SEÑOR DIRECTOR:
Suena increíble, y obliga a repetir la lectura de la noticia que publicó el diario EL TIEMPO: Justicia Venezolana entrega a Diosdado Cabello la sede del diario El Nacional. La decisión de la juez Carmen Amoroso, hermana del Contralor General, Elvis Amoroso, de manera clandestina, e ignorando legalmente a otros posibles interesados en el remate del inmueble. El exabrupto ha sido calificado como un "robo judicial".
¿Hasta cuándo seguirá el gobierno bolivariano abusando del pueblo y las instituciones? El mundo, en un doloroso silencio, ha sido complice de la dictadura venezolana que al mejor estilo de los gobiernos totalitarios pasa por encima de las leyes en beneficio propio.
Eliminar la libertad de prensa es dejar huérfanos de voz a los pueblos. Salvo en la época de Rojas Pinilla que clausuró los diarios EL TIEMPO Y El Espectador, en nuestro país hemos disfrutado de autonomía informativa. Pero está claro que el riesgo de perderla es latente.
Mario Patino Morris
Solidad con Pereira
SEÑOR DIRECTOR:
Duele la tragedia en la Esneda, entre Pereira y Dosquebradas. Urge, antes que nada, brindar solidaridad. Debe ser terrible, de la noche a la mañana, perderlo todo y quedar en la intemperie. Perder la casa, el negocio, pero sobre todo, algunos de los seres queridos. Ojalá el gobierno departamental y nacional les ofrezca una rápida ayuda a los damnificados.
Y este hecho tiene que servir de lección para revisar otras zonas en peligro ahora que se viene en crudo el invierno. Son miles las familias que viven en la ribera de los ríos y quebradas que se suelen desbordar. Todas ellas son vidas que están en peligro. Muchas veces las personas por apego o porque es lo único que tienen, se quedan hasta última hora. Se entiende, pero las alertas se tienen que acatar, ofreciéndoles a los ribereños otra opción de vivienda segura.
Carmen Rosa Novoa
Invasión en la 7ª.
SEÑOR DIRECTOR:
Quién sabrá lo que le espera a Bogotá, si no se controla al habitante de calle y la invasión del espacio público... Hay que ver para dónde va la emblemática carrera Séptima, entre la plaza de Bolívar y la torre Colpatria; aparte de que no hay transporte digno para las universidades, colegios, trabajadores y comerciantes, después de las 3 p.m. se complica la seguridad. Venden cualquier cosa, muchas de ellas en mal estado, en el piso y aceras. Allí también camufla el vicio.
Situación similar pasa en las calles 14 y 16, entre la carrera Décima y Octava. El lote de la calle 19 con Séptima lo están colonizando con cambuches. En esa zona hay desaseo, basura, consumo de drogas. Y súmenle el daño a la propiedad privada y pública con los grafitis en las fachadas.
Y en el resto de la ciudad hay robo de láminas de aluminio en puentes vehiculares, de canecas, de las señales de tránsito y del Sitp, así como de las puertas de las estaciones de TransMilenio. ¿Qué hacer? ¿Dónde están las autoridades?
José Otto Guerrero Munévar