Los campos minados

Señor Director:

En orden público el panorama es muy triste. Los grupos armados han crecido y se envalentonaron. Lo del Catatumbo, con más de 60.000 desplazados, es un drama con unas consecuencias sociales incalculables.

A este gobierno le queda poco, pero el que llegue tiene al frente un desafío tenaz. ¿Y qué decir de las minas antipersonales? Otra tragedia miserable e inhumana. Es la más perversa manera de defensa de los armados ilegales, que mata y mutila a centenares de inocentes. No pude ser que en 2024 haya dejado 104 víctimas y que el número de personas en riesgo llegue ya a 607.910. ¿Qué piensan los que siembran esos artefactos? ¿No se les ocurre que caen niños o campesinos inocentes? No les importa. Si no hay voluntad de paz, que actúe el Estado con sus Fuerzas Armadas. No pueden seguir los criminales tan campantes causando tanto daño a los colombianos.

Hoy 25 de marzo se cumplen 200 años de la primera presentación en la Argyll Rooms de Londres de la Novena sinfonía en re menor, opus 125, del compositor alemán Ludwig van Beethoven, por la Orquesta Filarmónica dirigida por sir George Smart.

Esta obra, más conocida como Coral, fue encargada al genio alemán por la Sociedad Filarmónica de Londres dos años antes de su estreno. Por primera vez, una sinfonía incluyó voces y coros, y de ahí su denominación. Beethoven escogió unos versos del reconocido internacionalmente poeta, dramaturgo e historiador alemán Friedrich Schiller y así agregarlos en la parte final con el título de ‘Oda a la alegría’. Años más tarde, la obra fue escogida por la Unión Europea como himno oficial de Europa.

Saludamos este bicentenario de la Novena sinfonía ‘Coral’ de Beethoven, recomendando su audición como la obra más reconocida de la música occidental.

La ciclovía bogotana representa no solo un escape de la cotidianidad capitalina, sino que también produce distensión, alegría y buena salud. Empero, en veces semeja una tierra de nadie. Debería haber normas de seguridad. Los ciclistas deberían usar un claxon o bocina para alertar a los demás; también estos deberían estirar el brazo antes de doblar a izquierda o derecha; y a los peatones que caminen por allí con niños hacerlos caminar por la derecha del adulto. Podrían promocionarse otras con las sugerencias de los s.

Ojalá, para bien del país y de todos los colombianos, nuestro presidente corrija el rumbo y acepte que en las democracias gobernar no es imponer, incendiar ni destruir. Es dirigir la construcción mancomunada y armónica de un mejor país y de su mayor desarrollo social fundamentado en la educación, el trabajo, el emprendimiento y la generación de empresa, empleo y riqueza. No fomentando la dependencia de la caridad del mandatario de turno -asistencialismo- ni enseñando a pedir antes que a producir, que solo generan más miseria, hambre y pobreza.