándares de calidad, sin que la inversión y esfuerzos para contrarrestar estas hayan afectado los precios en el mercado por las medidas implementadas.
En cuanto al hongo Fusarium, no se pueden descuidar las actividades que se ejecutan en equipo con los colaboradores, los sindicatos y todos los actores del sector, porque es primordial evitar la diseminación de dicha enfermedad. Por esto, invitamos a continuar trabajando con rigurosidad. Así mismo, a nivel regional se vienen realizando esfuerzos de manera articulada para el control y la prevención de esta enfermedad, que afecta las plantaciones de banano en el mundo.
Adicional a los efectos colaterales de la pandemia está el fenómeno del cambio climático, que reduce también la productividad en las fincas de los empresarios. En un momento coyuntural como este, en el que tantos factores inesperados coinciden y alteran significativamente la economía, pedimos que se les dé un trato justo en materia comercial, de forma más empática con quienes trabajan en el campo.
Ante este panorama, los gremios insistimos en la necesidad de implementar todas las medidas necesarias para salvaguardar la seguridad alimentaria global y conservar los empleos que genera la exportación del banano en Colombia, lo que se traduce en 35.000 directos, es decir, 150.000 familias en el país y más de 800.000 en Latinoamérica. Es por esto que se invita a los grandes compradores de banano, a las cadenas de supermercados y a los consumidores a hacer conciencia del esfuerzo que realizan los productores y exportadores para llevar la fruta hasta sus hogares.
La subsistencia y el futuro de la industria del banano requieren que estas externalidades no sean soportadas únicamente por los países productores y exportadores, quienes vienen asumiendo todos los cuidados de las plantaciones, junto con las responsabilidades y demás esfuerzos para llevar la fruta a cada rincón del mundo. Es preciso involucrar a toda la cadena de valor; es vital que, en el marco de la responsabilidad compartida, sean discutidos estos aspectos cruciales para asegurar el compromiso de todos los actores para la sostenibilidad de la industria bananera global.
EMERSON AGUIRRE MEDINA
Presidente de la Asociación de Bananeros de Colombia.