En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Los ODS: una iniciativa colombiana para el mundo
Redefiniendo el desarrollo: la extraordinaria génesis de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En septiembre de 2015, durante el gobierno de Juan Manuel Santos, la Asamblea General de la ONU acogió la propuesta que Colombia hizo de implementar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En la foto, sus integrantes aplauden tras aprobarla unánimemente. Foto: Getty
A mi juicio, la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es lo más importante que ha hecho Naciones Unidas en este siglo, y un gran ejemplo de lo que se puede lograr cuando se tiene claro lo que se quiere. Colombia tenía muy claro lo que pretendía y por eso pudo jugar un papel determinante en la concepción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (los llamados ODS), que se convirtieron en la agenda del mundo en la Asamblea General de las Naciones Unidas del año 2015.
Este libro, escrito por sus principales protagonistas, Paula Caballero y Patti Londoño, es el relato de cómo, a través de un trabajo meticuloso y eficaz de diplomacia multilateral, se logró lo que muy pocos, por no decir nadie, pensaban que era posible: poner al mundo de acuerdo alrededor de un nuevo paradigma del desarrollo.
La historia se inicia en febrero de 2011, cuando nuestra canciller María Ángela Holguín, acompañada de su viceministra Patti Londoño y de Paula Caballero, la directora de asuntos ambientales, económicos y sociales de la Cancillería, me plantearon la idea de remplazar los Objetivos del Milenio por unos mucho más ambiciosos, que involucraran a los países desarrollados y tuvieran un importante componente ambiental.
Recuerdo que Paula me pinchó el ego al decirme “Presidente, es su gran oportunidad para liderar algo realmente trascendental a nivel mundial”. La idea me pareció genial, y no dudé en darle luz verde y todo mi respaldo. Ahí comenzaron a trabajar Paula y Patti como verdaderas hormigas, siempre con el apoyo incondicional de la Canciller.
A todo jefe de Estado le preocupa su legado. En mi caso, me preocupa que el acuerdo de paz que acabó con una guerra de más de 50 años con las Farc, la guerrilla más antigua y poderosa del continente, ha opacado otros logros importantes de mi mandato. Es apenas natural, por la resonancia nacional e internacional de ese acontecimiento. En un segundo plano han quedado avances sin precedentes en los indicadores económicos y sociales, como la reducción de la pobreza, de la pobreza extrema e inclusive de la desigualdad medida por el coeficiente Gini; la disminución del desempleo a un solo dígito; la revolución de la infraestructura; la ambiciosa política ambiental para proteger nuestra extraordinaria biodiversidad y combatir el cambio climático; el ingreso a la Ocde; la conectividad digital de todos los municipios; la gratuidad de la educación pública hasta el grado 11; un posicionamiento y respeto internacional nunca antes alcanzados por Colombia, o haber convertido la salud en un derecho fundamental, para solo mencionar algunos de los más importantes.
El equipo de gobierno –porque todo fue producto de un trabajo en equipo– puede sentirse muy satisfecho por los resultados. El paso del tiempo se encargará de disipar la niebla producto de la nefasta polarización política que sacude a Colombia –y al mundo entero– y quedarán los hechos, las cifras, la evidencia.
Como siempre, quedó mucho por hacer. Pero no hay duda de que el país en 2018 estaba bastante mejor que en 2010, como también hay que reconocer que el país en 2010 estaba mejor que en 2002.
A eso debe aspirar todo mandatario: a dejar un país mejor del que recibió, sin aferrarse al poder, como sucede con tanta frecuencia. Infortunadamente, muchos de los logros sociales y económicos obtenidos en las primeras dos décadas de este siglo se borraron de un plumazo por la nefasta combinación de la pandemia y un mal gobierno.
A los 10 años, Flynn transformaba su salón de clases en un club gastronómico. Al alcanzar la fama, busca desafiar las jerarquías del mundo culinario Foto:Cortesía Eyelet
Lo que nadie podrá borrar, y lo que quedará para siempre en los libros de historia como parte del legado, al lado del acuerdo de paz, es la iniciativa impulsada por Colombia –contada en este libro– para crear los ODS y todo lo que significa para el mundo este nuevo concepto del desarrollo.
Son los presidentes y los ministros los que generalmente se llevan las palmas. Pero el verdadero trabajo usualmente lo hace detrás de bambalinas gente muy valiosa que no sale en la foto. Es el caso de Paula Caballero y Patti Londoño, y de muchos otros, como lo demuestran en su libro.
Paula fue la primera en plantear la idea de remplazar los Objetivos del Milenio con los ODS. Se la llevó a la Canciller, quien la acogió, y puso a Patti, su segunda en el Ministerio, a trabajar con Paula. Entre las dos recorrieron el mundo promoviendo la iniciativa.
Mi papel se limitó a darles el respaldo político y con ese propósito me dediqué a “vender” el tema a todos los jefes de Estado con los que me reunía. Lo mismo hacía la Canciller con sus pares. Y como Colombia se puso de moda, coincidió con la época del mayor número de reuniones en la historia. Durante mi mandato tuve más de 600 encuentros con diferentes jefes de Estado y personalidades. Siempre les repetía el cuento de los ODS como un mantra.
Paula y Patti describen paso a paso todo el periplo que les tocó transitar: los socios y aliados (Guatemala y Perú fueron los primeros) que consiguieron; los opositores que debieron persuadir o neutralizar; los personajes claves a los que acudieron; el papel siempre determinante de los presidentes de los diferentes grupos –como el G-77 y China (que en realidad son 134 países)– y de los funcionarios de las Naciones Unidas, a quienes tuvieron que manejar y estimular; las difíciles decisiones de cuándo transar o ceder y cuándo ser intransigentes; la delicada filigrana para conciliar las tradicionales exigencias de los países ricos en materia de trasparencia y uso de los recursos con la aversión a la condicionalidad de los países en desarrollo; las interminables reuniones para encontrar las palabras adecuadas en los textos...
En fin, es la crónica de la extraordinaria labor diplomática y de negociación que llevaron a cabo estas dos funcionarias. Ellas merecen todo mi reconocimiento, el de Colombia y el del mundo entero. Este relato es también un manual de cómo hacer las cosas bien para cualquier estudiante de diplomacia multilateral.
Paula me pinchó el ego al decirme: ‘Presidente, es su gran oportunidad para liderar algo trascendental a nivel mundial’
El libro hace un recuento detallado que va hasta la decisión de crear el concepto de los ODS y la estructura para definirlos, es decir, la que se toma en Río + 20, pero solo hace una referencia general a lo que pasó después. Eso se explica porque ya se han publicado varios libros sobre lo que pasó entre el 2013 y el 2015, pero no lo que sucedió antes.
Este libro cuenta por primera vez esa parte muy importante de la historia: dónde y cómo se concibieron los ODS.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible fueron formalmente aprobados como la agenda del mundo en una histórica sesión de la Asamblea General de la ONU, el 25 de septiembre de 2015, presidida por Mogens Lykketoft, a su vez presidente del Parlamento danés. El mundo entero, literalmente, representado en el salón de la Asamblea General, irrumpió en júbilo y aplausos cuando se adoptó la resolución sin una sola objeción o abstención.
El expresidente Juan Manuel Santos habla durante la inauguración de la XVII Cumbre Mundial de Premios Nobel de la Paz este jueves en la ciudad de Mérida (México). Foto:EFE
El papel que jugó Colombia en la creación de los ODS quedará para siempre como parte del legado de nuestro gobierno y, como ya lo mencioné, allá arriba, al lado del Nobel de la Paz.
A estas dos grandes mujeres, junto con la Canciller, mi infinito agradecimiento, extensivo a tantas otras personas que contribuyeron a hacer posible lo que parecía imposible.