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Análisis
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Ucrania presiona a Rusia en su propio territorio con operaciones de sabotaje y drones, ¿habrá giro en los diálogos?
Trump a amenazó a ambos países con sanciones si no avanzan el diálogo. Expertos dicen que la paz es aún lejana.
Collage de Donald Trump, Volodimir zelenski y Vladimir Putin Foto: Archivo El Tiempo/ Agencias
El pasado 1° de julio, mientras un grupo de emisarios de Rusia y Ucrania se alistaba para reunirse al día siguiente en el palacio de Ciragan –una majestuosa construcción otomana a orillas del Bósforo- y tratar de dar pasos hacia una negociación de paz, el servicio de inteligencia ucraniano lanzaba una audaz operación de sabotaje en lo más profundo del territorio ruso.
Bautizada ‘Operación Telaraña’, a unos 1.500 kilómetros de Kiev, 117 drones que iban camuflados en camiones atacaron cinco aeródromos de Rusia, causando pérdidas por un valor de más de mil millones de dólares, de acuerdo con un análisis del International Crisis Group (ICG). La maniobra habría dañado al menos 41 aeronaves del Ejército ruso y destruido trece, entre ellas bombarderos y aviones de transporte, según imágenes satelitales que circularon después.
Al día siguiente, el 2 de junio, las conversaciones entre ambos países terminaron en Estambul sin lograr un cese al fuego con un lánguido intercambio de prisioneros de guerra de menos de 25 años y a los heridos, además de la entrega de miles de cadáveres de soldados.
Pero, a mitad de semana, los servicios secretos de Kiev atacaron el puente de Kerch, que une a Crimea con Rusia, con más de una tonelada de explosivos dispuestos bajo el agua, una operación planeada durante un año.
El ataque ucraniano, ocurrido en vísperas de las conversaciones de Estambul, probablemente, pretendían desbaratar la postura del Kremlin, que afirma tener la ventaja y poder dictar los términos de cualquier acuerdo
Vista satelital del sabotaje de Ucrania en Rusia. Aeronaves quedaron dañadas. Foto:EFE
Y, a pesar de ser golpes simbólicos, las operaciones ucranianas han llevado la guerra hacia territorio ruso, algo inusual hasta ahora, además de ser una retaliación a los ataques con drones que lanzó Rusia sobre Kiev durante tres días y que dejó decenas de muertos.
Pero, expertos también creen que se trata de una demostración de fuerza de Kiev para presionar a Rusia a ceder en sus exigencias sobre un acuerdo de paz y alto al fuego, al demostrar que aún tienen cómo contraatacar a pesar de los avances rusos.
“El ataque ucraniano, ocurrido en vísperas de las conversaciones de Estambul, probablemente, pretendían desbaratar la postura del Kremlin, que afirma tener la ventaja y poder dictar los términos de cualquier acuerdo”, escribió Oleg Ignatov, analista sénior del ICG.
Así las cosas, los diálogos siguen estancados y la mediación que impulsa el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien dijo en la campaña presidencial que acabaría con la guerra “en 24 horas”, aún no ha dado frutos.
“La paz es cada vez más distante, ya que ninguna de las partes en el conflicto quiere un acuerdo basado en el compromiso. Cada parte tiene demandas irreconciliables”, le explicó a este diario Inderjeet Parmar, profesor de Relaciones Internacionales de la City St. George, Universidad de Londres.
De hecho, el mismo Trump advirtió este miércoles, después de una llamada con su homólogo ruso, Vladimir Putin, que no habrá una “paz inmediata”.
Vista satelital del sabotaje de Ucrania en Rusia. Aeronaves quedaron dañadas. Foto:EFE
Visiblemente incómodo con la falta de resultados de sus intermediaciones, el republicano amenazó con imponer sanciones tanto sobre Rusia como en Ucrania si no logran avances en los diálogos.
¿Por qué a pesar de la presión de Estados Unidos y Donald Trump, Rusia y Ucrania no llegan a un acuerdo?
Las discrepancias para llegar a la paz tienen que ver con demandas que cada parte considera irreconciliables o imposibles de cumplir. Por ejemplo, durante la segunda reunión bilateral entre diplomáticos rusos y ucranianos en Estambul, la delegación de Moscú entregó a Kiev una lista de exigencias.
Estas incluyen la retirada de las fuerzas de Kiev de cuatro regiones (cerca del 20 % del territorio ucraniano), las cuales Rusia ocupó durante el inicio de la invasión en febrero de 2022. Moscú, además, reclama que el presidente Volodimir Zelenski renuncie a entrar a la Otán y limite el tamaño de su ejército.
Sin embargo, la sociedad ucraniana en general se rehúsa a ceder parte de su territorio y la entrada a la Alianza Atlántica es vista como una garantía de seguridad para disuadir a que Rusia vuelva a atacarlos en el futuro, ya que la organización garantiza la defensa de sus en caso de ataque enemigo.
Por su parte, Ucrania lleva semanas reclamando un alto al fuego incondicional, algo que el Kremlin rechaza, al considerar que eso permitiría que Kiev se rearme con la ayuda de sus aliados occidentales e insiste en resolver las “causas profundas” del conflicto.
Pero, con el regreso de Trump a la presidencia de EE. UU. a inicio de año se especuló que el equilibrio de fuerzas en el terreno de combate podría inclinar la balanza hacia Putin y someter a Zelenski a una negociación. Washington, de hecho, retiró buena parte de la ayuda militar y el apoyo económico que le proveía a Kiev.
Daños en Ucrania tras el masivo ataque ruso de la noche del 5 de junio. Foto:EFE
Sin embargo, los países europeos están supliendo las facturas, ya que ven a Putin como una amenaza de seguridad para el viejo continente, y los ucranianos han logrado resistir. De hecho, Ucrania está realizando operaciones de contraataque con drones, unos pequeños artefactos que cuestan unos pocos cientos de dólares, son fáciles y rápidos de construir, y pueden provocar daños estratégicos, como se vio esta semana.
Aunque Michael Horowitz, investigador el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), un centro de pensamiento con sede en Estados Unidos, no cree que estos ataques de drones cambien el equilibrio de fuerzas en el frente, “sí demuestran la capacidad del país para atacar que moldearán las expectativas rusas sobre el futuro del conflicto”.
¿Cómo responderá Rusia a los ataques? Una respuesta difícil de calibrar
De ahí que los analistas tengan puestas sus miradas sobre cómo responderá Moscú a las operaciones de sabotaje ucraniano. “El punto de peligro depende de la respuesta de Rusia y de si esta se intensifica más allá de las represalias convencionales”, explica Parmar.
El viernes, Rusia lanzó contra Kiev y otras regiones ucranianas un nuevo ataque masivo en el que empleó más de 40 misiles y unos 400 drones que mataron al menos a cuatro personas y alcanzaron, según Moscú, varias infraestructuras de la Fuerza Aérea ucraniana en donde se ensamblaban drones.
Dada de la magnitud de los ataques ucranianos, Rusia podría verse obligada a enviar una señal nuclear
Al menos ocho personas murieron el sábado en Ucrania en nuevos ataques rusos contra las ciudades ucranianas de Jersón, en el sur, y Járkov, en el noreste. Según la Fuerza Aérea ucraniana, Rusia disparó un total de 206 drones y nueve misiles.
Esta captura de vídeo tomada de una grabación muestra supuestamente la explosión enKerch. Foto:AFP
Pero Masao Dahlgren y Laclan MacKenzie, del Centro de Estrategias y Estudios Internacionales (CSIS), no descartan que Putin pueda ir más allá. “Dada de la magnitud de los ataques ucranianos, Rusia podría verse obligada a enviar una señal nuclear”, escribieron ambos en un análisis del instituto.
Sin embargo, algún ataque táctico de índole nuclear podría provocar que Trump cumpla sus amenazas de imponer más sanciones sobre Rusia, una propuesta que el jefe de la Casa Blanca aún no ha materializado a pesar de que sectores republicanos ya se lo están empezando a exigir.
De cumplirse, Seth Jones, presidente del Departamento de Defensa y Seguridad del CSIS, cree que esto podría presionar al Kremlin para avanzar en un diálogo.
Para Jones, hoy Putin y Rusia siguen siendo vulnerables a los castigos económicos. El analista considera que si Washington aplica sanciones secundarias a países que le compren petróleo y gas a Moscú, esto podría provocar una caída del 20 por ciento de los ingresos petrolero a Putin.
Representantes de Rusia, Ucrania y Estambul Foto:AFP
“Rusia se enfrenta a una inflación persistente, escasez de mano de obra y vías limitadas para el crecimiento económico. La economía del país está seriamente expuesta al petróleo y el gas”, dice Jones en un análisis del CSIS.
Sin embargo, Jones explica que, a pesar de las vulnerabilidades de que tiene Rusia, EE. UU. no ha logrado ejercer su influencia ni económica ni militar.
“Sin un sufrimiento serio, Putin seguirá prolongando las conversaciones, seguirá luchando y esperando a que Estados Unidos se retire”, dice Jones, lo que aleja cada vez más una posible ilusión de paz para ucranianos y rusos en el corto plazo, y refuerza la tesis del Kremlin de apostar a que los aliados occidentales terminen por desgastarse.