JERUSALÉN — Al tiempo que cristianos ortodoxos llegaban recientemente a Jerusalén para visitar el lugar más sagrado de su religión durante la Semana Santa, una preocupación más terrenal se cernía sobre la festividad: ¿mantendrían los monjes rivales la paz este año o volverían a protagonizar enfrentamientos?
En un conflicto de siglos, monjes coptos egipcios y monjes ortodoxos etíopes han competido por el control de un pequeño monasterio en el techo de la Iglesia del Santo Sepulcro, construido en el lugar donde los cristianos creen que Cristo fue crucificado, sepultado y resucitó.
A pesar de la ubicación sagrada del monasterio, se ha convertido en un sitio de disputas mezquinas que ocurren casi anualmente y en ocasiones se vuelven violentas.
“Cuando llegué por primera vez a Jerusalén me quedé impactado”, dijo Markos Alorshalemy, un monje egipcio. “Esperaba ver una tierra santa, donde todos viven en paz y luz. Pero en su lugar encontré un lugar donde todos están peleando constantemente, incluso dentro de la iglesia más sagrada”.
En la víspera del Domingo de Ramos de 1757, fieles ortodoxos griegos atacaron a católicos franciscanos en la iglesia “con garrotes, mazas, garfios, puñales y espadas”, escribió el historiador Simon Sebag Montefiore en su libro “Jerusalén: La Biografía”.
En el 2008, una trifulca entre clérigos ortodoxos griegos y armenios por la ruta de una procesión llevó a arrestos.
Por lo menos el año pasado las hostilidades se limitaron principalmente a las pintas. En la víspera del Domingo de Ramos, un monje copto egipcio pintó a escondidas una gran bandera egipcia a altas horas de la noche en la puerta de un patio que creía estaba siendo ocupado ilegalmente por monjes etíopes.
“Llamamos a la policía una, dos, tres veces, pero no hicieron nada”, dijo Theophilus Alorshalemy, el monje egipcio, al explicar su acto de protesta. “Así que decidimos encargarnos de ellos nosotros mismos”.
La Vieja Ciudad de Jerusalén, sagrada para el cristianismo, el islam y el judaísmo, fue ocupada por Israel durante la guerra árabe-israelí de 1967 y luego anexada, una acción no reconocida por gran parte del mundo. Pero el conflicto israelí-palestino es sólo la batalla más reciente por la propiedad y la tierra en una ciudad que ha sido invadida y capturada decenas de veces en su historia.
Sectas rivales de cristianos han estado compitiendo por el control de los lugares sagrados de su fe en Jerusalén durante casi dos milenios, y la inmensa Iglesia del Santo Sepulcro está en el centro de estas contiendas.
Seis denominaciones cristianas intentan compartir el control de la iglesia, que en realidad es una maraña de capillas, monasterios y santuarios, un arreglo a veces caótico que ha llevado a derramamientos de sangre ocasionales.
Muchos de los principales puntos de controversia en el sitio sagrado se resolvieron mediante un decreto de la era otomana del siglo 19, conocido como Status Quo, que aún está vigente y requiere que no se realicen cambios en el Santo Sepulcro, por minúsculos que sean, sin consenso.
Pero el conflicto entre los etíopes y los egipcios sobre el pequeño monasterio en la parte superior de la iglesia sigue siendo acalorado. El área en disputa se conoce como Deir al-Sultan, o Monasterio del Sultán, que aparece por primera vez en el registro histórico en el siglo 7, sin mencionar a quién pertenecía el sitio, dijo Stéphane Ancel, un historiador francés que documenta la historia de la comunidad etíope en Jerusalén.
“Como historiadores, no pudimos encontrar documentos que probaran la opinión de ninguna de las comunidades”, dijo.
Otrora grande y próspera, la comunidad etíope en Jerusalén comenzó a disminuir en la segunda mitad del siglo 17, al tiempo que la enfermedad y la pobreza la llevaron a perder la mayoría de sus propiedades y privilegios, dijo.
Los pocos monjes etíopes restantes se refugiaron en la propiedad de la Iglesia copta egipcia. Los egipcios los alojaron en pequeñas cámaras en Deir al-Sultan. Los etíopes han estado allí desde entonces.
Inicialmente, las dos comunidades se llevaron bien, pero una vez que los egipcios se dieron cuenta de que los etíopes ya no eran huéspedes temporales, las tensiones comenzaron a aumentar lentamente y comenzaron a estallar regularmente alrededor del siglo 19, dijo Ancel.
Desde otomanos hasta las autoridades británicas y luego las israelíes, así como los gobiernos egipcio y etíope, trataron de mediar, pero todos los esfuerzos resultaron insuficientes.
Sin embargo, cuando todo está en calma, los vecinos apenas interactúan. “Al final del día, somos hermanos en Cristo”, dijo el padre Theophilus.
Por: HIBA YAZBEK
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