El Salvador: ¿por qué la 'luna de miel' del presidente Nayib Bukele podría acabarse en su nuevo periodo?

Y aunque su lucha contra las maras o pandillas lo catapultó a la cima de la popularidad nacional e internacional, el país que gobernará durante el periodo 2024-2029 dista bastante del que recibió el 1.° de junio de 2019.

Tras la reducción de la violencia y los homicidios en los últimos años, la economía desplazó a la seguridad como la principal preocupación de la población salvadoreña y la luna de miel de la que goza el mandatario podría verse afectada si no logra hacerle frente a desafíos como la pobreza o la desigualdad en la nación centroamericana.

Una encuesta publicada en marzo por el Instituto Universitario de Opinión Pública reveló que el 39,1 por ciento de los salvadoreños consideran que la economía es el problema más grande que enfrenta el país en la actualidad. Le siguen el desempleo (11,4 por ciento), el alto costo de vida (9,9 por ciento) y la pobreza (5,8 por ciento).

La violencia y las pandillas bajan al sexto y séptimo lugar después de ocupar los dos primeros puestos durante años. Entre 2014 y 2019, por ejemplo, el 80 por ciento de los salvadoreños afirmaban que las mayores preocupaciones para los ciudadanos del país eran la delincuencia y la violencia.
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Ese cambio de prioridad en la población se explica, en gran medida, en la instauración de un régimen de excepción que ya cumple más de dos años y que ha permitido  detener al menos a 80.300 presuntos pandilleros sin necesidad de una orden judicial. 

Desde entonces, El Salvador ha pasado a ser una de las naciones que más ha reducido la violencia homicida. A tal punto que Bukele afirmó que el país se convirtió en 2023 en el "más seguro del hemisferio occidental", con una tasa de homicidios de 2,4 por cada 100.000 habitantes y un promedio de muertes violentas de 0,3 entre enero y marzo de 2024, según las cifras del ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro.

La cifra dista mucho de lo ocurrido en 2015, cuando el país -con una tasa de 105 homicidios por cada 100.000 habitantes- era el más peligroso del mundo entre aquellos que no afrontaban un conflicto bélico debido al accionar de las pandillas Mara Salvatrucha 13 y Barrio 18, a las que se les atribuyen 120.000 muertes en tres décadas -incluso más que las 75.000 reportadas en la guerra civil salvadoreña (1980-1992)-.

El estado de excepción le ha valido a Bukele múltiples críticas y denuncias de violaciones de derechos humanos por parte de organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, que reportan detenciones arbitrarias, muertes en custodia y torturas. Pero también le ha valido convertirse en el presidente más popular de la región, con un respaldo del 90 por ciento, según el Latinobarómetro de 2023.
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​"Todos los resultados que hemos visto en reducción de homicidios, en arrestos, en disminución de crímenes violentos, ha llevado a que Bukele tenga estos niveles de popularidad y que haya sido reelegido con ese nivel de votos. No creo que que esté en sus planes que la estrategia de seguridad deje de ser una prioridad en este nuevo mandato y es muy probable que el régimen de excepción se mantenga", le dijo a EL TIEMPO Valeria Vásquez, analista senior de Control Risks.

Y es que la ciudadanía hoy percibe un mayor grado de seguridad y existe la sensación de que las pandillas fueron sacadas de los barrios y calles de casi todo el país. Con lo que un editorial del español El Mundo asegura que el primer gran reto de Bukele en este mandato será lograr mantener la seguridad y crear un marco legal para que las pandillas no se reactiven en el futuro.

No obstante, su principal reto será hacerle frente a esos desafíos que pasaron a segundo plano durante años y que toman relevancia ahora entre la población tras la guerra contra las pandillas, entre ellos el ámbito económico que, según Ana María Méndez-Dardón, directora para Centroamérica de la Oficina en Washington para América Latina (Wola), no ha reportado ninguna mejora durante el periodo Bukele.

Según un informe del Banco Mundial, El Salvador "ha experimentado un crecimiento económico modesto en las últimas décadas". En 2022, por ejemplo, el crecimiento fue del 2,6 por ciento, mientras que en 2023 creció al 2,7 por ciento y el pronóstico para 2024 es que se mantenga en ese mismo porcentaje.

El economista José Luis Magaña le dijo a Efe que ​pese al crecimiento leve de los últimos años, áreas como la agricultura han registrado una caída acumulada del 2 por ciento en el quinquenio, mientras que la industria ha caído casi un 9 % entre 2019 y 2023. 

Pero, lo que más aqueja a la ciudadanía es sin duda la desigualdad, la pobreza y el alto costo de la canasta básica. Un informe del diario salvadoreño La Prensa Gráfica, de hecho, señaló en marzo que El Salvador es ahora más pobre y más desigual que hace cuatro años.

Según la Encuesta de la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos de El Salvador, mientras en 2019 los hogares que vivían en la pobreza eran el 22,8 por ciento, para 2023 esa cifra subió al 27,2 por ciento. Es decir, más de 1,7 millones de personas en un país de 6,3 millones de habitantes.

Y si bien la tasa de pobreza moderada se mantiene relativamente estable, la tasa de pobreza extrema creció y se acerca al 9 por ciento (8,7 por ciento en 2022, según las cifras de la Cepal), lo que representa más de 570.000 personas.

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A ello se suma un incremento de casi el 30 por ciento en los precios de la canasta básica durante los últimos años. Según el reporte dado en diciembre por la Mesa por la Soberanía Alimentaria, el precio de la canasta básica en el país subió 47,52 dólares entre 2019 y 2023 en la zona rural. Mientras que en la urbana se elevó 59,67 dólares. 

En promedio, tan solo en las áreas urbanas del país, la canasta básica subió de entre 198 y 212 dólares entre 2019 y 2022 a 257,81 dólares en 2023 (más de 990.000 pesos colombianos).

"Los sueldos no alcanzan, apenas se compra la comida, excluyendo la carne, el pollo. Para eso ya no alcanza. Las medicinas están super caras y la vivienda es otro rubro que se ha disparado”, le dijo una salvadoreña al diario local La Prensa Gráfica.

También afectan al país la alta tasa de informalidad laboral, que asciende al 70 por ciento, la tasa de desempleo (17,3 por ciento), y otros aspectos como la atracción de inversión extranjera, que es inferior si se compara con otros países de la región; o el alto endeudamiento del país, que en marzo llegaba a 30.000 millones de dólares.

​"Si bien en los últimos años la deuda ha disminuido, todavía es superior a los niveles previos a la pandemia y la posición fiscal del país continúa siendo frágil. El Gobierno enfrenta presiones de liquidez y tiene pocas alternativas de financiamiento", destaca también el Banco Mundial.
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De ahí que los expertos consultados por este diario advierten que la economía podría convertirse en la 'piedra en el zapato' del nuevo periodo presidencial de Bukele y que su aprobación a futuro dependerá de qué tanto logre mejorar aspectos económicos que golpean al ciudadano de a pie. 

​"Bukele va a tener que mantener de la misma manera los resultados positivos en seguridad y mejorar la situación económica de la población, sobre todo en relación a temas inflacionarios. Siendo una economía dolarizada, El Salvador depende mucho de la política monetaria de Estados Unidos y por eso últimamente se ha sentido bastante el impacto en el precio de la canasta básica", señala la analista senior de Control Risks.
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Eduardo Escobar, director ejecutivo de la organización Acción Ciudadana El Salvador, también le dijo a este diario que lo más probable es que el gobierno no deje de lado su estrategia de seguridad y que mantenga medidas como el cierre de municipios o el despliegue militar, pero optará también por poner el foco en el tema de los salarios bajos, la falta de empleo o el alto costo de la vida. 

¿Qué tanto impacto tendrá en su popularidad si los indicadores no comienzan a mejorar? Eso estará por verse. Pero Vásquez menciona que, viendo el récord de Bukele, es poco probable que deje que sus niveles de aprobación bajen debido al tema económico.

"Probablemente, por ejemplo, pasará algunos subsidios, algunas cuestiones en temas de la canasta básica. Pero todo dependerá de qué tanto la población acepte sus medidas como para mitigar el descontento popular", señala.

​“El respaldo a Bukele es muy alto, casi de tipo religioso, pero si no cuida los desafíos económicos la gente es muy sensible y la popularidad puede bajar rápido", concluyó también Óscar Picardo, profesor de la Universidad salvadoreña Francisco Gavidia en diálogo con el diario El Comercio.

Por lo demás, la analista Vásquez considera que en estos cinco años se podrá esperar una continuidad política tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo, ya que Nuevas Ideas -el partido de Bukele- tiene mayoría en la Asamblea (54 de 60 escaños), lo que le permitirá al presidente pasar reformas de manera exprés. 

Los opositores, al contrario, expresan sus críticas y temores ante reformas que ya se han ido aprobando en el parlamento, como una que facilitará la aprobación de los cambios a la Constitución, y piden a la comunidad internacional poner los ojos en el gobierno para evitar que se consolide un modelo autoritario en un país en donde el control y el poder del presidente han aumentado en los últimos años.

ANGIE NATALY RUIZ HURTADO - REDACCIÓN INTERNACIONAL - EL TIEMPO