Publicado en 1966, con el título Los mejores cuentos de José Donoso –cuatro años antes de la aparición de su novela canónica El obsceno pájaro de la noche–, Alfaguara acaba de reeditarlo con el nombre de Cuentos reunidos; es una forma de revisitar una literatura que crece con el rodar del tiempo y reafirma el poderío de estos primeros relatos. Son catorce cuentos, donde Donoso ahonda psicológicamente en variados personajes y temáticas, vidas fracasadas que caminan al borde del abismo, pobres y ricos, jóvenes y ancianos, mujeres insondables, que “no les queda más que aferrarse a sus fantasías antes de sucumbir”, como lo afirma el escritor Horacio Castellanos Moya.
Aquí está el germen del gran escritor chileno, sus obsesiones y dolorosos fantasmas plasmados con lucidez en sus insólitas ficciones. Personajes atrapados en sus existencias miserables, con las veladoras de la esperanza al fondo del túnel. En El Güero, como se conoce a las personas rubias en México, prevalece el mundo intuitivo sobre la razón. Una bióloga norteamericana se pregunta: “¿La vida es una teoría, que estipula el nombre preciso y el peso exacto de las cosas, desterrando con esto toda posibilidad de misterio?”. El episodio ocurre en las selvas de Tlacotalpan, en el cual las fuerzas de la naturaleza y las creencias de sus moradores destruyen toda lógica, es decir, ponen en vilo al pensamiento científico. En Una señora, la ficción y la realidad, el deseo, la muerte y el sueño, se compaginan en los vericuetos de la imaginación. En Fiesta grande, una reunión de oficinistas, desata las más bajas pasiones: la hipocresía, la vanidad y el poder en un pequeño círculo, y termina en una tierna y sórdida realidad.
La puerta cerrada es un relato con la fascinación del Funes borgeano, aunque aquí el protagonista halla en el sueño desaforado su eterna búsqueda y su tragedia. Paseo, es un magnífico cuento que involucra a una mujer adinerada con un perro callejero, en el cual fuerzas oscuras conducen al escarnio y a la disolución familiar. En el Hombrecito, la servidumbre y el alcohol, estallan los caminos. Las moralejas son crueles y Donoso es un hacedor de incertidumbres.
¿Cómo definir este mundo afásico y vibrante a la vez? ¿Cómo discernir lo cotidiano de lo misterioso? Donoso lo resume en uno de sus cuentos: Es la intrusión en lo absurdo.
ALFONSO CARVAJAL