En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Noticia

De electores a ciudadanos

Estamos ante un gran cambio. Y no es precisamente por la vía de una constituyente.

Alt thumbnail

PROFESOR TITULAR DE LA UNIVERSIDAD NACIONALActualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
(También le puede interesar: Desafiando al poder instituido)

Para comenzar hay que decir que, más allá de los hechos puntuales, la movilización se constituyó en la primera gran expresión de lo que bien podría calificarse como la primacía de lo público en Colombia. En un país regido por la cultura del atajo, en que gobernantes y gobernados son diestros para eludir las leyes y no pierden oportunidad para sacar ventaja personal, no hay antecedentes de que, sin un incentivo distinto a la preocupación por el bienestar general, miles de colombianos hayan sido capaces de movilizarse y marchar exigiendo al Gobierno y a los funcionarios del Estado que cumplan con sus responsabilidades como debe ser. Ni más ni menos.

El hecho de que, en Montería, la gente haya marchado a la casa del presidente de la Comisión de Acusación, exigiéndole que cumpla con sus obligaciones como debe ser; Que, si hay mérito para acusar al Presidente de la República por haber ganado su elección con dineros ilegales y registros fraudulentos, pues que lo acuse ante el Senado. Pero si no hay mérito, que no permita que el gobierno Petro vea amenazada su legitimidad por un hecho que no existió.

¿Cómo explicar ese cambio? No hay duda de que el nivel de tensión y confrontación al que el Presidente está llevando al país con su discurso de rupturas y acusaciones (muchas de ellas ciertas y que se deben tramitar y resolver) está produciendo un efecto contrario. Una especie de conciencia colectiva comienza a hacer entender a todos que para sobrevivir hay muchos comportamientos que se deben rectificar y muchas injusticias que se deben resolver. Pero no a la fuerza. No de otra manera se puede explicar por qué en un país donde todos creen que tienen derechos, pero no deberes, y en una región donde esa convicción está más marcada, los ciudadanos empiezan a movilizarse y marchar exigiendo el cumplimiento de la ley. Están comenzando a entender que la defensa de los derechos también es posible con el cumplimiento de los deberes.
Por primera vez la convicción de que salir a la calle a expresar el descontento y exigir corrección, se va convirtiendo en una obligación.  
Pasar del régimen en donde solo se tiene derechos a un régimen en donde hay que cumplir con los deberes implica un cambio de inmensas proporciones. Deja sin piso esa cultura del dinero fácil, la búsqueda de rentas, el incumplimiento de la norma o la primacía de lo privado sobre lo público. Es lo que hemos visto en las movilizaciones: por primera vez, la convicción de que salir a la calle a expresar el descontento y exigir corrección se va convirtiendo en una obligación, una responsabilidad de los colombianos con su país y con la sociedad.

Es un cambio trascendental. Estamos marcando el tránsito de un régimen que consideramos democrático porque hay elecciones a otro más sólido en el que hay democracia porque hay ciudadanos. Esto es, personas regidas por principios de civilidad y orden. Un régimen colectivo en el que los gobernados son más que sus gobernantes y lo público está primero que lo privado.

El mensaje no solo fue para que el Presidente entendiera que gobernar no es imponer y que el pueblo no es solo el que él convoca. También fue para los partidos: se recomponen o desaparecen; para los congresistas: actúan correctamente o no los reeligen; para las Fuerzas Armadas y los jueces, que en ellos están confiando. No hay duda. Estamos ante un gran cambio. Y no es precisamente por la vía de una constituyente.

* Profesor titular, Facultad de Ingeniería, Universidad Nacional

Sigue toda la información de Opinión en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.