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Editorial
'Viajaba todos los años a Disney, pero el parque perdió su magia por estas razones'
Desde que es padre no pudo transmitir la misma experiencia a sus hijos que recuerda de su infancia.
Joe Harless contó porqué ir a Disney no es como lo era en su infancia. Foto: Archivo / LinkedIn
Joe Harless recuerda con nostalgia los días en que visitar Disney World era una tradición familiar que repetía cada año. Durante su infancia, cada octubre se hospedaba junto a su familia en el camping Fort Wilderness y recorrían los parques y resorts en Lake Buena Vista.
La combinación de innovación, nostalgia y magia dejaba una huella tan profunda que incluso hoy en día asocia septiembre con las decoraciones otoñales del parque o con el clásico animado La leyenda de Sleepy Hollow, pero, según le comentó a Business Insider, eso no sigue ocurriendo por culpa de los cambios logísticos que hubo en la atracción.
De acuerdo a lo que relató en Business Insider, cuando se convirtió en padre, Harless quiso transmitir esa misma magia a sus hijos. Sin embargo, pronto descubrió que las circunstancias habían cambiado, y la experiencia que él recordaba con tanto cariño parecía no existir más. En su juventud, los únicos desafíos para disfrutar de Disney eran las largas filas y el mal tiempo.
El hombre asegura que Disney ya no es lo que fue en su infancia. Foto:disneyworld
Los cambios en Disney que le hicieron dejar de ir todos los años
De acuerdo a lo que relató Harless en Business Insider, ahora que es padre debe enfrentarse a una logística abrumadora para ir a Disney que incluye semanas de planificación, coordinación constante con el grupo y el uso obligatorio de aplicaciones móviles.
“Visitar un parque requiere semanas de planificación, comunicación constante con el grupo y aplicaciones móviles para disfrutar de ciertas atracciones”, comentó. Además, elementos como los pases Lightning Lane, las fechas restringidas y las reservas anticipadas de atracciones convirtieron la visita a Disney en una tarea compleja.
Su antiguo momento favorito en el Magic Kingdom, ver el castillo al entrar, fue reemplazado por disfrutar de un taburete en el bar del resort. “Al menos ahí no necesito hacer una reserva”, bromeó el hombre.
Harless lamenta que sus hijos no puedan experimentar la libertad que él vivió durante sus visitas escolares y eventos grupales. “Corríamos de atracción en atracción con mínimas multitudes, como los niños salvajes de Pinocho antes de convertirse en burros”, recordó.
A pesar de todo, Harless reconoce que sus hijos disfrutan los parques a su manera y aprendió a no comparar sus vivencias con las propias. “Ellos tienen su propia versión de Disney, y eso está bien”, reflexiona. Aunque a veces no puede evitar mencionar cuánto han cambiado los parques, sus hijos suelen responder con una mirada de resignación.