Desde el Teatro Colón de Bogotá se oyen ecos de lo que podría llegar a ser el atrayente estreno de una obra de teatro biográfico, vinculada a la historia de nuestro país a lo largo del siglo XX. Se trata de representar –protagonizada por la excelente actriz colombiana Laura García– los pasos y el camino de vida de Leonor Esguerra: monja, docente, guerrillera, espía, correo, carcelera, católica, marxista, y a finales del 69 amante del máximo dirigente y fundador del Eln, Fabio Vásquez Castaño, que la mandó a fusilar por un error que cometió, sin que, por fortuna, se cumplieran sus órdenes.
En sus propias palabras, vivió en los momentos en que “vivir, era un peligro; pensar, un delito; y comer, un milagro”. Leonor, Consuelo, Mariucha, Ñoñó, Socorro, Mayra: todos esos nombres para una sola mujer en una sola vida. Siempre fiel a sus ideales, y movida por el amor y la conciencia social, ya en su edad madura, después de tantos altibajos sufridos, se acerca al feminismo y se manifiesta como protectora del medioambiente y pacifista convencida.
Nacida en el seno de una ilustre familia bogotana, vivió en el contexto colombiano de los años 30 y 40. Fue educada en Colombia y en EE. UU., en los más distinguidos colegios, para ser esposa, madre, excelente ama de casa y brillar en sociedad. Pero desde su más tierna juventud tomó conciencia de las desigualdades sociales e injusticias en nuestro país y decidió su destino como luchadora en su contra.
La búsqueda es el nombre de su autobiografía, coescrita con su amiga peruana Inés Claux y publicada en 2011, que sirve de cimiento para el libreto de la próxima obra de teatro a estrenar. Es un testimonio libre, sincero, lleno de reflexiones que son comunes a las de muchas otras mujeres que, frente a las innumerables dificultades y diferencias sociales que golpean día a día nuestro país, nos mantenemos inquietas sobre el futuro de nuestros hijos y nietos, sin comprender tanta injusticia.
A finales de los sesenta, mientras era la directora del colegio que educaba a las más distinguidas señoritas de la sociedad, el Marymount, fue la monja que generó un escándalo nacional e internacional por difundir conciencia social entre las estudiantes. Fue tachada de comunista y destituida de inmediato.
Leonor Esguerra: monja, docente, guerrillera, espía, correo, carcelera, católica, marxista, y a finales del 69 amante del máximo dirigente y fundador del Eln, Fabio Vásquez Castaño.
En efecto, sus convicciones sobre el cristianismo revolucionario se apoyaban en la teología de la liberación, de la cual uno de sus pioneros fue el sacerdote y guerrillero español Manuel Pérez, ideólogo del Eln.
Leonor Esguerra, que ha sido testigo y partícipe de la transformación del país y del mundo a lo largo del siglo XX, se mantiene rodeada de amigos y iradores de su sentir vivo y sabio, siempre atenta a los movimientos sociales de la izquierda. Reconoce que se vio transformada por el pensamiento revolucionario marxista con el que quiso también transformar.
Con orgullo sobre sus pasos, en la madurez de su vida, reflexiona sobre “su camino cambiante y su calidad de mujer digna e indignada por la injusticia que la política instaura en el mundo, la falta de equidad de género, y los radicalismos que ahogan a las personas en la anacronía y la irrealidad política”.
Vive en Colombia y comparte y divulga la idea de la necesidad y el anhelo por una paz duradera para el país.
Este “exhaustivo, contrastado y singular periplo” –términos en que María Jimena Duzán sintetiza la vida de Leonor Esguerra– da, sin duda, para ser escenificado.
Como público interesado en que la historia de nuestro país se mantenga viva y vinculada a los personajes que la hicieron y vivieron en sus respectivas épocas, se espera, con expectativa, el estreno de esta obra de teatro.