Es conveniente hacer balances de fin de año, pero relatar todos los logros científicos y tecnológicos del que pasó es imposible. En este momento tengo frente a mí un listado de más de mil. Toca escoger unos pocos, de diferentes áreas del conocimiento.
Empiezo con biología y medicina. El virus VIH (que causa el sida) aún infecta a más de un millón de personas al año. No se ha podido desarrollar una vacuna, pero este año anunciaron un medicamento preventivo: el Lenacapavir, que actúa bloqueando los receptores del virus y de esa forma la infección. Dos estudios diferentes de eficacia dieron, el uno 100 %, y el otro (en cuatro continentes), 99,9 %.
En agosto se supo que una vacuna contra el cáncer de pulmón más frecuente, inspirada en las vacunas de ARN contra el covid-19, entró a ensayos clínicos con humanos, en 34 centros de investigación de siete países. De tener éxito, abrirá un mundo de posibilidades, porque podrían desarrollarse otras, específicas para diferentes tipos de cáncer.
Un evento tecnológico importante fue el desarrollo de unos robots quirúrgicos equipados con realidad aumentada e inteligencia artificial. Además de lograr una precisión sin precedentes, han resultado magníficos maestros para jóvenes cirujanos.
En el campo de la energía hubo una cantidad de avances. Hay materiales elastocalóricos, que emiten calor cuando se ejerce sobre ellos tensión mecánica y se enfrían cuando se relaja la tensión. Con ellos se han diseñado 'bombas de calor' que podrían reemplazar los sistemas de calefacción y refrigeración con grandes ventajas en ahorro de energía y de contaminación.
Los desarrollos tecnológicos no solo miran al futuro, nos han servido para entender mejor el pasado.
Para producir electricidad sin generar gases de efecto invernadero ha avanzado la construcción de pequeños generadores nucleares, que pueden suplir en forma muy segura la energía que necesitan poblaciones pequeñas y complejos industriales, y que pueden crecer en forma modular según la necesidad.
En geología se ha venido explorando para encontrar yacimientos de hidrógeno. Se calcula que hay bajo tierra varios trillones de toneladas. Si se lograra explotar apenas un 2 % de la reserva de este gas, la humanidad tendría toda la energía que necesita, durante siglos.
En agricultura me pareció interesante que, también basados en la experiencia de las vacunas ARN, se han desarrollado insecticidas de ARN, específicos para una plaga y totalmente inofensivos para todos los otros organismos. Eso resolvería el principal inconveniente del control químico de las plagas.
Para alimentar ganado usamos unos 40 millones de kilómetros cuadrados, que equivalen aproximadamente al 40 % de los terrenos secos habitables del planeta. Se está desarrollando en China un sistema que produce metanol a partir de carbón mineral (con casi cero emisiones de gas invernadero) y una levadura modificada que puede crecer y alimentarse de ese metanol. Esa levadura sería la base de una alimentación completa de los animales para alimentación humana, con una disminución radical de contaminación, y el uso de una milésima del terreno que se usa para forraje.
Los desarrollos tecnológicos no solo miran al futuro, nos han servido para entender mejor el pasado. Un ejemplo, el 2024, fue la lectura de un rollo de papiro que se quemó en Herculano, durante la erupción del Vesubio del año 79, a. D. El rollo era apenas un pedazo de roca negra de la cual no se podía sacar nada. Usando tomografía combinada con inteligencia artificial, fue posible recuperar un texto perdido por dos milenios.
Una buena cosecha la de este año (y esta es apenas una muestra). irables el optimismo y osadía de los científicos. Mientras en otros campos del pensamiento la palabra de moda es 'problematizar', estos investigadores han preferido dedicarse a solucionar.