El derecho a ser dejado solo o en paz –the right to be left alone– apareció en el año de 1959, cuando un periodista fotografió a la actriz Brigitte Bardot en paños menores en su residencia y publicó tales fotografías sin su autorización. El fotógrafo se defendió diciendo que la actriz, durante su vida pública, había renunciado a su intimidad, pues había mostrado muchas veces sus atributos físicos. Sin embargo, el juez norteamericano que conoció el caso se negó a aceptar este argumento y explicó que aun los personajes públicos tienen derecho a "ser dejados en paz".
La Corte Constitucional de Colombia analizó ese precedente y explicó que la vulneración del derecho a la intimidad ocurrió básicamente porque el fotógrafo accedió a información íntima de la demandante (Brigitte Bardot) sin requerir previamente su consentimiento. "Precisamente, la protección constitucional del derecho a ser dejado solo, como manifestación esencial del derecho a la intimidad, tiene su soporte no solo en el hecho coyuntural de la soledad, que analizada aisladamente en nada enriquece el contenido de dicho derecho, sino en la seguridad de no ser observado, y de poder actuar sin el miedo de que alguien, en cualquier momento, revelará una acción o esfera exclusiva de su comportamiento" (T-787/04).
La sobreexposición de información personal y la constante presión por estar disponibles en todo momento han llevado a la creación de todos estos derechos.
El derecho al olvido y el derecho a la desconexión son dos derechos relacionados con aquel. El primero surgió cuando un ciudadano español pidió que se eliminara de Google un enlace de búsqueda que lo conectaba con información sobre una deuda que ya había pagado. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea falló a su favor, estableciendo que los motores de búsqueda deben eliminar enlaces a información desactualizada o irrelevante, salvo que exista un interés público legítimo que justifique su conservación (Google Spain vs. Agencia Española de Protección de Datos, 2014). Por su parte el "derecho a la desconexión" está consagrado en Colombia en la Ley 2191 de 2022 y es la posibilidad que tienen los trabajadores de exigir que no los en fuera de su jornada laboral o durante vacaciones o descansos, excepto en casos de emergencia o fuerza mayor.
La sobreexposición de información personal y la constante presión por estar disponibles en todo momento han llevado a la creación de todos estos curiosos derechos que buscan que las personas recuperen su espacio personal y protejan su privacidad en un entorno cada vez más intrusivo.